Loiola XXI

Lugar de encuentro abierto a seguidor@s de S. Ignacio de Loyola esperando construir un mundo mejor


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Regreso del Papa del Japón al Vaticano

2014.04.02 Papa Francesco saluto ritratti primi piani2014.04.02 Papa Francesco saluto ritratti primi piani  (Vatican Media)

El Papa llega al Vaticano después de su viaje a Asia

El avión que trajo al Papa de vuelta a Italia aterrizó alrededor de las 4:00 de la tarde en el Aeropuerto romano de Fiumicino. Así concluyó el 32° Viaje Apostólico a Tailandia y Japón iniciado el 19 de noviembre pasado.

Ciudad del Vaticano

Después de más de 12 horas de vuelo, el Boing 787 de la compañía japonesa ANA, que partió de Tokio cuando en la noche italiana eran las 3:43 de la madrugada, con a bordo el Papa Francisco, el séquito y los periodistas, aterrizó en el Aeropuerto romano de Fiumicino antes de lo esperado, alrededor de las 4:16 de la tarde.

Se concluye así el 32º Viaje Apostólico que por cuarta vez – después de Corea (2014), Sri Lanka y Filipinas (2015) y Myanmar y Bangladesh (2017) – llevó al Pontífice a Asia, primero a Tailandia y luego a Japón, siguiendo los pasos de su amado predecesor, San Juan Pablo II. Las jornadas han sido intensas desde el pasado martes 19 de noviembre, días de encuentros, ceremonias, celebraciones y fuertes testimonios en tres líneas, el apoyo y aliento a la “pequeña grey” de católicos minoritarios de ambos países, el aliento al encuentro y al diálogo con otras religiones, la promoción de la paz y defensa de la vida en su conjunto, tema este último que tuvo sus momentos más emotivos en los encuentros con los supervivientes de las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki y del triple desastre que se produjo en 2011 en Fukushima.

Tailandia y Japón, países de raíces cristianas seculares que han mostrado al Papa la alegría de la fe y la voluntad de continuar en el camino misionero y evangelizador de los muchos mártires y testigos que han hecho su historia. Emblemáticos en este sentido fueron los lemas que acompañaron estos días de Viaje: “Discípulos de Cristo, discípulos misioneros” – lema de la etapa tailandesa – en memoria de los 350 años de la fundación del Vicariato Apostólico de Siam en 1669 y “Proteger toda vida”, lema de las etapas en Japón, donde quedan grabadas las fuertes palabras del Pontífice que definió que “el uso y la posesión de las armas nucleares es inmoral”.

Saludo del Papa en el viaje de regreso

Partiendo de Japón, el pensamiento del Pontífice en el primer telegrama de sobrevuelo fue para Su Majestad Imperial Naruhito, a quien renovó su profundo agradecimiento extendido a toda la familia imperial y al pueblo japonés, por su cálida bienvenida y generosa hospitalidad y aseguró todas sus oraciones e invocó abundantes bendiciones divinas sobre todos.


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El Papa se ha despedido de Japon y vuela rumbo a Roma.

Francisco concluye su viaje a Japón y regresa a Roma

Tras haber estado con los alumnos y profesores de la Universidad de Sofía en Tokio, el Papa concluye su viaje a Japón y regresa a Roma. Un viaje apostólico que tuvo una primera etapa en Tailandia, y que en total ha durado del 19 al 26 de noviembre. Después de haber saludado a los Obispos y delegaciones oficiales, el avión que transporta a Francisco despegó a las 11:43 AM hora local, 3:43 AM en Italia.

Ciudad del Vaticano

La última cita de la intensa agenda del Papa Francisco en Japón tuvo lugar en la Universidad de Sofía en Tokio. Allí, el Santo Padre pronunció un alentador discurso dirigido a los estudiantes, profesores y personal académico en el que recordó que la universidad «debe ser no sólo un centro de formación, sino también un lugar donde tome forma una sociedad mejor».

Francisco dejó el auditorium saludando a los estudiantes en medio de un ambiente lleno de entusiasmo y se trasladó hasta el aeropuerto de Tokio-Haneda donde se despidió de los Obispos de Japón y delegaciones oficiales para subir finalmente al avión 8787-9 de la compañía All Nippon Airways; en el que recorrerá un total de 10.516km a lo largo de 13 horas y 30 minutos de vuelo aproximadamente sobrevolando Japón, Rusia, Finlancia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Austria, Eslovenia, Croacia e Italia.

El telegrama al Emperador

Inmediatamente después de su partida en avión de Tokio, el Papa Francisco envió el siguiente telegrama al Emperador de Japón, Su Majestad Imperial Naruhito:

Partiendo de Japón, renuevo mi profundo agradecimiento a Su Majestad, a los miembros de la familia imperial y a todo el pueblo japonés por su cálida bienvenida y su generosa hospitalidad. Les aseguro mis oraciones e invoco sobre todos ustedes abundantes bendiciones divinas.

La llegada del Santo Padre al aeropuerto romano de Fiumicino está prevista para el martes 26 de noviembre a las 17:05 hora de Roma.


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Ser familia misionera en Japón

Santi y Ángeles. El desafío de ser familia misionera en Japón

Santi y Ángeles son los progenitores de once hijos. Fueron enviados por San Juan Pablo II, junto con otras once familias, hace treinta años a Japón, como familias en misión. Participaron en la celebración con el Papa Francisco en la ciudad de Hiroshima, donde residen.

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

Santi y Ángeles son originarios de Faraday, cerca de Barcelona. Son miembros de las comunidades neocatecumenales. Fueron enviados por san Juan Pablo II junto con otras once familias como familias en misión. Santi recuerda: “Hace 30 años que vivimos en Japón, principalmente en Hiroshima. Nuestra misión se podría resumir en tres aspectos: primero, vivir en medio de los japoneses, nuestros hijos van a las mismas escuelas, tenemos los mismos problemas que ellos, pero viviendo cristianamente nuestras debilidades.

