Loiola XXI

Lugar de encuentro abierto a seguidor@s de S. Ignacio de Loyola esperando construir un mundo mejor


Deja un comentario

Ser familia misionera en Japón

Santi y Ángeles. El desafío de ser familia misionera en Japón

Santi y Ángeles son los progenitores de once hijos. Fueron enviados por San Juan Pablo II, junto con otras once familias, hace treinta años a Japón, como familias en misión. Participaron en la celebración con el Papa Francisco en la ciudad de Hiroshima, donde residen.

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

Santi y Ángeles son originarios de Faraday, cerca de Barcelona. Son miembros de las comunidades neocatecumenales. Fueron enviados por san Juan Pablo II junto con otras once familias como familias en misión. Santi recuerda: “Hace 30 años que vivimos en Japón, principalmente en Hiroshima. Nuestra misión se podría resumir en tres aspectos: primero, vivir en medio de los japoneses, nuestros hijos van a las mismas escuelas, tenemos los mismos problemas que ellos, pero viviendo cristianamente nuestras debilidades.

Santi Ferrán: aprender el camino

Santi relata que son muchas las personas con las que tienen contacto, sea por las actividades que hacen o por la amistad con sus hijos. De esta manera, tienen un primer contacto con el cristianismo en su casa. “Después de muchos años y muchas equivocaciones, hemos aprendido que lo importante es estar a la disposición de estas personas que se acercan, el resto lo hace y lo hará el Señor”, afirmó.

“Segundo, nuestro camino en la fe con la comunidad de Iwakumi es fundamental, compartiendo con los hermanos japoneses la palabra de Dios, la eucaristía y sus experiencias, recibimos la fortaleza y el consuelo para vivir nuestra vida cristiana diaria”.

Santi constata en tercer lugar, que las parroquias cristianas se están vaciando y en ellas solo queda gente mayor. “Nuestra misión, hemos visto, es estar a su lado esperando en el Señor. Finalmente, dar gracias al Señor por nuestros hijos. Hace 30 años muchas personas pensaban que arriesgábamos mucho por nuestros hijos. No ha sido así. Desde el primer día, Dios ha sido fiel y ha cuidado de ellos”.

Ángeles: respuesta agradecida al Señor

Nosotros vinimos a la misión por gratitud al señor por lo que había hecho por nosotros. Había salvado nuestro matrimonio y estamos contentos y agradecidos. Los primeros 8 años fueron de aterrizaje. Lo que más nos ayudo fue venir sin saber el idioma ni la cultura japonesa. ¡No sabíamos nada!. Esto fue lo mejor, porque nos hizo estar en la misión como niños. Teníamos que pedirlo todo, recibirlo todo. Esto hizo salir todo el orgullo que teníamos dentro. Descender a nuestro interior y ver lo oscuro que estaba. Esto fue muy importante, porque con nuestra prepotencia habíamos creado muchos problemas. Durante los 8 primeros años descubrimos que no servíamos para misioneros.

En la segunda etapa, cambiamos de ciudad. Vivimos doce años en el norte, en Niigata, allí aprendimos a querer y a respetar y admirar a los japoneses y a experimentar la fidelidad de Dios cada día, su presencia en todas las cosas pequeñas como grandes. Él es y ha sido nuestro papá, tanto materialmente como espiritualmente. Descubrir que se vale de nuestros pecados, debilidades y fracasos para llegar a las personas que nos rodean y amarlas.

La tercera etapa, en estos últimos diez años, ya otra vez en Hiroshima ha sido el descubrimiento de no esperar nada de las personas que se acercan a nosotros, servirles, disfrutar de su compañía en nombre de Jesús. Entonces es cuando la misión se convierte en una aventura maravillosa.

Entrevista a Santi y Ángeles, familia misionera

Al encuentro del Papa en Hiroshima

En la parroquia y en la comunidad hemos estado esperando al Papa con alegría, haciendo oraciones y sacrificios desde hace mucho tiempo. Lo esperamos con ilusión, esperando que hable sobre la paz declaró Santi.

Su hijo Josep, participó con la familia en el Encuentro por la Paz en Hiroshima y comparte su experiencia: “Llegamos a las 4 y media de la tarde. El clima fue un poco benévolo. La ceremonia comenzó a las seis y media. Llegué con mi mujer y mis dos hijos. Lo que más me impresionó fue el silencio absoluto que cubría todo el parque. Claro, estábamos en un contexto de que ese era el lugar donde cayó la bomba atómica. El silencio se profundizó cuando llegó el Papa.

También me impresionó que el Papa le dedicó un saludo a cada uno de los sobrevivientes. Incluso algunos se emocionaron mucho. Su discurso fue muy claro sobre las armas nucleares. Lamento que algunos no cristianos quisieron participar, pero no recibieron a tiempo la invitación, pues había espacio para mucha gente”.

La palabra del Papa en Nagasaki

Ser misionero incluye un proceso de aprendizaje y escucha que permita abrirse a los demás, dejarlos entrar y descubrirnos como personas. El Papa Francisco había dicho unas cuantas horas antes en Nagasaki, que no debemos perder la memoria “de lo que significa cargar con el sufrimiento de tantos inocentes”; tampoco caer “en la atmósfera comodona del grito fácil e indiferente del ‘sálvate a ti mismo’”, pues – añade – “estas tierras experimentaron, como pocas, la capacidad destructora a la que puede llegar el ser humano”.

 


Deja un comentario

Peregrinación de las familias a Pompeya (Italia)

Peregrinación Nacional  Familias  mensaje ParolinLa Peregrinación Nacional de las Familias en septiembre 2018, organizada por la Renovación en el Espíritu Santo  

Peregrinación familias. Parolin: rezar el rosario para fortalecer los lazos

Hoy tiene lugar la Peregrinación Nacional de las Familias a Pompeya, organizada por la Renovación en el Espíritu Santo. En su mensaje a los participantes, el Cardenal Parolin destaca los frutos de la oración mariana.

Marco Guerra – Ciudad del Vaticano

«Rezando el Rosario en su peregrinación, las familias recibirán los mismos beneficios, porque, como dice el Papa, la familia que reza unida permanece unida. El rezo del Santo Rosario Mariano, como poderoso instrumento para reforzar los lazos e inundar «con beneficiosa armonía la relación entre marido y mujer, entre padres e hijos», es impulsado por el Secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, en el mensaje dirigido a los participantes de la XII Peregrinación Nacional de las Familias por la Familia al Santuario Mariano de Pompeya. El evento organizado por la Renovación en el Espíritu Santo concluirá a las 19.00 horas con la celebración eucarística presidida por el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

El rezo del rosario ensancha los corazones

«En generaciones pasadas, las familias se reunían en torno al hogar por la tarde para rezar el Santo Rosario -recuerda el cardenal- y esa petición recitada juntos ensanchaba los corazones al perdón, sanando los conflictos que pudieran haber existido en ese día».

La Virgen impulsa a la reconciliación

El Cardenal Parolin vuelve a insistir en los frutos de la oración mariana: «Nuestra Señora del Rosario todavía desata los nudos que surgen en las relaciones conyugales y empuja hacia la reconciliación, incluso entre familia y familia [….]. La Madre de Jesús nos muestra el camino y, como en Caná de Galilea, suscita el milagro del vino nuevo para todas nuestras familias, abriendo caminos de solidaridad y de paz para todos los pueblos».

