Loiola XXI

Lugar de encuentro abierto a seguidor@s de S. Ignacio de Loyola esperando construir un mundo mejor


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Las reliquias del apóstol Pedro en el Vaticano. Su autenticidad. Nota histórica

2019.06.30 delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla,  Mgr Job, Arzobispo de Telmissos, jefe de la delegación ecuménica y el Card. Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo parala promoción de la Unidad de los Cristianos2019.06.30 delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Mgr Job, Arzobispo de Telmissos, jefe de la delegación ecuménica y el Card. Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo parala promoción de la Unidad de los Cristianos 

Las reliquias de San Pedro son un regalo para la unidad de la Iglesia

Descubrimos el regalo del Papa Francisco al Patriarca de Constantinopla Bartolomé. Es un relicario que contiene 9 fragmentos de los huesos del apóstol Pedro, parte de un gran grupo conservado en la necrópolis del Vaticano.

Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano

En el crepúsculo de la necrópolis del Vaticano, el corazón del cristianismo, la luz de la fe de Pedro, el primer papa de la Iglesia, aún está encendida.

Dentro del espacio del «Muro G», la pared de graffiti debajo del altar papal de la Basílica del Vaticano, hay 19 cajones transparentes con fragmentos de huesos que pertenecieron a Pedro. En estas reliquias durante mucho tiempo se investigó, hoy es posible decir que pertenecían a un hombre de constitución robusta, que murió en la vejez, faltan los huesos de los pies: un detalle que recuerda la crucifixión al revés de acuerdo con la voluntad del apóstol.

Pío XII fue el pontífice que en 1939 ordenó excavaciones debajo de la basílica, descubriendo después de diez años el lugar de entierro de Pedro. Solo en 1952 había un nicho funerario cubierto con graffiti preciosos que contenía huesos considerados del apóstol.

Las reliquias de San Pedro estarán también en Constantinopla

En el regalo de Francisco a Bartolomé, el 29 de junio de 2019, solemnidad de Pedro y Pablo, también está la huella de Pablo VI. Fue el Papa Montini, después de estar convencido de la identificación de esos restos óseos, que colocó los 19 cajones en 1968, donde se encuentran hoy día. De este importante grupo hizo sacar a 9, contenidos en un cajón de bronce, destinados a la capilla privada del departamento papal en el palacio apostólico.

Abierto en el altar de San Pedro, al final del Año de la Fe, el 24 de noviembre de 2013, a instancias de Francisco, el cajón se colocó al lado del altar.

«Un pensamiento proveniente del Espíritu Santo». Así, en la Carta al Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé, el Papa explica ese movimiento del corazón. Reliquias que Francisco imagina junto a las del apóstol Andrés, el pescador, el «primero en ser llamado».

Es la forma de caminar juntos de nuevo, en una bendición, en oración común «al servicio de la familia humana que hoy está tentada a construir un futuro sin Dios».

Es el abrazo de Francisco y Bartolomé lo que indica el camino, ya vislumbrado en Jerusalén por Pablo VI y Atenagoras, que quiso donarle al Papa Montini una imagen en la que Andrés y Pedro están cerca el uno del otro. Dos hermanos que aún hoy no dejan de mirar hacia la unidad de la Iglesia.

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Ha muerto el historiador jesuita Manuel Revuelta. (RD)

Ha muerto el gran historiador Manuel Revuelta, SJ

Revuelta sj

Revuelta sj

Historiador de la Compañía de Jesús, sus páginas son imprescindibles para conocer la Iglesia y la  España contemporáneas

Era sobre todo un experto en las Reducciones del Paraguay y la expulsión y extinción de los jesuitas

No suficientemente valorado por el mundo de la cultura, dejó una  ingente obra y sobre todo un ejemplo de humildad y trabajo oculto

Los hombres grandes, los auténticos sabios, los ocultos investigadores mueren como han vivido en silencio. Casi nunca salen en la tele y su trayectoria pasa inadvertida para las masas de los grandes medios. Así acaba de fallecer un gran historiador de la Compañía de Jesús en España, el jesuita Manuel Revuelta.