Santi Ferrán: aprender el camino

Santi relata que son muchas las personas con las que tienen contacto, sea por las actividades que hacen o por la amistad con sus hijos. De esta manera, tienen un primer contacto con el cristianismo en su casa. “Después de muchos años y muchas equivocaciones, hemos aprendido que lo importante es estar a la disposición de estas personas que se acercan, el resto lo hace y lo hará el Señor”, afirmó.

“Segundo, nuestro camino en la fe con la comunidad de Iwakumi es fundamental, compartiendo con los hermanos japoneses la palabra de Dios, la eucaristía y sus experiencias, recibimos la fortaleza y el consuelo para vivir nuestra vida cristiana diaria”.

Santi constata en tercer lugar, que las parroquias cristianas se están vaciando y en ellas solo queda gente mayor. “Nuestra misión, hemos visto, es estar a su lado esperando en el Señor. Finalmente, dar gracias al Señor por nuestros hijos. Hace 30 años muchas personas pensaban que arriesgábamos mucho por nuestros hijos. No ha sido así. Desde el primer día, Dios ha sido fiel y ha cuidado de ellos”.

Ángeles: respuesta agradecida al Señor

Nosotros vinimos a la misión por gratitud al señor por lo que había hecho por nosotros. Había salvado nuestro matrimonio y estamos contentos y agradecidos. Los primeros 8 años fueron de aterrizaje. Lo que más nos ayudo fue venir sin saber el idioma ni la cultura japonesa. ¡No sabíamos nada!. Esto fue lo mejor, porque nos hizo estar en la misión como niños. Teníamos que pedirlo todo, recibirlo todo. Esto hizo salir todo el orgullo que teníamos dentro. Descender a nuestro interior y ver lo oscuro que estaba. Esto fue muy importante, porque con nuestra prepotencia habíamos creado muchos problemas. Durante los 8 primeros años descubrimos que no servíamos para misioneros.

En la segunda etapa, cambiamos de ciudad. Vivimos doce años en el norte, en Niigata, allí aprendimos a querer y a respetar y admirar a los japoneses y a experimentar la fidelidad de Dios cada día, su presencia en todas las cosas pequeñas como grandes. Él es y ha sido nuestro papá, tanto materialmente como espiritualmente. Descubrir que se vale de nuestros pecados, debilidades y fracasos para llegar a las personas que nos rodean y amarlas.

La tercera etapa, en estos últimos diez años, ya otra vez en Hiroshima ha sido el descubrimiento de no esperar nada de las personas que se acercan a nosotros, servirles, disfrutar de su compañía en nombre de Jesús. Entonces es cuando la misión se convierte en una aventura maravillosa.

Entrevista a Santi y Ángeles, familia misionera

Al encuentro del Papa en Hiroshima

En la parroquia y en la comunidad hemos estado esperando al Papa con alegría, haciendo oraciones y sacrificios desde hace mucho tiempo. Lo esperamos con ilusión, esperando que hable sobre la paz declaró Santi.

Su hijo Josep, participó con la familia en el Encuentro por la Paz en Hiroshima y comparte su experiencia: “Llegamos a las 4 y media de la tarde. El clima fue un poco benévolo. La ceremonia comenzó a las seis y media. Llegué con mi mujer y mis dos hijos. Lo que más me impresionó fue el silencio absoluto que cubría todo el parque. Claro, estábamos en un contexto de que ese era el lugar donde cayó la bomba atómica. El silencio se profundizó cuando llegó el Papa.

También me impresionó que el Papa le dedicó un saludo a cada uno de los sobrevivientes. Incluso algunos se emocionaron mucho. Su discurso fue muy claro sobre las armas nucleares. Lamento que algunos no cristianos quisieron participar, pero no recibieron a tiempo la invitación, pues había espacio para mucha gente”.

La palabra del Papa en Nagasaki

Ser misionero incluye un proceso de aprendizaje y escucha que permita abrirse a los demás, dejarlos entrar y descubrirnos como personas. El Papa Francisco había dicho unas cuantas horas antes en Nagasaki, que no debemos perder la memoria “de lo que significa cargar con el sufrimiento de tantos inocentes”; tampoco caer “en la atmósfera comodona del grito fácil e indiferente del ‘sálvate a ti mismo’”, pues – añade – “estas tierras experimentaron, como pocas, la capacidad destructora a la que puede llegar el ser humano”.

 


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Japón. Por qué recibirán el bautismo.

Japón. Jóvenes recibirán bautismo en diciembre: Jesús, nuestra fuerza

Ishikawua Saki y Yuuga Orita son dos estudiantes de la Universidad Sofía de Tokio. Ella y él son japoneses. Relatan a Vatican News el camino por el que Jesús los ha ido llamando y ahora se preparan para recibir el bautismo como cristianos católicos. La mañana del lunes participaron en el encuentro con el papa Francisco.

Manuel Cubías – Japón

Yuuga Orita estudia en la facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Con alegría desbordante cuenta que su primer acercamiento a la religión cristiana fue con un sacerdote que conoció cuando era estudiante de secundaria: “Era una persona extraordinaria, de carácter muy amable, que me trataba con una bondad que nunca antes había recibido. En ese momento no había pensado en convertirme a la religión cristiana todavía, pero la primera impresión que tuve fue muy positiva. Durante la escuela media y secundaria me convertí en parte de un círculo de estudio de la Biblia y la religión cristiana”.

Decisión

Cuenta que “Lo que me llevó a la decisión de convertirme al cristianismo fue otra experiencia en la época universitaria en un evento llamado donde estudiantes cristianos de secundaria de todo el mundo vienen a Japón. Nuestro papel era proporcionar apoyo como personal. Este evento tuvo un profundo efecto espiritual en mí”.