El X Encuentro Mundial de las Familias

En su mensaje, el Secretario de Estado vaticano también mira hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias: «A la luz de esto, vuestra peregrinación se prepara también para el Décimo Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Roma en 2021, y que tendrá como tema: «El amor familiar: vocación y camino hacia la santidad». En efecto, el camino de la santidad necesita la armonía, típicamente femenina, que brota del corazón de la Virgen de Nazaret».

El Papa confía las familias a María

«El Papa cuenta con vosotros y pide que las familias más frágiles sean cada vez más objeto de vuestros cuidados y de vuestro acompañamiento -escribe el cardenal Parolin-, los que viven la tragedia de la separación, los más pobres, los que no encuentran trabajo o lo han perdido, los afligidos por  sufrimientos y por lutos».  «Mientras pide orar por él y por su servicio a la Iglesia – concluye el cardenal -, Su Santidad confía su camino a la intercesión maternal de María, Reina de las familias, y envía de corazón a Vuestra Excelencia y a todos los participantes una especial bendición apostólica».


Deja un comentario

Intenciones del Papa: en agosto el rezo por las familias

El Papa pide rezar en agosto para que las familias sean laboratorio de humanización

En el video del Papa con la intención de oración universal para el mes de agosto, el Santo Padre pide cuidar a las familias y rezar por ellas para que se conviertan en verdaderos “laboratorios de humanización”, en los que las personas puedan alcanzar una vida de oración y de amor.

Ciudad del Vaticano

En el Video del Papa del mes de agosto, el Santo Padre vuelca su mirada sobre las familias y pide orientar la intención de oración hacia todo aquello que favorezca, en ellas, verdaderos contextos de humanización. Para Pontífice, las familias son “la mejor herencia posible” que le podemos dejar al mundo y al futuro.

Los datos que arrojan algunos informes oficiales indican que, en la Unión Europea, el 16% de las familias son monoparentales (formadas por un progenitor y sus hijos). En Estados Unidos, por otro lado, estadísticas de hace 3 años revelan que el 44% de las parejas están casadas, mientras que se ha detectado un aumento de las personas que viven solas (20%) o en pareja (8%).

En Latinoamérica, destaca el caso de Colombia, donde se ha registrado el mayor número de parejas que viven fuera del matrimonio en una proporción del 35%. Una tendencia que parece común al resto de países de esta latitud. Además, el 27% de los hijos viven en hogares monoparentales.

Rezar por las familias y cuidarlas

En este contexto, la intención de oración del Papa, apunta a rezar por las familias y cuidarlas, las “verdaderas escuelas del mañana”. Su mensaje es una llamada para que las familias se vuelquen al diálogo, al compartir y a vivir experiencias juntos, a aprender a acogerse y perdonarse, ya que son ellas las que “constituyen el primer lugar donde el ser humano aprende a amar”.

 

Al mismo tiempo, sus palabras advierten sobre el peligro que representa un “individualismo exasperado que desvirtúa los vínculos familiares y acaba por considerar a cada componente de la familia como una isla”, con riesgos de que esto conlleve a crear “dinámicas de intolerancia y agresividad”.

Familia: primer lugar donde aprendemos a amar

El P. Frédéric Fornos, sacerdore jesuita, Director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, subraya que “es en nuestras familias, con sus alegrías y heridas, con sus logros y decepciones, donde primero aprendemos a amar y a dejarnos amar. Es en ellas donde descubrimos el amor y el servicio, el compartir, el diálogo, el perdón y la reconciliación, a través de nuestros padres y nuestros hermanos, primos y familiares. Amar y ser amados nos humaniza, nos ayuda a reconocer en nuestras vidas el amor de Dios”.

 

Cada familia es diferente y tiene que superar grandes desafíos para crecer y dar vida en el mundo de hoy, conservando la alegría aun con heridas y la unidad sin divisiones. En esta intención de oración, Francisco recuerda la importancia que tiene, para las familias, una vida de oración y de amor que favorezca el crecimiento humano y espiritual, a la manera de Jesucristo, quien nos revela lo que significa ser plenamente humano. Las familias son verdaderos “centros de humanidad”.

Palabras del Papa en el video

¿Qué mundo queremos dejar para el futuro?, pregunta el Papa en el video. «Dejemos un mundo con familias. Cuidemos las familias porque son verdaderas escuelas del mañana, son espacios de libertad, son centros de humanidad. Y reservemos un lugar destacado en ellas para la oración, personal y comunitaria. Recemos para que las familias, gracias a una vida de oración y a una vida de amor, se vuelvan cada vez más; laboratorios de humanización».

Video del Papa en agosto
01 agosto 2019, 16:00


Deja un comentario

Romania: el Papa con los jóvenes y las familias.

Menu

Cerca

Radio Vaticana

Lo Scrigno Musicale

ProgrammiPodcast

La Parola Del Giorno

Papa a giovani e famiglie: la fede non è quotata in borsa, ma è certezza di amore

Incontro mariano con la gioventù e le famiglie nel piazzale del Palazzo della cultura di Iaşi. Papa Francesco invita tutti a restare radicati nella propria storia per “abbattere” le “trincee” e “aprire strade che ricordino quell’appartenenza di figli e fratelli”. Presenti circa 100 mila persone

Barbara Castelli – Città del Vaticano

“Il maligno divide, disperde, separa e crea discordia, semina diffidenza”, “lo Spirito, al contrario, ci ricorda che non siamo esseri anonimi, astratti, esseri senza volto, senza storia, senza identità”. In un mosaico straordinario di generazioni ed etnie, Papa Francesco si rivolge a giovani e famiglie per mettere a fuoco l’importanza delle “radici”, quella “connessione” che ci rammenta che “la vita di ciascuno è ancorata alla vita degli altri”. Nel piazzale antistante il Palazzo della cultura di Iaşi, durante l’incontro mariano, il Pontefice ribadisce che la fede “non è quotata in borsa, non si vende”, apparentemente “può sembrare che non serva a niente”, ma “è un dono che mantiene viva una certezza profonda e bella: la nostra appartenenza di figli, e figli amati da Dio”. (Ascolta il servizio con la voce del Papa).

Lo Spirito Santo apre percorsi di speranza

Partendo dalla testimonianza resa precedentemente dai nonni Elisabetta e Ioan, oltre che dalla giovane coppia Alexandra e Gabriel e dal giovane studente Eduard, Papa Bergoglio ringrazia per il caloroso benvenuto e per l’atmosfera di “casa”. “In questa piazza – sottolinea – si trova il volto della famiglia di Dio che abbraccia bambini, giovani, coniugi, consacrati, anziani rumeni di diverse regioni e tradizioni, come pure della Moldavia, e anche quelli che sono venuti dall’altra sponda del fiume Prut, i fedeli di lingua csango, polacca e russa”.

Lo Spirito Santo ci convoca tutti e ci aiuta a scoprire la bellezza di stare insieme, di poterci incontrare per camminare insieme. Ognuno con la propria lingua e tradizione, ma felice di incontrarsi tra fratelli.

Nel solco dell’esperienza inaugurata dagli Apostoli, oggi i fedeli sono chiamati a “seminare” la gioia del Vangelo, sospinti dallo Spirito, che “abbraccia le nostre differenze e ci dona la forza per aprire percorsi di speranza tirando fuori il meglio da ciascuno”. Certo, riconosce, “camminare insieme” non è facile, ma è un dono da chiedere, “un’opera artigianale” da costruire e trasmettere.

Le radici dell’amore

Per guardare al futuro e aprirsi al domani, non bisogna dimenticare da dove si è partiti, le proprie radici.