Palentino de Población de Campos, cerca de Fromista,  ha muerto hoy en Salamanca a los 83 años de edad con una enorme obra a sus espaldas y sobre todo con una sencillez y calidad humana encantadoras. Manuel Revuelta perteneció a la Compañía de Jesús 65 años, 50 como profesor, una profesión convertida en estilo de vida hasta sus últimos días. Comillas, Santiago de Compostela Frankfurt, Salamanca y Madrid fueron sus destinos donde fue sumando conocimientos de Historia y de vida espiritual que volcaba en sus escritos.

Su discípulo, el joven historiador laico Javier Burrieza le ha dedicado una sentida necrológica:  “Sus obras –escribe- imprescindibles para entender la trayectoria de los jesuitas de los siglos XIX y XX, uno de estos autores situado en la línea de los grandes que contaron la historia de esta orden religiosa que nunca ha pasado desapercibida. Pero además, sus páginas son imprescindibles también para conocer la España contemporánea, hablando de exclaustración, anticlericalismo, confesionalismo… sabía conceptualizar, aclarar, matizar, reflexionar y siempre fue muy generoso con su tiempo, haciendo las cientos de recensiones que firmó o los prólogos de tantos libros”. Otra historiadora experta en la Historia de la Compañía, Inmaculada Fernández Arrillaga, de la Universidad de Alicante,  me escribe, impactada: “Era para mí un gran maestro, un padre”.

Manuel Revuelta

Se puede considerar que Revuelta ha sido el tercer gran historiador de la Compañía en España, en continuidad con la obra de  sus predecesores los padres Astrain y Frías, que analizaron esa historia en nuestro país desde los tiempos fundacionales. Su obra  reúne más de cincuenta artículos en diversas revistas como Razón y fe: Revista hispanoamericana de cultura, Carthaginensia: Revista de estudios e investigación, o en Historia 16, entre muchas otras. También es el autor de nueve libros, entre los que destacan aquellos relacionados con la labor educativa de la Compañía de Jesús, así como la historia de sus miembros más notables. Era sobre todo experto en Las Reducciones en Paraguay, la expulsión y extinción de la Orden y enseñó además de en Comillas en la Universidad de Deusto y la Complutense de Madrid (1976-1985).

Con motivo de su jubilación el historiador eclesiástico  José Manuel Cuenca Toribio acusaba en un artículo en Diario de Córdoba, a las Academias y otras instituciones de no haberle rendido el justo reconocimiento: “En cualquier tiempo y latitud de la España hodierna, el aplauso rendido a la biografía del jesuita palentino y a su nutrida y enjundiosa bibliografía es una exigencia intelectual y un deber de la éticamente precarizada sociedad hispana”. En lo que fue injusto Toribio es en meter en el saco de esa ingratitud a Comillas y la Compañía. Nada extraño, dado su actual antijesuitismo. Para él Revuelta, que acaba de morir,  era un “jesuita de los da antes”, no de los de ahora. Claro, como este sí le gustaba, era «de los de antes». Pero el padre Revuelta era sin duda un hombre de estos tiempos, admirador de Arrupe e integrado en la actual Compañía.

Es muy cierto que no fue suficientemente valorado. Pero, como decían San Juan de la Cruz, “al atardecer de la vida nos examinarán del amor”. Eso es lo que queda, por encima incluso de una brillante carrera intelectual como la suya. Él, como pedía san Ignacio, se dedicó en cuerpo y alma a “en todo amar y servir”, a través de la investigación y la docencia. Fui testigo de esa gran humildad y delicadeza. Descanse en paz.