Superar el término medio

Recuerda que “Hasta ese momento (el año pasado), vivía una vida en la que no era ni una mala persona ni una buena persona, un término medio que me daba una sensación de estar incompleto y perdido. Con la religión cristiana logré superar este problema, y gracias al apoyo de sacerdotes extraordinarios comprendí mi propósito, mi papel en el mundo, y decidí convertirme. Con el cristianismo comprendí cómo Jesús nos da fuerza en los momentos difíciles, y gran alegría en los momentos felices”.

El voluntariado me ayudó a descubrir el sufrimiento

Ishikawa Saki es estudiante de la facultad de Humanidades. Afirma que su decisión de convertirse al cristianismo está ligada a su trabajo como voluntaria durante sus años de estudio en la Universidad Sofía. Cuenta que “Durante el voluntariado tuve la oportunidad de ayudar a niños japoneses, que se encontraban en situaciones muy difíciles y habían sido tratados terriblemente por sus profesores, de modo que ni siquiera podía imaginarme que esto fuera posible en la sociedad japonesa en la que crecí”.

Y prosigue: “Mi deseo de ayudar y trabajar en este ambiente me llevó a especializarme en la enseñanza. Sin embargo, me di cuenta de que cuanto más me sumergía en esta obra, más me encontraba con gente solitaria, que no encontraba sentido a su vida y que sufría tanto. Yo también fui una de esas personas, y creo que hay muchas de ellas en Japón”.

“El año pasado tomé un curso impartido por un sacerdote extraordinario, tuvo mucha influencia en mí. Hablando con él, empecé a entender que las respuestas que buscaba estaban en el cristianismo, por el que ya estaba muy interesada cuando asistía a los círculos religiosos durante la escuela secundaria”.

En el cristianismo pude encontrar la fuerza y alegría

Con el cristianismo pude encontrar una fuerza y una alegría que antes no tenía. Una verdadera bendición. Veo que mi misión personal es construir puentes entre las personas, y así como siento el calor y la bondad de Jesucristo, me gustaría poder llevarla a otros también. La persona que veo como punto de referencia es la Madre Teresa. Así como ella trajo esperanza y calidez a otros, a mí también me gustaría intentar hacer algo similar.

En ambos jóvenes resuenan las palabras que el Papa Francisco dirigió la mañana del lunes a los jóvenes en la Catedral Santa María Inmaculada: “Aprendamos a construir juntos la sociedad que queremos para mañana”.


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El Papa: «Que siga la ayuda a víctimas del triple desastre que sacudió Japón»

El Papa escuchó los testimonios de tres víctimas del triple desastre que sacudió Japón en el 2011, el terremoto, el tsunami y el accidente nuclear, que afectó no sólo a las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima, sino a todo el Japón y a sus ciudadanos, por todas las víctimas, el Papa oró, por las más de dieciocho mil personas que perdieron la vida, por sus familiares y por los que aún están desaparecidos.

Patricia Ynestroza-ciudad del Vaticano

El Papa escuchó los testimonios de tres víctimas del triple desastre que sacudió Japón en el 2011, el terremoto, el tsunami y el accidente nuclear, que afectó a todo el Japón y a sus ciudadanos.

El Santo Padre oró por todas las víctimas,  por las más de dieciocho mil personas que perdieron la vida, por sus familiares y por los que aún están desaparecidos.

Y agradeció desde el centro de conferencias de Bellesalle Hanzomon, el esfuerzo de los gobiernos locales, organizaciones y personas que trabajan en la reconstrucción de las áreas donde ocurrieron los desastres y para aliviar la situación de las más de cincuenta mil personas que fueron evacuadas, actualmente en viviendas temporales, sin poder aún regresar a sus hogares.

Que se unan los corazones y formen uno sólo

En el trabajo continuo de recuperación y reconstrucción después del triple desastre, muchas manos deben juntarse y muchos corazones deben unirse como si fueran uno solo. De esta manera, dijo, los que han sufrido recibirán apoyo y sabrán que no han sido olvidados. Sabrán que muchas personas, activa y efectivamente, comparten su dolor y continuarán extendiendo una mano fraterna para ayudar.

Los testimonios de las tres víctimas representan a todos los que han sufrido de manera tan grande a causa del triple desastre, expresaron la tristeza y el dolor sufrido por tantas personas, pero también la esperanza abierta a un futuro mejor. Y mencionó las palabras de uno de los testimonios:

“Agradezco de modo especial, como bien lo señaló Toshiko, la rapidez con que muchas personas, no sólo de Japón sino de todo el mundo, se movilizaron inmediatamente después de los desastres, para apoyar a las víctimas con la oración y la ayuda material y financiera. Una acción que no puede perderse en el tiempo y desaparecer después del shock inicial, sino que debemos perpetuar y sostener. E hizo un llamamiento a todas las personas de buena voluntad para que las víctimas de estas tragedias sigan recibiendo la ayuda que tanto necesitan.

Necesitan dijo el Papa, recursos básicos: alimentos, ropa y refugio, sin ello, no es posible llevar adelante una vida digna y tener lo mínimo necesario para poder lograr una reconstrucción, que reclama a su vez la necesidad de experimentar la solidaridad y el apoyo de una comunidad. Nadie se “reconstruye” solo, nadie puede volver a empezar solo. Es imprescindible encontrar una mano amiga, una mano hermana, capaz de ayudar a levantar no sólo la ciudad, sino la mirada y la esperanza.

Francisco invita a avanzar cada día en la construcción del futuro

Ocho años después del triple desastre, Japón ha demostrado cómo un pueblo puede unirse en solidaridad, paciencia, perseverancia y resistencia. El camino hacia una recuperación completa puede ser todavía largo, pero es siempre posible si cuenta con el alma de este pueblo capaz de movilizarse para socorrerse y ayudarse. La invitación de Francisco: “los invito a avanzar cada día, poco a poco, para construir el futuro basado en la solidaridad y el compromiso de unos por otros, por ustedes, sus hijos y nietos, y por las generaciones venideras”.