È la sapienza che si riceve con gli anni: quando cresci, non ti dimenticare di tua madre e di tua nonna e di quella fede semplice ma robusta che le caratterizzava e che dava loro forza e costanza per andare avanti e non farsi cadere le braccia. È un invito a ringraziare e riabilitare la generosità, il coraggio, il disinteresse di una fede “fatta in casa”, che passa inosservata ma che costruisce a poco a poco il Regno di Dio.

“L’amore mette radici e ci invita a metterle nella vita degli altri”, prosegue Papa Francesco nel discorso, richiamando anche la profezia di un santo eremita di queste terre, la “felicità personale passa dal rendere felici gli altri. Tutto il resto sono favole”.

Quando le persone non ameranno più, sarà davvero la fine del mondo. Perché senza amore e senza Dio nessun uomo può vivere sulla terra. La vita inizia a spegnersi e a marcire, il nostro cuore smette di battere e inaridisce, gli anziani non sogneranno e i giovani non profetizzeranno quando non ci saranno sentieri dal vicino al vicino… Perché senza amore e senza Dio nessun uomo può vivere sulla terra.

Le provocazioni della vita

A tutti il Pontefice chiede di vivere la propria fede in mezzo alle “tante le provocazioni che ci possono scoraggiare e farci chiudere in noi stessi”, riconoscendo la “vocazione” donata dal Signore, scoprendo i propri “talenti” e mettendoli “al servizio degli altri”.

Questa è una libertà molto più grande che poter consumare e comprare cose. Una vocazione che ci mette in movimento, ci fa abbattere trincee e aprire strade che ci ricordino quell’appartenenza di figli e fratelli.

Lasciare crescere la fede

Nel “giardino della Madre di Dio”, Papa Francesco consacra a Maria “l’avvenire dei giovani, delle famiglie e della Chiesa”, ribadendo che “la fede non si trasmette solo con le parole, ma con gesti, sguardi, carezze come quelle delle nostre madri, delle nostre nonne; con il sapore delle cose che abbiamo imparato in casa, in maniera semplice e genuina”. Raccontando un episodio avvenuto poco prima di salire sul palco, a braccio, insiste sull’importanza dei nonni, che possono “sognare grazie ai nipoti”.

Lì dove c’è molto rumore, che sappiamo ascoltare; dove c’è confusione, che ispiriamo armonia; dove tutto si riveste di ambiguità, che possiamo portare chiarezza; dove c’è esclusione, che portiamo condivisione; in mezzo al sensazionalismo, ai messaggi e alla notizie rapide, che abbiamo cura dell’integrità degli altri; in mezzo all’aggressività, che diamo la precedenza alla pace; in mezzo alla falsità, che portiamo la verità; che in tutto, in tutto privilegiamo l’aprire strade per sentire questa appartenenza di figli e di fratelli.

La Vergine di Cacica

All’incontro con Papa Francesco le migliaia di persone presenti si sono preparate con la preghiera, rivolta all’icona della Vergine di Cacica. La recita del rosario ha scandito l’attesa, anche per i tanti bambini presenti, ai quali il Pontefice rivolge un pensiero particolare, nell’odierna Giornata internazionale a loro dedicata. Istituita nel 1925 durante la Conferenza mondiale sul benessere dei bambini di Ginevra, la Giornata (da non confondere con la Giornata mondiale dell’infanzia celebrata dall’Onu il 20 novembre) vuole richiamare l’attenzione sulle tante violenze che l’infanzia subisce e si propone di sollecitare il mondo a un preciso impegno nel tutelare i piccoli da ogni sopruso.

Li salutiamo con un forte applauso! Vorrei che la prima cosa che facciamo sia pregare per loro: chiediamo alla Vergine che li protegga con il suo manto. Gesù li ha posti in mezzo ai suoi apostoli; anche noi vogliamo metterli in mezzo e riaffermare il nostro impegno di volerli amare con lo stesso amore con cui il Signore li ama, impegnandoci a donare loro il diritto al futuro.

La festa delle esperienze

Il discorso di Papa Bergoglio è preceduto dal saluto di mons. Petru Gherghel, vescovo di Iaşi, che rivolge al Pontefice un caloroso e collettivo “benvenuto”, ribadendo l’impegno della Chiesa in Romania di “trasmettere ai giovani il tesoro della fede e dell’amore, quale garanzia di felicità e di speranza”. In un crocevia di esperienze, la giovane coppia parla dei tanti problemi della società di oggi – “la corruzione, la migrazione, la mancanza di riconciliazione, l’insicurezza di un futuro nel paese” – e di come, comunque, i giovani e le famiglie cerchino di “costruire con pazienza una società più accogliente e più umana”. Eduard racconta l’impegno a coltivare l’amicizia con Gesù, pur in un mondo che invita a perseguire l’egoismo esasperato; e nella testimonianza della famiglia di tre generazioni prende corpo l’importanza della trasmissione della fede.

Guarda la diretta dell’incontro mariano di Iaşi


Deja un comentario

Hoy día internacional ONU de las familias.

Milán VII encuentro Mundial de las Familias en el 2012 foto archivoMilán VII encuentro Mundial de las Familias en el 2012 foto archivo 

Hoy 15 de mayo: Día Internacional de las familias

La ONU ha instituido el Día Internacional de las Familias para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

En este contexto, tuvo lugar el primer encuentro de expertos organizado por el Observatorio Internacional de la Familia, promovido por el Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia. Comenzó en Roma el lunes 13 de mayo y concluyó este miércoles con un saludo de los participantes, con el Santo Padre en la Audiencia General en  la Plaza de San Pedro.   Se trata de un proyecto de investigación en el que participan unas quince universidades de todo el mundo. Los trabajos de la reunión se abrieron con la intervención del Arzobispo Presidente del Observatorio y también presidente de la Pontificia para la Vida, Mons. Vincenzo Paglia.

Un observatorio para mirar la realidad de las familias

Como dijo Mons. Paglia, el Observatorio Internacional de la Familia nace de la urgencia – expresada claramente por el Papa Francisco en su exhortación apostólica Amoris laetitia – de mirar a las familias del mundo en su vida real. El método que debe practicarse en el Observatorio es mantener el rigor científico necesario para la investigación y, al mismo tiempo, un conocimiento apasionado por la luz de la tradición de la Iglesia, que ayude a leer, más allá de los simples números, los innumerables rostros y las innumerables historias de hombres y mujeres marcados por la vida conyugal y familiar; considerar los infinitos y preciosos lazos -incluidos los más pobres y difíciles- que constituyen la historia de las familias que literalmente mantienen viva a la Iglesia y a la sociedad humana.

Ya hace algunos años, el Pontificio Consejo para la Familia comenzó a investigar en diferentes países del mundo sobre la familia y su relación con la sociedad. Los resultados de estas investigaciones han demostrado, dijo el prelado, que la familia compuesta por padre, madre e hijos, en comparación con otros tipos de familias, como las familias monoparentales, es el recurso más importante para la vida y la organización de la sociedad. Pues bien, con el actual Observatorio Internacional se pretende ampliar aún más el horizonte de la investigación. Por un lado, prestando atención a toda la gama de países del mundo y, por otro, eligiendo cuidadosamente las diferentes perspectivas que se relacionan con el vasto campo que afecta a la familia. En este comienzo de la investigación, por ejemplo, el horizonte es el de la «pobreza relacional» que concierne al mundo de las familias en el mundo. Un proyecto al cual se les unen algunas universidades, y caritas Internationalis.

El Observatorio -entendido como un verdadero departamento de investigación, dedicado al seguimiento e interpretación de hechos sociales de importancia antropológica fundamental como los relacionados con la familia- ofrece sin duda un apoyo eficaz para el desarrollo de conocimientos especializados de alto nivel.  Es una herramienta extremadamente útil para escapar de cualquier tentación dañina a la autorreferencialidad ideológica o al doctrinalismo abstracto: ya sean teorías construidas «en la mesa», o modelos decididos por «algoritmos» arbitrariamente definidos. El proceso de renovación del Instituto Teológico prevé ya para el próximo año un organigrama actualizado de las áreas de estudio, investigación y enseñanza: en el campo de la teología fundamental y la hermenéutica bíblica, la eclesiología familiar y la antropología cultural, las ciencias sociales y políticas, el derecho comparado y la jurisprudencia interreligiosa dentro de las instituciones familiares.

La ONU y las familias

A pesar de que el concepto de familia se ha transformado en las últimas décadas, evolucionando de acuerdo a las tendencias mundiales y los cambios demográficos, las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. En este contexto, el Día Internacional de las Familias nos da la oportunidad de reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan a su desarrollo y evolución.

Las familias y la Acción por el clima

Este año, la ONU, pone el centro de la atención sobre las familias y las políticas familiares como elemento esencial para el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13, Acción por el Clima, con especial atención en las metas siguientes:3:

Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.

Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.


Deja un comentario

Catequesis semanal del Papa. Balance del encuentro mundial de las familias en Dublin

Catequesis del Papa: Familias, alegría para el mundo, irradien el amor de Cristo

El IX Encuentro Mundial de las Familias y su 24° Viaje Apostólico Internacional a Irlanda, tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles 29 de agosto de 2018.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“El fin de semana pasado estuve en Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, que tenía como lema: «El Evangelio de la familia, alegría para el mundo». Deseaba animar a las familias cristianas en su vocación para ser transmisoras de la alegría y de la fecundidad del amor de Dios en medio de la sociedad y del mundo”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del último miércoles de agosto de 2018, comentando su reciente Viaje Apostólico Internacional a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias.

El sueño de Dios para toda la familia humana

Las miles de familias – esposos, abuelos, hijos – reunidas en Dublín, con toda la variedad de idiomas, culturas y experiencias, señaló el Santo Padre, fueron signos elocuentes de la belleza del sueño de Dios para toda la familia humana. “El sueño de Dios, agregó el Pontífice, es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, el perdón y la reconciliación que nos ha dado en Cristo. Él llama a las familias a participar de este sueño y a hacer del mundo un hogar donde nadie esté solo, no querido o excluido”. Por lo tanto, afirmó el Papa, el tema de este Encuentro Mundial fue muy apropiado: “El Evangelio de la Familia, alegría para el mundo”.

La Iglesia, una familia de familias

Agradeciendo al Presidente de Irlanda, a las diversas autoridades gubernamentales, civiles y religiosas, y a las muchas personas de todos los niveles que ayudaron a preparar y llevar a cabo los eventos de este Encuentro, el Papa Francisco recordó a las Autoridades en el Castillo de Dublín que, “la Iglesia es una familia de familias y que, como un cuerpo, sostiene a estas sus células en su papel indispensable en el desarrollo de una sociedad fraterna y solidaria”.

Los testimonios del amor conyugal

Asimismo, el Santo Padre señaló que, los verdaderos puntos-luz de estos días fueron los testimonios de amor conyugal dados por parejas de todas las edades. “Sus historias – precisó el Pontífice – nos recordaron que el amor del matrimonio es un don especial de Dios, que debe ser cultivado cada día en la iglesia domestica que es la familia”. ¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura! Y esta revolución comienza en el corazón de la familia.

El matrimonio cristiano, fuente de gracia

“En la Pro-Catedral de Dublín – afirmó el Sucesor de Cristo – conocí a esposos comprometidos en la Iglesia y a muchos matrimonios jóvenes, muchos de ellos con hijos pequeños. Luego he encontrado a algunas familias que se enfrentan desafíos y dificultades particulares. Gracias a los Frailes Capuchinos, que están siempre cerca al pueblo y a la familia eclesial en general, experimentan la solidaridad y el apoyo que son fruto de la caridad.

Fiesta de las Familias y Santa Misa

Un punto culminante de mi visita, precisó el Papa Francisco, fue el Festival de las Familias, el sábado por la noche, en el Estadio de Dublín, seguida el domingo por la Misa en el Phoenix Park. “En la Vigilia escuchamos testimonios muy conmovedores de familias que han sufrido guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado de la espiral de la adicción, familias que han aprendido a usar bien los teléfonos móviles y las tabletas y a priorizar el tiempo que pasan juntos. También se ha destacado el valor de la comunicación intergeneracional y el papel específico de los abuelos en el fortalecimiento de los lazos familiares y la transmisión del tesoro de la fe”.


Deja un comentario

Roma próxima sede dentro de tres años del encuentro mundial de las familias.

Familias cristianas: seamos una única familia. Roma próxima sede EMF en 2021

Roma próxima sede del EMF en 2021. La noticia fue dada por el Cardenal Kevin Farrell al término de la Misa celebrada por el Papa Francisco en el Parque Fénix de Dublín

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

“… Jesucristo, que se ha encarnado en nuestro mundo por medio de una familia y que a través del testimonio de las familias cristianas tiene el poder, en cada generación, de derribar las barreras para reconciliar al mundo con Dios y hacer de nosotros lo que desde siempre estamos destinados a ser: una única familia humana que vive junta en la justicia, la santidad y la paz”. Con estas palabras, el Papa Francisco se dirigió a las familias del mundo, para que logremos reconciliar al mundo con Dios, que logremos ser una única familia que vive en la justicia, la santidad y la paz.

El Papa Francisco, presidió la celebración eucarística en el Parque Phoenix, uno de los parques urbanos más grandes europeos. Son más de 700 hectáreas situadas en 3 kilómetros al noroeste del centro de Dublín.  En el Sagrario se aprecia la cruz papal, que conmemora la histórica misa del Papa Juan Pablo II el 29 de septiembre del 1979. Mons Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín, hizo alusión a esta cruz en sus palabras de bienvenida al Pontífice. Le dijo que esta cruz es un símbolo para Irlanda, para la Iglesia irlandesa.

Su amor salva el mundo de la esclavitud del pecado

En su homilía, el Papa recuerda que san Pablo nos dice que el matrimonio es una participación en el misterio de la fidelidad eterna de Cristo a su esposa, la Iglesia. Pero esta enseñanza, afirmó, aunque magnífica, tal vez pueda parecer a alguno una “palabra dura”. Porque vivir en el amor, como Cristo nos ha amado, supone la imitación de su propio sacrificio, implica morir a nosotros mismos para renacer a un amor más grande y duradero. Solo ese amor puede salvar el mundo de la esclavitud del pecado, del egoísmo, de la codicia y de la indiferencia hacia las necesidades de los menos afortunados.

Jesucristo, a través del testimonio de las familias cristianas tiene el poder, en cada generación, de derribar las barreras para reconciliar al mundo con Dios y hacer de nosotros lo que desde siempre estamos destinados a ser: una única familia humana que vive junta en la justicia, la santidad y la paz. Pero como dice el Pontífice, la tarea de dar testimonio de esta Buena Noticia no es fácil. Sin embargo, los desafíos que los cristianos de hoy tienen delante no son, a su manera, más difíciles de los que debieron afrontar los primeros misioneros irlandeses.