Ante los problemas como las guerras, refugiados, disparidades económicas y desafíos ambientales, dijo que hay que trabajar y caminar hacia una cultura capaz de combatir la indiferencia. Uno de los males que más nos afectan versa en la cultura de la indiferencia.

“Urge movilizarnos para ayudar a tomar conciencia de que, si un miembro de nuestra familia sufre, todos sufrimos con él; porque no se alcanza la interconexión si no se cultiva la sabiduría de la pertenencia, única capaz de asumir los problemas y las soluciones de manera global. Nos pertenecemos los unos a los otros”.

Las secuelas del accidente nuclear de Daiichi

El accidente nuclear de Daiichi en Fukushima, además de las preocupaciones científicas o médicas, también urge el inmenso trabajo para restaurar el tejido de la sociedad. Hasta que se restablezcan los lazos sociales en las comunidades locales y las personas tengan de nuevo una vida segura y estable, afirmó el Pontífice, el accidente de Fukushima no se resolverá por completo. Lo cual implica, a su vez la preocupación por el uso continuo de la energía nuclear, y pidieron la abolición de las centrales nucleares.

“Nuestra era siente la tentación de hacer del progreso tecnológico la medida del progreso humano. Este “paradigma tecnocrático” de progreso y desarrollo modela la vida de las personas y el funcionamiento de la sociedad y, a menudo, conduce a un reduccionismo que afecta a todos los ámbitos de nuestras sociedades. Por tanto, es importante, en momentos como este, hacer una pausa y reflexionar sobre quiénes somos y, quizás de manera más crítica, quiénes queremos ser. ¿Qué clase de mundo, qué clase de legado queremos dejar a los que vendrán después de nosotros?

La sabiduría y la experiencia de los ancianos, unidas al celo y al entusiasmo de los jóvenes, dijo por último, pueden ayudar a forjar una visión diferente, una visión que ayude a mirar con reverencia el don de la vida y la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en la única, multiétnica y multicultural familia humana.

Discurso del Papa a las víctimas del «triple desastre»
Francisco y las víctimas del «triple desastre»

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Papa Francisco con víctimas del triple desastre ocurrido el 11 de marzo del 2011.


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Japón. Encuentro del Papa con los jóvenes en la catedral. Discurso.

Ver y escuchar su energía y entusiasmo me da alegría y esperanza

El Papa Francisco dijo a los jóvenes, con quienes celebró un encuentro en la Catedral de la Asunción de Tokio, que la amistad entre ellos recuerda a todos que el futuro no es monocromático, sino que es posible, si nos animamos a mirarlo en la variedad y diversidad de lo que cada uno puede aportar

María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano

En su encuentro con los jóvenes que el Santo Padre celebró el 25 de noviembre en la Catedral de la Asunción de Tokio, Francisco comenzó agradeciéndoles su presencia: Ver y escuchar su energía y entusiasmo me da alegría y esperanza, les dijo, y manifestó su agradecimiento también a Leonardo, Miki y Masako por sus palabras de testimonio. Precisamente de estos jóvenes que compartieron con su testimonio “lo que se lleva en el corazón”, el Papa les dijo, al darles las gracias, que “se necesita gran coraje y valentía” para hacerlo. Por esta razón manifestó su seguridad  de “que sus voces fueron eco de muchos de sus compañeros aquí presentes”.

Al afirmar que en medio de todos ellos había jóvenes de otras nacionalidades, y que algunos estaban en buscan de refugio, Francisco les dijo:

“ Aprendamos a construir juntos la sociedad que queremos para mañana ”

Sí porque como explicó el Santo Padre, al verlos podía “ver la diversidad cultural y religiosa de los jóvenes que viven en Japón hoy, y algo de la belleza que su generación ofrece al futuro”. De modo que la amistad entre ellos y su presencia en este lugar “recuerda a todos que el futuro no es monocromático, sino que es posible si nos animamos a mirarlo en la variedad y diversidad de lo que cada uno puede aportar”.

Cuánto necesita aprender nuestra familia humana a vivir juntos en armonía y paz sin necesidad de que tengamos que ser todos igualitos. Cuánto necesitamos crecer en fraternidad, en preocupación por los demás y respeto por las diferentes experiencias y puntos de vista, prosiguió.

“ Este encuentro es una fiesta porque estamos diciendo que la cultura del encuentro es posible, no es una utopía, y que ustedes, los jóvenes, tienen esa sensibilidad especial para llevarla adelante ”

El Obispo de Roma les dijo que se quedó impresionado por las preguntas que formularon, porque reflejan sus experiencias concretas, y también sus esperanzas y sus sueños para el futuro. De ahí que haya agradecido a Leonardo, por compartir la experiencia de bullying y discriminación que sufrió. “Lo más cruel del acoso escolar – dijo el Papa entre otras cosas – es que hiere nuestro espíritu y nuestra autoestima en el momento en que más necesitamos fortaleza para aceptarnos a nosotros mismos y poder encarar nuevos retos en la vida”. Y destacó que sin embargo, “paradójicamente, son los acosadores los verdaderamente débiles, porque piensan que pueden afirmar su propia identidad lastimando a los demás”.

“ Debemos unirnos todos contra esta cultura del ‘bulismo’ y aprender a decir: ¡Basta! Es una epidemia donde la mejor medicina la pueden poner entre ustedes mismos ”

El miedo enemigo del bien

Además el Pontífice les dijo que “el miedo siempre es enemigo del bien, porque es enemigo del amor y de la paz”. A la vez que “las grandes religiones enseñan tolerancia, armonía y misericordia; no enseñan miedo, división o conflicto”. Y recordó que “en cierto sentido, Jesús fue el más ‘marginado’, un marginado lleno de Vida para dar”. El mundo y el Señor, prosiguió diciendo a Leonardo, “tiene necesidad de ti para que puedas darle el coraje a tantos que hoy piden una mano que los ayude a levantarse”. Lo que “implica aprender a desarrollar una cualidad muy importante, pero devaluada: la capacidad de aprender a donar tiempo para los demás, escucharlos, compartir con ellos, comprenderlos; sólo así abriremos nuestras historias y heridas a un amor que nos pueda transformar y comenzar a cambiar el mundo que nos rodea”.

“ Si no donamos y ‘ganamos tiempo’ entre las personas, lo perderemos en muchas cosas que, al final del día, nos dejarán vacíos y aturdidos, nos empachan, dirían en mi tierra natal. Así que, por favor, dediquen tiempo para su familia y amigos, pero también para Dios, orando y meditando ”

El Santo Padre aludió a diversos temas, entre los cuales el de rezar, para dar espacio a Dios, a dejarse mirar por Él para que los llene con su paz. Tal como lo había dicho otro joven, Miki, quien preguntó cómo pueden los jóvenes hacer espacio para Dios en una sociedad frenética y enfocada sólo en ser competitiva y productiva.

Es habitual ver que una persona, una comunidad o incluso una sociedad entera pueden estar altamente desarrolladas en su exterior, pero con una vida interior pobre y encogida, con el alma y la vitalidad apagada. Todo les aburre, ya no sueñan, no ríen, no juegan, no conocen el sentido de la admiración y la sorpresa. Como zombis, su corazón dejó de latir por la incapacidad de celebrar la vida con los demás. ¡Cuánta gente en todo el mundo es materialmente rica, pero vive esclava de una soledad sin igual!

Hablando de la soledad que experimentan tantas personas, jóvenes y adultas, de nuestras sociedades prósperas, pero a menudo tan anónimas, Francisco recordó que la Madre Teresa, que trabajaba entre los más pobres de los pobres, dijo una vez algo profético:

“ La soledad y la sensación de no ser amado es la pobreza más terrible ”

En cuanto a Masako que también había hablado desde su propia experiencia como estudiante y maestra y que preguntó cómo se puede ayudar a los jóvenes a que se den cuenta de la propia bondad y valor, el Papa les dijo que “para crecer, para descubrir nuestra propia identidad, bondad y belleza interior, no podemos mirarnos en el espejo”.

“ Se han inventado muchas cosas, pero gracias a Dios todavía no existen selfies del alma. Para ser felices, necesitamos pedirle ayuda a los demás, que la foto la saque otro, es decir, salir de nosotros mismos e ir hacia los demás, especialmente hacia los más necesitados ”

Extender los brazos de la amistad

Por otra parte el Santo Padre les pidió que extiendan los brazos de la amistad y reciban a quienes llegan, a menudo después de un gran sufrimiento, a buscar refugio en su país. Y, de hecho, allí estaban con todos ellos algunos refugiados, cuya acogida – les dijo Francisco – “testimoniará que para muchos pueden ser extraños, pero para ustedes pueden ser considerados hermanos y hermanas”.

Hacia el final de su discurro el Obispo de Roma agradeció nuevamente a estos jóvenes su “amistosa atención”, al igual que por todo este tiempo que le regalaron para poder compartir un poco de sus vidas. Y les aconsejó:

“ No apabullen ni aturdan sus sueños, denles espacios y anímense a mirar grandes horizontes, a mirar lo que les espera si se animan a construirlos juntos ”

“Japón los necesita, el mundo los necesita despiertos y generosos, alegres y entusiastas, capaces de construir una casa para todos”, les dijo el Papa al concluir. Y mientras les aseguró que reza para que crezcan en sabiduría espiritual y descubran en esta vida el camino hacia la verdadera felicidad, les aseguró que los tendrá presentes en sus oraciones, y les pidió, por favor, que también ellos recen por él.

“ A todos ustedes, y a sus familias y amigos les hago llegar mis mejores deseos y les doy mi bendición. Muchas gracias ”

Escuche al Papa

Catedral de Santa María

Conocida como “de la Inmaculada”, situada en el barrio Bunkyo, fue construida en el 1899 en estilo gótico, en madera. Convertida en Catedral en 1920, fue destruida en el 1945 durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. La nueva iglesia fue proyectada por el arquitecto Kenzo Tange en 1960 e inaugurada en 1964. Tiene una estructura modernista, y una altura de 40 metros compuesta de ocho paredes curvas de forma dinámica; para expresar la tensión hacia el cielo; realizada en cemento y recubierta en acero inoxidable, forman una gran cruz.

El campanario tiene una altura de 60 metros. La iglesia tiene una capacidad para 600 personas sentadas pero puede acoger a un total de 2000 personas en pie. Sobre la puerta principal, tiene un doble coro, donde se encuentra el órgano de tubos Mascioni opus 1165, construido en el 2004 bajo el proyecto de Lorenzo Ghielmi. Es el más grande de Japón; tiene una caja en estilo moderno y una transmisión mixta. Singular del interior de la iglesia es el efecto de la luz que pasa a través de los espacios de las ventanas contrastando la oscuridad. La catedral es considerada uno de los más importante trabajos de Tange, que entre otros también figura su obra proyecta por él del Memorial de la Paz de Hiroshima. Considerada una de las arquitecturas más interesantes de Tokio, liga la cultura occidental y oriental.

Encuentro del Papa con los jóvenes de Japón


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Visita privada del Papa al emperador del Japón.

Encuentro del Santo Padre con el Emperador de Japón Naruhito

Tras haberse reunido con las víctimas del «triple desastre», el Papa fue al Palacio Imperial de Tokio para mantener una conversación privada con el Emperador de Japón Naruhito.

Ciudad del Vaticano

El lunes 25 de noviembre, tras haberse reunido con las víctimas del «triple desastre» en Japón; el Santo Padre Francisco mantuvo un encuentro privado con el emperador de Japón, Naruhito, en el Palacio Imperial de Tokyo, en el marco de su viaje apostólico.