El camino del ser testimonios fieles a Cristo, no es fácil, habrá siempre quien se opondrá a la Buena Noticia, que “murmurará” contra sus “palabras duras”. Pero no debemos dejarnos influenciar o desanimar jamás ante la mirada fría de la indiferencia o los vientos borrascosos de la hostilidad. Incluso, dijo el Santo Padre, reconozcamos humildemente que, si somos honestos con nosotros mismos, también nosotros podemos encontrar duras las enseñanzas de Jesús. Qué difícil es perdonar siempre a quienes nos hieren.

No obstante las dificultades: También nosotros serviremos al Señor

Qué desafiante es acoger siempre al emigrante y al extranjero. Qué doloroso es soportar la desilusión, el rechazo o la traición. Qué incómodo es proteger los derechos de los más frágiles, de los que aún no han nacido o de los más ancianos, que parece que obstaculizan nuestro sentido de libertad. Sin embargo, es justamente en esas circunstancias en las que el Señor nos pregunta: «¿También vosotros os queréis marchar?». Con la fuerza del Espíritu que nos anima y con el Señor siempre a nuestro lado, podemos responder como lo hizo el pueblo de Israel: «También nosotros serviremos al Señor, ¡porque él es nuestro Dios!».

Todos los cristianos con los sacramentos del bautismo y de la confirmación, somos enviados para ser misioneros, un “discípulo misionero”. Toda la Iglesia en su conjunto, dijo el Papa, está llamada a “salir” para llevar las palabras de vida eterna a las periferias del mundo. Que nuestra celebración de hoy pueda confirmar a cada uno de vosotros, padres y abuelos, niños y jóvenes, hombres y mujeres, religiosos y religiosas, contemplativos y misioneros, diáconos y sacerdotes, para compartir la alegría del Evangelio. Que podáis compartir el Evangelio de la familia como alegría para el mundo.

Cada día en la vida de las familias es un nuevo Pentecostés

El Papa recordó a los presentes que es bueno que nos detengamos un momento para considerar la fuente de todo lo bueno que hemos recibido. las palabras de Jesús, consideradas “duras” por sus discípulos. Son cómo les respondió Jesús: «Las palabras que os he dicho son espíritu y vida». El Santo Padre les ha dicho a las familias, que estas palabras indican la fuente última de todo el bien que las familias han experimentado y celebrado aquí en estos días: el Espíritu de Dios, que sopla constantemente vida nueva en el mundo, en los corazones, en las familias, en los hogares y en las parroquias.

Cada nuevo día en la vida de nuestras familias y cada nueva generación trae consigo la promesa de un nuevo Pentecostés, un Pentecostés doméstico, una nueva efusión del Espíritu, el Paráclito, que Jesús nos envía como nuestro Abogado, nuestro Consolador y quien verdaderamente nos da valentía. Cuánta necesidad tiene el mundo de este aliento que es don y promesa de Dios. El Papa les pidió que, como uno de los frutos de esta celebración de la vida familiar, que regresen a sus hogares y se conviertan en fuente de ánimo para los demás, para compartir con ellos “las palabras de vida eterna” de Jesús. Vuestras familias son un lugar privilegiado y un importante medio para difundir esas palabras como “buena noticia” para todos, especialmente para aquellos que desean dejar el desierto y la “casa de esclavitud” para ir hacia la tierra prometida de la esperanza y de la libertad.

Ya para despedirse de las familias, el Pontífice les pide que renueven su fidelidad al Señor y a la vocación a la que nos ha llamado. Haciendo nuestra la oración de san Patricio, dijo, repitamos con alegría: «Cristo en mí, Cristo detrás de mí, Cristo junto a mí, Cristo debajo de mí, Cristo sobre mí». Con la alegría y la fuerza conferida por el Espíritu Santo, digámosle con confianza: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna».

El Papa tuvo palabras de agradecimiento también para los organizadores del evento:

“Al concluir esta Celebración eucarística y este maravilloso Encuentro Mundial de las Familias, regalo de Dios para nosotros y para toda la Iglesia, deseo dar las gracias cordialmente a todos los que han colaborado en su realización de diversas maneras. Doy las gracias al arzobispo Martin y a la arquidiócesis de Dublín por el trabajo de preparación y organización. Agradezco especialmente el apoyo y la ayuda ofrecida por el Gobierno, las autoridades civiles y tantos voluntarios, de Irlanda y de otros países, que han entregado su tiempo y trabajo con generosidad. De modo especial, deseo dar las gracias de forma muy sentida a todas las personas que han rezado por este encuentro: ancianos, niños, religiosos y religiosas, enfermos, encarcelados… Estoy seguro de que el éxito de esta jornada se debe a sus oraciones sencillas y perseverantes. ¡Gracias a todos! ¡Que el Señor os lo pague!”

Palabras del Papa Francisco

 

Photogallery

Santa Misa en el Parque Fénix de Dublín
26 agosto 2018, 14:24


Deja un comentario

Dublin: misa multitudinaria con el Papa

“También son duras para nosotros las palabras de Jesús sobre acoger al extranjero”

El Papa concluye, con la misa en el Phoenix Park de Dublín, el Encuentro Mundial de las Familias y reflexiona sobre la dificultad de aceptar las enseñanzas evangélicas. Al principio lee una declaración, tal y como le pidieron ayer las ocho víctimas con las que se reunió
REUTERS

El Papa Francisco durante la Misa en Dublín

CONDIVIDI
39
0
SCOPRI TOP NEWS
Pubblicato il 26/08/2018
Ultima modifica il 26/08/2018 alle ore 17:58
ANDREA TORNIELLI
ENVIADO A DUBLÍN

«Ayer estuve reunido con ocho personas sobrevivientes de abusos de poder de conciencia sexuales. Recogiendo lo que ellos me han dicho, quisiera poner delante de la misericordia del señor estos crímenes y pedir perdón por ellos». El Papa Francisco celebra la misa final del Encuentro Mundial de las Familias en el Phoenix Park de Dublín. Llovió durante toda la mañana, provocando dificultades para que los fieles que asistieron llegaran a pie. Por la tarde se calmó la lluvia. El Phoenix Park es uno de los parques urbanos más grandes de Europa, con más de 700 hectáreas al noroeste del centro de la capital irlandesa. Entre los monumentos que lo distinguen está la enorme cruz, elevada para conmemorar la histórica misa que aquí celebró san Juan Pablo II el 29 de septiembre de 1979, frente a más de un millón de personas. Hoy no había tantas: solamente 300 mil personas.

 

Al principio de la celebración, el Pontífice lee una declaración en español, traducida simultáneamente en inglés para los fieles. Es la respuesta a la petición que le hicieron ayer las ocho víctimas de abusos con las que se reunió en la nunciatura, quienes invocaron que mencionara también los casos de las madres menores a las que les arrancaban sus hijos para darlos en adopción en los institutos religiosos.