El Pontífice llegó al Palacio Imperial a las 11:00, hora local, y fue recibido por el propio emperador a la entrada del Palacio. Después de tomarse las respectivas fotos oficiales de la reunión, ambos mantuvieron una conversación privada de aproximadamente media hora.

Tras este encuentro, el Papa entregó a modo de obsequio al emperador de Japón un cuadro en mosaico artístico obra del pintor romano Filippo Anivitti (1876-1955). El mosaico muestra el arco de Tito que se encuentra en los Foros Imperiales de la ciudad de Roma.

Hubo gran énfasis por parte de los medios de comunicación locales por el gesto de Naruhito: el Papa fue recibido por el Emperador en la entrada del Palacio y, después de atravesar juntos el atrio, llegaron a la Sala de Audiencias. Al final de la reunión privada, el emperador Naruhito acompañó al Papa Francisco al ingreso principal para su despedida.

Según la agencia Jiji Press, que recoge fuentes de la Casa Imperial, en el ingreso principal el emperador Naruhito saludó al Papa en español, expresandole su alegría por haberlo encontrarlo, agradeciéndole su visita a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki y su encuentro con las víctimas del terremoto y del tsunami de marzo de 2011. Según la misma fuente, Francisco recordó el llanto de sus padres ante la noticia de los bombardeos atómicos, en agosto de 1945, cuando sólo tenía nueve años.

El emperador Naruhito

Su Majestad Imperial Naruhito, actual emperador de Japón, es el hijo mayor del ex emperador Akihito y de la ex emperatriz Michiko, nació en el Palacio Togu de Tokio en 1960.

El 1 de mayo de 2019 asciende al trono, tras la abdicación de su padre, el ex emperador Akihito, después de más de 30 años de reinado. Se trata, por tanto, de un momento histórico en la historia del país y de la casa real japonesa, la monarquía hereditaria más antigua del mundo. Según la constitución japonesa, el emperador es el «símbolo del Estado y de la unidad de su pueblo».


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Por qué siguen siendo tan pocos los japoneses cristianos. Opinión de un profesor japonés católico.

A woman sets a floating candle lantern on the river Aug. 6, 2015, in Hiroshima, Japan, in observance of the 70th anniversary of the atomic bombing of the city. (CNS photo/Paul Jeffrey)

On the eve of Pope Francis’ visit to Japan, Yoshio Kajiyama, S.J., the Hiroshima-born provincial of the country’s Jesuits from 2011 to 2017, spoke to America about his vocation and why so few Japanese people have embraced Christianity despite the fact that the Bible is a bestseller there and most Japanese consider religion “a good custom.”

In this exclusive interview, conducted in Rome on Nov. 9, the Japanese Jesuit identified six main challenges facing Japan today: the increasing gap between rich and poor, nationalism, the push to remove “the peace clause” from the Constitution, the plight of migrant workers and Japan’s low birth rate and high suicide rate. He talked, too, about the role of the Catholic Church in the Land of the Rising Sun today.

Baptism and Vocation

Father Kajiyama was born into a Buddhist family in Hiroshima 10 years after the United States dropped the atomic bomb on his home city on Aug. 6, 1945, killing 140,000 people, including his grandfather and aunt. His mother was in high school when the bomb exploded but survived, and his father was with the Japanese army in Manchuria at the time.

“By way of repentance or reparation,” he said, Californian Jesuits opened a high school in the city in 1955 called Hiroshima Gakuin. When he studied there the school had over 1,000 students in six grades, and among the teachers were 10 Jesuits from California.

Father Kajiyama was born into a Buddhist family in Hiroshima 10 years after the United States dropped the atomic bomb on his home city on Aug. 6, 1945, killing 140,000 people.

At school he was feeling “sad” and “without much hope” and “began reading the Gospels,” he recalled. “I found Jesus in the Gospel. I found that he is with me, with us. I came to believe in the resurrection of Jesus.” At the age of 15, he asked to be baptized. “I was the first Christian in my family.”

After high school, he went on to study history at the Jesuit-run Sophia University in Tokyo, which was founded in 1913 and is one of the most prestigious universities in the country. As he neared the end of his studies, he told his father about his desire to join the Jesuits, but his father was not enthused and told him he should go to work, earn a living and reflect deeply. He got a job as a history teacher in a girls’ school, but after five years, he spoke again with his father and reaffirmed his original desire.

“He gave me permission,” Father Kajiyama recalled. At the age of 24, he joined the Society of Jesus—one of four Japanese to do so at a time when there were only about 440,000 native Japanese Catholics.

The young Yoshio then studied philosophy and theology at Sophia University, where Adolfo Nicolàs, S.J., (the future superior general of the Society) taught him theology, and Jean-Claude Hollerich, S.J., (now a cardinal) was a fellow student. He also met Jorge Mario Bergoglio, S.J., who came to the university in 1987 to visit Argentinean Jesuits that he had sent there, including the current provincial, Renzo De Lucas, S.J., who will translate for the pope from Spanish to Japanese during his visit.

“I only shook his hand then,” Father Kajiyama said of his meeting with the future pope.

“I only shook his hand then,” Father Kajiyama said of his meeting with the future pope.

After his ordination in 1990, he was sent to teach history and religion in Fukuoka (1991-2007) and became the principal of one of the four Jesuit-run high schools in Japan. In 2007, however, he was appointed “socius” of the provincial, and in 2011 he became the provincial, a post he held for the next six years. At that time, he said, the province had about 230 Jesuits, around half of them native Japanese, while the others were missionaries from Germany, Latin America, the United States and Spain. An average of 10 Jesuits died each year during his term as provincial, and the number of Jesuits in Japan has decreased to around 160 today, with an average age of 70.

A Complex History

Although Catholicism first came to Japan with St. Francis Xavier in 1549, today there are only 536,000 native Japanese Catholics in the country, which has a total population of 126.3 million. But Father Kajiyama said “we need to take into account many factors, including the long period of persecution,” to understand this. Moreover, he said, despite its small numbers, the Catholic Church runs “many educational institutions and most have an excellent reputation, and many Japanese students are influenced by Christianity.” He noted that after his ordination his parents were also baptized, though his brother and sister did not follow suit.