 

«Ayer -dice el Papa- estuve reunido con ocho personas sobrevivientes de abusos de poder de conciencia sexuales. Recogiendo lo que ellos me han dicho, quisiera poner delante de la misericordia del señor estos crímenes y pedir perdón por ellos. Pedimos perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder, de conciencia, abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia. De manera especial, pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas, y otros miembros de la Iglesia. Y pedimos perdón por los casos de explotación laboral a que fueron sometidos tantos menores. Pedimos perdón por las veces que como Iglesia no hemos brindado a los sobrevivientes de cualquier tipo de abuso compasión, búsqueda de justicia y verdad con acciones concretas. Pedimos perdón. Pedimos perdón por algunos miembros de la jerarquía que no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio. Pedimos perdón. Pedimos perdón por los chicos que fueron alejados de sus madres y por todas aquellas veces en las cuales se decía a muchas madres solteras que tratar de buscar a sus hijos a los que les habían sido alejados o a los hijos que buscaban a sus madres decirles que era pecado mortal. ¡Esto no es pecado mortal! ¡Es cuarto mandamiento! Pedimos perdón. El Señor mantenga y acreciente este estado de vergüenza y de compunción y nos dé la fuerza para comprometernos en trabajar para que nunca más sucedan y para que se haga justicia. Amén. Que el Señor tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna».

 

«En la conclusión de este Encuentro Mundial de las Familias –afirma el Papa Francisco al comenzar la homilía–, nos reunimos como familia alrededor de la mesa del Señor. Agradecemos al Señor por tantas bendiciones que ha derramado en nuestras familias. Queremos comprometernos a vivir plenamente nuestra vocación para ser, según las conmovedoras palabras de santa Teresa del Niño Jesús, “el amor en el corazón de la Iglesia”». El Papa comenta el Evangelio del día, que describe la reacción confusa y llena de cólera de los discípulos de Jesús frente a sus «palabras duras», tan «contrarias a la sabiduría de este mundo». Pero el Nazareno les explica que sus palabras son «espíritu y vida».

 

«Ellas indican –prosigue Bergoglio– la fuente última de todo el bien que hemos experimentado y celebrado aquí en estos días: el Espíritu de Dios, que sopla constantemente vida nueva en el mundo, en los corazones, en las familias, en los hogares y en las parroquias. Cada nuevo día en la vida de nuestras familias y cada nueva generación trae consigo la promesa de un nuevo Pentecostés», con la llegada del Espíritu «consolador», que «nos da verdaderamente valentía».

 

«¡Cuánta necesidad tiene el mundo de este aliento que es don y promesa de Dios! Como uno de los frutos de esta celebración de la vida familiar, que podáis regresar a vuestros hogares y convertiros en fuente de ánimo para los demás, para compartir con ellos “las palabras de vida eterna” de Jesús. Vuestras familias –insiste el Pontífice– son un lugar privilegiado y un importante medio para difundir esas palabras como “buena noticia” para todos».

 

El Papa recuerda también las palabras de san Pablo sobre el matrimonio como «participación en el misterio de la fidelidad eterna de Cristo a su esposa, la Iglesia». Pero esta es una enseñanza que, «aunque magnífica, tal vez pueda parecer a alguno una “palabra dura”. Porque vivir en el amor, como Cristo nos ha amado, supone la imitación de su propio sacrificio, implica morir a nosotros mismos para renacer a un amor más grande y duradero. Solo ese amor puede salvar el mundo de la esclavitud del pecado, del egoísmo, de la codicia y de la indiferencia hacia las necesidades de los menos afortunados».

 

«Este es el amor que hemos conocido en Jesucristo –subraya Francisco–, que se ha encarnado en nuestro mundo por medio de una familia y que a través del testimonio de las familias cristianas tiene el poder, en cada generación, de derribar las barreras para reconciliar al mundo con Dios y hacer de nosotros lo que desde siempre estamos destinados a ser: una única familia humana que vive junta en la justicia, la santidad y la paz».

 

El Papa reconoce que «la tarea de dar testimonio de esta Buena Noticia no es fácil», pero también recuerda que «los desafíos que los cristianos de hoy tienen delante no son, a su manera, más difíciles de los que debieron afrontar los primeros misioneros irlandeses. Pienso en san Columbano, que con su pequeño grupo de compañeros llevó la luz del Evangelio a las tierras europeas en una época de oscuridad y decadencia cultural. Su extraordinario éxito misionero no estaba basado en métodos tácticos o planes estratégicos, sino en una humilde y liberadora docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo».

 

No fueron las estrategias, sino «su testimonio cotidiano de fidelidad a Cristo y entre ellos fue lo que conquistó los corazones que deseaban ardientemente una palabra de gracia y lo que contribuyó al nacimiento de la cultura europea». Naturalmente, añade Bergoglio, «siempre habrá personas que se opondrán a la Buena Noticia, que “murmurarán” contra sus “palabras duras”. Pero, como san Columbano y sus compañeros, que afrontaron aguas congeladas y mares tempestuosos para seguir a Jesús, no nos dejemos influenciar o desanimar jamás ante la mirada fría de la indiferencia o los vientos borrascosos de la hostilidad».

 

Y Francisco da un paso más: «reconozcamos humildemente que, si somos honestos con nosotros mismos, también nosotros podemos encontrar duras las enseñanzas de Jesús. Qué difícil es perdonar siempre a quienes nos hieren. Qué desafiante es acoger siempre al emigrante y al extranjero. Qué doloroso es soportar la desilusión, el rechazo o la traición. Qué incómodo es proteger los derechos de los más frágiles, de los que aún no han nacido o de los más ancianos, que parece que obstaculizan nuestro sentido de libertad». Pero seguir a Jesús y su Evangelio significa precisamente aceptar este desafío. Al final de la celebración se anunció la sede para el próximo Encuentro Mundial de las Familias, que se llevará a cabo en la ciudad de Roma en 2021.


Deja un comentario

Dublin: el festival de las familias con el Papa

El Papa en el Festival de las Familias: “sólo el amor nos salva del descarte”

“El Festival de las Familias” fue el escenario conclusivo de la primera jornada de la Visita Apostólica del Papa Francisco a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Familias: con vuestro testimonio del Evangelio podéis ayudar a Dios a realizar su sueño, podéis contribuir a acercar a todos los hijos de Dios, para que crezcan en la unidad y aprendan qué significa para el mundo entero vivir en paz como una gran familia”, fue el aliento del Papa Francisco a las más de 70 mil personas congregadas en el Estadio “Croke Park” de Dublín, durante el “Festival de las Familias”, la tarde de este 25 de agosto, en el marco de su 24° Viaje Apostólico a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias.

La Iglesia, la familia de los hijos de Dios

En su discurso, el Santo Padre recordó la importancia de “celebrar”, porque esto nos hace más humanos y más cristianos, dijo el Papa, y también porque nos ayuda a compartir la alegría de saber que Jesús nos ama, nos acompaña en el camino de la vida y nos atrae cada día más a él. “Hoy en Dublín – señaló el Pontífice – nos reunimos para una celebración familiar de acción de gracias a Dios por lo que somos: una sola familia en Cristo, extendida por toda la tierra”.

En este sentido, el Papa Francisco subrayó que, la Iglesia es la familia de los hijos de Dios. “Una familia en la que nos alegramos con los que están alegres y lloramos con los que sufren o se sienten abatidos por la vida. Una familia – precisó el Pontífice – en la que cuidamos de cada uno, porque Dios nuestro Padre nos ha hecho a todos hijos suyos en el bautismo”.

La Familia, escuela de santidad

Recordando el tema de este IX Encuentro Mundial de las Familias, el Santo Padre señaló que, Dios quiere que cada familia sea un faro que irradie la alegría de su amor en el mundo. Esto significa que, después de haber encontrado el amor de Dios que salva, intentemos dijo el Papa, con palabras o sin ellas, manifestarlo a través de pequeños gestos de bondad en la rutina cotidiana y en los momentos más sencillos del día.