He cited many reasons why only a tiny percentage of Japanese have embraced Christianity. One is the process of evangelization that took place with the religious orders: the Jesuits came first, then the Franciscans, followed by the Dominicans and other orders, but the approach was “sectorial”; each order had its own zone, and there was “not a united effort.” At the same time, he noted, “many Japanese like reading the Bible, which is one of the bestsellers in the country.”

Although Catholicism first came to Japan with St. Francis Xavier in 1549, today there are only 536,000 native Japanese Catholics in the country.

“We have to see evangelization as a long process,” he said. “There is hope.”

Most Japanese consider religion to be “a good custom,” Father Kijyama said. “They bring their children to the Shinto shrine to be blessed by the priests. They often get married in Christian churches and go to the Buddhist temples for their funerals.”

But there is also some “bad feeling” toward religion in Japanese society, he said, because so many died “in the name of the emperor” under State Shintō during the Second World War. There is also suspicion toward new religions, like Aum Shinrikyo, a doomsday cult that launched a Sarin chemical gas attack in the Tokyo metro on March 20, 1995, which killed 13 people and injured thousands.

Today’s Challenges

When asked to identify what he perceives as the main problems or challenges facing Japanese society today, Father Kajiyama mentioned six.

First, he said, even though Japan is the world’s third largest economic power after the United States and China, “there is the biggest gap between rich and poor in Japan than at any time in recent decades.” He recalled that in the 1960s, ’70s and ’80s “most Japanese thought they belonged to the middle class…. This is no longer the case because today an estimated one in six Japanese lives in a state of poverty.”

A second major problem is nationalism, he said. Father Kajiyama noted that it finds support in the government of Prime Minister Shinzo Abe and the political forces close to him. “Nationalism has taken root and has resulted in xenophobia,” he said.

“We have to see evangelization as a long process,” Father Kajiyama said. “There is hope.”

A third major concern is the effort by Prime Minister Abe and the government’s allies to amend Article 9 of the Constitution, often referred to as “the peace clause.” That clause states that “the Japanese people forever renounce war as a sovereign right of the nation and the threat or use of force as means of settling international disputes.” Father Kajiyama recalled that in the week before we met, there had been “discussions in the Diet”—the Japanese parliament—on this subject. But, he said, “it will not be easy to change the Constitution as this requires a two-thirds vote in the Diet to do so, and people are divided in the country on this.”

A fourth issue relates to the plight of the migrant workers in Japan, Father Kajiyama said. “So many find themselves in terrible situations; they are forced to work like slaves, and even those who get good salaries don’t have the freedom to enjoy it.” He recalled that in the 20th century, many migrants came from countries like Brazil and Colombia because it was easy for them to get visas as descendants of Japanese who had immigrated to Latin America in earlier times. But, he said, they were not treated well in Japan because they did not speak Japanese well or at all.

Today, he said, “the migrants come also from Vietnam, many of them between 20 and 25 years of age, and often only stay for two years, make money and then go home.” He noted that because many of those from Vietnam come on “internship contracts for job training” their rights are not fully protected under Japanese law.

The Catholic Church in Japan “continues to work for evangelization today, with a focus on social justice,” Father Kajiyama said.

Father Kajiyama said he intends “to build a high school for immigrants” and serves as the chairman on the committee for this purpose.

A fifth major problem is the low birthrate in Japan, the lowest in 100 years. “Most families have only one child,” he said, and many couples have children without getting married. The current birthrate stands at 1.43 children per family. At the same time, 20 percent of Japan’s population is aged 70 or over.

Finally, Father Kajiyama speaks about the country’s high suicide rate. “Many don’t have hope, can’t find hope,” he said. “Some commit suicide as form of ‘revenge’ on society, such as by throwing themselves under a train to cause disruption.” According to government figures, a total of 332 Japanese elementary, junior high and high school students died by suicide in 2018, the highest number since the data was first gathered in 1988. Overall, 20,840 Japanese people died by suicide in 2018.

The Church in Japan

The Catholic Church in Japan “continues to work for evangelization today, with a focus on social justice,” Father Kajiyama said. “It promotes peace, and in a very important statement, in the wake of the Fukushima nuclear accident on March 11, 2011, the bishops called for the abolition of nuclear power plants in the country.” The accident was triggered by a major earthquake and a 15-meter-high tsunami. He said the government initially decided to stop the power plants but has now allowed a few to open.

He acknowledged that the government was very keen to have Pope Francis visit the country and thought there could be a number of reasons for this. First, “many Japanese have a good impression of Pope Francis,” and, moreover, “when John Paul II came, they loved him especially because of his statement in Hiroshima.” Important, too, “we have a new emperor,” and “maybe the government also wants to get more support from the church.” Of course, he added, “there’s a political gain from the pope’s visit, as is true for every country.”

For his part, Father Kajiyama hopes Pope Francis “will give an excellent message about the abolition of nuclear weapons” and “will also meet many young people.” He looks forward to meeting him with the Jesuit community at Sophia University where he once studied and where the pope will spend his last morning in Japan.


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Japon. Voces del pueblo sobre la visita del Papa.

Católicos en Japón: queremos escuchar un mensaje de esperanza y de paz

El Papa Francisco llegó el sábado a Japón en la segunda etapa de ese viaje apostólico. El primer destino fue Tailandia, ahora le toca el turno a Japón. Los católicos en Japón expresan sus deseos por un mensaje concreto y que los deje llenos de esperanza.

Manuel Cubías – Japón

Este domingo la comunidad católica de habla española ha celebrado en la Parroquia San Ignacio, la fiesta de Cristo Rey del universo. Con esta liturgia, se pone fin al año litúrgico 2019 y comienza el 2020, con el tiempo del adviento, que tiene como objetivo ayudar a la comunidad a prepararse para el momento de la encarnación de Jesús: la Navidad.