“Esto es santidad – puntualizó el Obispo de Roma, por ello, me gusta hablar de los santos «de la puerta de al lado», de todas esas personas comunes que reflejan la presencia de Dios en la vida y en la historia del mundo”. La vocación al amor y a la santidad, agregó el Pontífice, está silenciosamente presente en los corazones de todas aquellas familias que ofrecen amor, perdón y misericordia cuando ven que es necesario, y lo hacen en silencio, sin tocar la trompeta.

La Familia, lugar del perdón y la misericordia

Comentando los testimonios de las familias de los 5 continentes, sobre todo el testimonio de perdón de Felicité, Isaac y Ghislain, provenientes de Burkina Faso, el Papa Francisco señaló que, “el perdón es un regalo especial de Dios que cura nuestras heridas y nos acerca a los demás y a él. Gestos pequeños y sencillos de perdón, renovados cada día, son la base sobre la que se construye una sólida vida familiar cristiana”.

“Perdonar – precisó el Obispo de Roma – significa dar algo de sí mismo. Jesús nos perdona siempre. Con la fuerza de su perdón, también nosotros podemos perdonar a los demás, si realmente lo queremos”. Es así que, los niños aprenden a perdonar cuando ven que sus padres se perdonan recíprocamente. Si entendemos esto, podemos apreciar la grandeza de la enseñanza de Jesús sobre la fidelidad en el matrimonio. En lugar de ser una fría obligación legal, es sobre todo una poderosa promesa de la fidelidad de Dios mismo a su palabra y a su gracia sin límites.

La Familia, red de solidaridad y fraternidad

Refiriéndose al segundo testimonio presentado en el Festival de las Familias, el Santo Padre dijo que, Nisha y Ted, nos han  ayudado a comprender que las redes sociales no son necesariamente un problema para las familias, sino que pueden ayudar a construir una «red» de amistades, solidaridad y apoyo mutuo. “Las familias – explicó el Pontífice – pueden conectarse a través de Internet y beneficiarse de ello. Las redes sociales pueden ser beneficiosas si se usan con moderación y prudencia”.

Por ello, dijo el Papa Francisco, es importante, que estos medios no se conviertan en una amenaza para la verdadera red de relaciones de carne y hueso, aprisionándonos en una realidad virtual y aislándonos de las relaciones auténticas que nos estimulan a dar lo mejor de nosotros mismos en comunión con los demás.

La Familia, fuente de fortaleza y paz

La historia de Enass y Sarmaad, dijo el Sucesor de Pedro, nos enseña cómo el amor y la fe en la familia pueden ser fuentes de fortaleza y paz incluso en medio de la violencia y la destrucción causada por la guerra y la persecución. Su historia nos lleva a las trágicas situaciones que muchas familias sufren a diario, obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y paz.

“En toda sociedad – señaló el Pontífice – las familias generan paz, porque enseñan el amor, la aceptación y el perdón, que son los mejores antídotos contra el odio, los prejuicios y la venganza que envenenan la vida de las personas y las comunidades”.

La Familia, lugar de unidad y apertura a la vida

Comentando el cuarto testimonio de Mary y Damián, el Vicario de Cristo dijo que, el amor de Cristo, que renueva todo, es lo que hace posible el matrimonio y un amor conyugal caracterizado por la fidelidad, la indisolubilidad, la unidad y la apertura a la vida. “Vosotros habéis experimentado la capacidad del amor de Dios que ha transformado completamente vuestra vida y que os bendice con la alegría de una hermosa familia. Nos habéis indicado que la clave de vuestra vida familiar es la sinceridad”.

Es importante afirmó el Papa, continuar yendo a esa fuente de la verdad y del amor que puede transformar nuestra vida: Jesús, que inauguró su ministerio público en una fiesta de bodas, en Caná. “Lo mismo sucede con el amor conyugal – precisó el Santo Padre – el vino nuevo comienza a fermentar durante el tiempo del noviazgo, necesario aunque transitorio, y madura a lo largo de la vida matrimonial en una entrega mutua, que hace a los esposos capaces de convertirse, aun siendo dos, en una sola carne”.

Las Familias, tesoros vivos de memoria

Finalmente, comentando el último testimonio presentado en el Festival de las Familias, el de una pareja de más de cincuenta años de casados, el Papa Francisco alentó a que, las familias están llamadas a continuar creciendo y avanzando en todos los sitios, aun en medio de dificultades y limitaciones, tal como lo han hecho las generaciones pasadas. “Nuestras familias son tesoros vivos de memoria – subrayó el Papa – con los hijos que a su vez se convierten en padres y luego en abuelos. De ellos recibimos la identidad, los valores y la fe”.

Por ello, el Santo Padre dijo que, una sociedad que no valora a los abuelos es una sociedad sin futuro; una Iglesia que no se preocupa por la alianza entre generaciones terminará careciendo de lo que realmente importa, el amor.

La Familia, esperanza de la Iglesia y del mundo

Antes de despedirse de las Familias congregadas en el Estadio “Croke Park” de Dublín y concluir la primera jornada de su Visita Apostólica a Irlanda, el Papa Francisco alentó a las Familias señalando que ellas son la esperanza de la Iglesia y del mundo. “Con vuestro testimonio del Evangelio podéis ayudar a Dios a realizar su sueño, podéis contribuir a acercar a todos los hijos de Dios, para que crezcan en la unidad y aprendan qué significa para el mundo entero vivir en paz como una gran familia”.


Deja un comentario

Dublin: diálogo del Papa con los matrimonios.

El Papa: la fe pasa a través del sereno y cotidiano ejemplo de los padres

Francisco en la pro-catedral de Dublín se reúne con las parejas y recuerda un episodio de su infancia, cuando su papá llegaba a casa del trabajo y sorprendía a sus padres besándose tiernamente
AFP

El Papa Francisco con las parejas irlandesas

CONDIVIDI
35
0
SCOPRI TOP NEWS
Pubblicato il 25/08/2018
Ultima modifica il 25/08/2018 alle ore 18:24
ANDREA TORNIELLI
ENVIADO A DUBLÍN

«El primer y más importante lugar para trasmitir la fe es el hogar, a través del sereno y cotidiano ejemplo de los padres que aman al Señor y confían en su palabra». Todos esperan en silencio, después, el Papa Francisco toma la palabra en la pro-catedral de Santa María de Dublín, en donde rezó por las víctimas de los abusosVincent y Teresa, que llevan cincuenta años de casados, hablan sobre su experiencia. Denis y Sinead, que se están preparando para el matrimonio, preguntan cómo ayudar a los demás a comprender que es una decisión definitiva, para siempre. Stephen y Jordan, recién casados, preguntan cómo pueden los padres transmitir la fe a sus hijos.

 

Antes de comenzar a responder a las preguntas, el Papa Francisco dijo: «Qué bello escuchar esa música, que viene de allá atrás: los niños que lloran. Es la música más bella, pero también la prédica más bella. Cuando llora un niño, porque es una bella esperanza, que dice que la vida sigue adelante, que hay futuro. Pero también saludé antes a una señora anciana allá. También mirar a los ancianos. Porque los ancianos están llenos de sabiduría. Escuchar a los ancianos. Pero, ¿cómo ha sido tu vida?».