La parroquia también acoge a otras comunidades lingüísticas además de la japonesa, como la inglesa, portuguesa y vietnamita. La de lengua española es una comunidad pequeña. La conforman entre 300 y 500 personas. La mayoría proveniente de América del Sur.

Diálogo entre culturas y rechazo a las armas nucleares

Katia Gómez Okura, laica peruana afirmó: “hemos estado profundamente emocionados, preparándonos para esa venida”. Ella evidenció que no todos los católicos han recibido la invitación a participar, así como cree que es importante que el Papa hable sobre el control de las armas nucleares.

Entrevista a Katia Gómez. Laica comprometida en la parroquia

Por su parte, Nauki Nakanishi, hijo de papá japonés y madre española afirmó que “Se han preparado para la venida del Papa con emoción y esperanza. Es un honor para todos esta visita”. También insistió en la necesidad de profundizar el diálogo entre la cultura japonesa y el cristianismo.

Entrevista a Naoki Nakanishi

Hizo notar que la cultura japonesa puede aportar al cristianismo muchos elementos. Una primera cosa: “Creo que el aspecto del carácter obediente, trabajador, educado y cortes de la sociedad japonesa. Son meticulosos en los trabajos. Nos podría ayudar a ser más meticulosos en los aspectos de la fe. Más educados en la relación con Dios Padre y en la relación con nuestros hermanos”. Subrayó este diálogo intercultural afirmando: ”Los cristianos queremos influir más en la cultura japonesa y que ella influya más en la nuestra”. Finalizó diciendo: “Mañana lunes estaré en la misa del Tokio Dome haciendo una de las oraciones de los fieles”.

La hermana Ivette, misionera clarisa, responsable del grupo de español en la iglesia de san Ignacio en Tokio, afirmó: Queremos absorber el mensaje que el Papa nos trae a nosotros: él viene a dejarnos un mensaje de esperanza, nos viene a hablar de paz, de desarme nuclear, eso es lo queremos recibir.

Refiriéndose a las estadísticas parroquiales, afirmó: “En la parroquia hay cerca de 15,000 católicos registrados. En realidad, son más de 20,000, pensando en los no registrados. De habla española el número oscila entre 300 y 500 personas. Es un lugar de paso por ser un lugar céntrico y los que vienen, llegan de las prefecturas más cercanas.


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Japón: temas para la visita del Papa. P. Garralda

Padre Javier Garralda.Padre Javier Garralda. 

P. Garralda: japoneses esperan palabras concretas del Papa sobre temas controvertidos

El padre Javier Garralda, llegó a Japón hace 61 años como misionero, desde España. Conversa con Vatican News sobre las expectativas del pueblo nipón en relación a la visita del Papa Francisco: “Que el Papa diga algo sobre la pena de muerte, el armamentismo y las armas nucleares.

Manuel Cubías SJ – Japón

Javier Garralda dedicó más de treinta años a la labor docente en la Universidad de Sofía en la ciudad de Tokio. Ha escrito varios libros sobre el humanismo cristiano. Considera que la sociedad japonesa lo ha acogido muy bien y afirma que hay algunos temas que son importantes y sobre los que los católicos en particular, esperan una palabra “concreta” del Papa.

Temas importantes para la sociedad japonesa

La Pena de muerte es una realidad en Japón, sin embargo, parte de la sociedad no está de acuerdo con ella y el p. Garralda expresa su opinión: “Con todos los respetos y con todas las tolerancias, creo que, como persona humana, la pena de muerte debería quitarse”.

Sobre el tema de la guerra expresó que “las armas nucleares deberían de quitarse porque son muy peligrosas”. “Los japoneses saben que el Papa está en contra de las dos cosas y muchos esperamos que el Papa diga algo sobre esto”.

Otro tema importante es el problema del armamentismo. Garralda subrayó que se trata de un tema delicado, así como recordó la oposición de los obispos a una propuesta que busca cambiar la constitución: “es el artículo 9 de la constitución que afirma que Japón no puede tener ejército para la guerra, solo para defenderse. Se quiere cambiar este artículo y tener un ejército que pueda hacer la guerra. Los obispos están en contra de esta decisión, pues al permitir que el ejército se arme, se puede producir otra guerra”.

Continuó el religioso: “Sabemos que es complicado, pero esperamos que diga algo. No se trata de cosas generales como que haya paz, en eso todos estamos de acuerdo. Se trata de que hable cosas concretas, como sobre la pena de muerte, sobre las armas nucleares y a propósito de este artículo, si él lo dice, es importante, porque, aunque él se vaya, después nosotros podremos seguir, pues si sabemos que él lo dijo, después nosotros podemos seguir trabajando sobre esos puntos”.

Apostolado social en las cárceles

Javier Garralda visita desde hace 27 años la cárcel de Fuchu, ubicada al oeste del centro de Tokio. Relata que es una cárcel que tiene “como 5000 presos. Es muy grande y muy estricta, y visitaba a los de habla española, que en su mayoría son acusados por el transporte de droga”. A muchos de ellos les dan entre diez y 25 años de cárcel.

Afirma que también visita la cárcel de los acusados a pena de muerte. “Es un poco difícil hablar con ellos, les visito una vez al mes para hablar con ellos y dos veces al mes para celebrar la misa. No pueden hablar en profundidad con nadie, están solos, pues cuando alguien los visita, siempre hay una persona escuchando. Ellos reconocen que han hecho mal, pero, tienen temor de perder cualquier juicio de apelación”. Este juicio sería su última esperanza de mantenerse con vida, de allí que cuiden celosamente cualquier información.

A sus 88 años de edad, el misionero español mostraba su alegría y esperanza por la visita del Papa Francisco y espera pacientemente la palabra concreta. Después de unos 25 minutos de conversación, se retiró a celebrar la misa de medio día en la iglesia parroquial