 

Sobre los abuelos, tema muy importante para él, el Papa responde: «Es muy importante escuchar a los ancianos, a los abuelos. Tenemos mucho que aprender de vuestra experiencia de vida matrimonial sostenida cada día por la gracia del sacramento. Creciendo juntos en esta comunidad de vida y de amor, habéis experimentado muchas alegrías y, ciertamente, también muchos sufrimientos. Pero, me dan ganas de preguntarles –dijo Francisco improvisando–: ¿se pelearon mucho? El secreto es, aunque vuelen los platos, hacer la paz antes de que acabe el día. Y para hacer la paz no se necesita un discurso, basta una caricia. Y hay que hacer la paz inmediatamente, porque si no, al día siguiente llega la “guerra fría” del rencor. Junto con todos los matrimonios que han recorrido un largo trecho en este camino, sois los guardianes de nuestra memoria colectiva. Tenemos siempre necesidad de vuestro testimonio lleno de fe. Es un recurso maravilloso para las jóvenes parejas, que miran al futuro con emoción y esperanza… y puede que con un poquito de inquietud».

 

A los que están por comenzar su aventura matrimonial, Francisco habla sobre la cultura contemporánea: «Ciertamente debemos reconocer que hoy no estamos acostumbrados a algo que dure realmente toda la vida. Si siento que tengo hambre o sed, puedo nutrirme, pero mi sensación de estar saciado no dura ni siquiera un día. Si tengo un trabajo, sé que podría perderlo aun contra mi voluntad o que podría verme obligado a elegir otra carrera diferente. Es difícil incluso estar al día en el mundo de hoy, pues todo lo que nos rodea cambia, las personas van y vienen en nuestras vidas, las promesas se hacen, pero con frecuencia no se cumplen o se rompen. Puede que lo que me estáis pidiendo en realidad sea algo todavía más fundamental: “¿No hay nada verdaderamente importante que dure? ¿Ni siquiera el amor?”. Y existe el peligro de que se diga que se estará juntos mientras dura el amor, pero si no se hace que el amor crezca con amor, ¡dura poco! El amor no es provisional; esto se llama entusiasmo, encantamiento, pero el amor es definitivo: como se dice es la media naranja. Tú eres mi media naranja, tú eres mi media naranja. Todo por toda la vida. Sabemos lo fácil que es hoy caer prisioneros de la cultura de lo provisorio, de lo efímero. Esta cultura ataca las raíces mismas de nuestros procesos de maduración, de nuestro crecimiento en la esperanza y el amor».

 

Entonces, ¿cómo vivir lo que dura verdaderamente? «Entre todas las formas de la fecundidad humana –responde el Papa–, el matrimonio es único. Es un amor que da origen a una vida nueva. Implica la responsabilidad mutua en la trasmisión del don divino de la vida y ofrece un ambiente estable en el que la vida nueva puede crecer y florecer. El matrimonio en la Iglesia, es decir el sacramento del matrimonio, participa de modo especial en el misterio del amor eterno de Dios. Cuando un hombre y una mujer cristianos se unen en el vínculo del matrimonio, la gracia del Señor los habilita a prometerse libremente el uno al otro un amor exclusivo y duradero. De ese modo su unión se convierte en signo sacramental de la nueva y eterna alianza entre el Señor y su esposa, la Iglesia. Jesús está siempre presente en medio de ellos. Los sostiene en el curso de la vida, en su recíproca entrega, en la fidelidad y en la unidad indisoluble Su amor es una roca y un refugio en los tiempos de prueba, pero sobre todo es una fuente de crecimiento constante en un amor puro y para siempre. Haced apuestes fuertes, para toda la vida. Arriesgaos, porque el matrimonio es también un riesgo, pero es un riesgo que vale la pena».

 

«Sabemos que el amor –continúa el Francisco– es lo que Dios sueña para nosotros y para toda la familia humana. ¡Por favor, no lo olvidéis nunca! Dios tiene un sueño para nosotros y nos pide que lo hagamos nuestro. No tengáis miedo de ese sueño. Custodiadlo como un tesoro y soñadlo juntos cada día de nuevo. Así, seréis capaces de sosteneros mutuamente con esperanza, con fuerza, y con el perdón en los momentos en los que el camino se hace arduo y resulta difícil recorrerlo».

 

Para concluir, la respuesta sobre cómo transmitir la fe a los hijos: «El primer y más importante lugar para trasmitir la fe es el hogar, a través del sereno y cotidiano ejemplo de los padres que aman al Señor y confían en su palabra. Ahí, en la “Iglesia doméstica”, los hijos aprenden el significado de la fidelidad, de la honestidad y del sacrificio. Ven cómo mamá y papá se comportan entre ellos, cómo se cuidan el uno al otro y a los demás, cómo aman a Dios y a la Iglesia. Así los hijos pueden respirar el aire fresco del Evangelio y aprender a comprender, juzgar y actuar en modo coherente con la fe que han heredado. La fe se trasmite alrededor de la mesa doméstica, en la conversación ordinaria, a través del lenguaje que solo el amor perseverante sabe hablar. ¡La fe se transmite en dialecto! Es más difícil recibir la fe (se puede hacer) si no se recibió en la lengua materna, en dialecto». Después el Papa contó una anécdota personal de su infancia: «habré tenido 5 años. Entré a la casa, allí en el comedor vi a mi papá y a mi mamá que se estaban besando. ¡Nunca se me olvida! Que bello, cansado del trabajo, pero tuvo la fuerza para expresar su amor a su esposa. Que vuestros hijos os vean besándoos y acariciándoos: así aprenderán el dialecto del amor, de la fe».

 

Bergoglio invita, pues a todos los esposos a rezar «juntos en familia»: «hablad de cosas buenas y santas, dejad que María nuestra Madre entre en vuestra vida familiar. Celebrad las fiestas cristianas. Vivid en profunda solidaridad con cuantos sufren y están al margen de la sociedad. Cuando hacéis esto junto con vuestros hijos, sus corazones poco a poco se llenan de amor generoso por los demás. Puede parecer obvio, pero a veces se nos olvida. Vuestros hijos aprenderán a compartir los bienes de la tierra con los demás, si ven que sus padres se preocupan de quien es más pobre o menos afortunado que ellos. En fin, vuestros hijos aprenderán de vosotros el modo de vivir cristiano; vosotros seréis sus primeros maestros en la fe.

 

Francisco observó también que «las virtudes y las verdades que el Señor nos enseña no siempre son estimadas por el mundo de hoy, que tiene poca consideración por los débiles, los vulnerables y todos aquellos que considera “improductivos”. El mundo nos dice que seamos fuertes e independientes; que no nos importen los que están solos o tristes, rechazados o enfermos, los no nacidos o los moribundos. Dentro de poco iré privadamente a encontrarme con algunas familias que afrontan desafíos serios y dificultades reales, pero los padres capuchinos les dan amor y ayuda. ¡Nuestro mundo tiene necesidad de una revolución de amor! ¡Que esta revolución comience desde vosotros y desde vuestras familias!».

 

«Hace algunos meses –concluyó Bergoglio– alguien me dijo que estamos perdiendo nuestra capacidad de amar. Estamos olvidando de forma lenta pero inexorablemente el lenguaje directo de una caricia, la fuerza de la ternura. Parece que la palabra ternura ha sido eliminada del diccionario. No habrá una revolución de amor sin una revolución de la ternura. Que, con vuestro ejemplo, vuestros hijos puedan ser guiados para que se conviertan en una generación más solícita, amable y rica de fe, para la renovación de la Iglesia y de toda la sociedad irlandesa».