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El Papa a un importante congreso de profesores de historia

El Papa: “Jesús, una Palabra que actúa en la historia y la transforma desde dentro”

Este sábado, 12 de enero, en la Sala del Consistorio del Vaticano, el Papa Francisco recibió en Audiencia a los participantes en el XVIII Congreso de la Asociación de Profesores de Historia de la Iglesia (AIPSC), con motivo de su 50° Aniversario de Fundación.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Que vuestro no fácil magisterio y vuestro testimonio contribuyan a la contemplación de Cristo, piedra angular, que actúa en la historia y en la memoria de la humanidad y de todas las culturas”, lo dijo el Papa Francisco a los participantes en el XVIII Congreso “Actividad, investigación y divulgación. La historia de la Iglesia del post-Concilio”, evento organizado por la Asociación de Profesores de Historia de la Iglesia (AIPSC), con motivo de su 50° Aniversario de Fundación (1967 – 2017), a quienes recibió en Audiencia este sábado, 12 de enero, en la Sala del Consistorio del Vaticano.

La historia, maestra de vida

En su discurso, el Santo Padre saludando a los participantes en este XVIII Congreso de la Asociación de Profesores de Historia de la Iglesia, y agradeciendo a su Presidente por haber recordado el antiguo refrán “historia magistra vitae”, dijo que es una máxima muy significativa y vinculada con su importante y generoso magisterio. “Un amigo de sus ‘padres fundadores’ y de su Asociación – precisó el Pontífice – el jesuita Giacomo Martina, un agudo historiador de la Iglesia, por mucho tiempo profesor en la Gregoriana y maestro de muchos de ustedes, me dicen que solía recordar a sus alumnos que la historia es ciertamente maestra de vida, pero que tiene muy pocos alumnos”.

Servicio y apasionado testimonio

El Papa Francisco refiriéndose al trabajo de los profesores de historia de la Iglesia en los seminarios, en universidades pontificias, en conferencias, en reuniones de estudio, etc., dijo que están dando una valiosa ayuda al estudio de la historia y a su magisterio, y les agradeció por este servicio y por este apasionado testimonio. “De hecho, la historia, estudiada con pasión, puede y debe enseñar mucho hasta hoy, tan desarticulada y sedienta de verdad, paz y justicia. Bastaría que, a través de ella – precisó el Pontífice – aprendiéramos a reflexionar con sabiduría y valentía sobre los dramáticos y malvados efectos de la guerra, de las muchas guerras que han perturbado el camino del hombre en esta tierra. Y no aprendemos”.

Una Palabra que actúa en la historia y la transforma

En este sentido, dijo el Santo Padre, Italia y en particular la Iglesia italiana, es tan rica en testimonios del pasado. La historia de la Iglesia italiana es de hecho un punto de referencia esencial para todos aquellos que quieren comprender, profundizar e incluso disfrutar del pasado, sin convertirlo en un museo o, peor aún, en un cementerio de nostalgia, sino para hacerlo vivo y presente a nuestros ojos. “Pero –como ustedes me han enseñado dijo el Pontífice – en el centro de la historia hay una Palabra que no nace por escrito, que no viene a nosotros de la investigación del hombre, sino que nos es dada por Dios y es testimoniada sobre todo a través de la vida y dentro de la vida. Una Palabra que actúa en la historia y la transforma desde dentro. Esta Palabra es Jesucristo, que marcó y redimió tan profundamente la historia humana que marcó el paso del tiempo en un antes y un después de él”.

El historiador creyente un estudioso de la verdad

Por ello, afirmó el Papa Francisco, la plena aceptación de su acción salvadora y misericordiosa debe hacer del historiador creyente un estudioso aún más respetuoso de los hechos y de la verdad, delicado y atento en su investigación, un testigo coherente en su enseñanza. Debería alejarlo de todo lo mundano ligado a la presunción de saber, como el ansia de reconocimiento profesional o académico, o la creencia de que puede juzgar los hechos y a las personas por sí mismo. De hecho, la capacidad de vislumbrar la presencia de Cristo y el camino de la Iglesia a través de la historia nos hace humildes, y nos aleja de la tentación de buscar refugio en el pasado para evitar el presente.

Cristo, actúa en la historia y en la memoria de la humanidad

Antes de concluir su discurso, el Santo Padre alentó a los profesores que su, no fácil magisterio y su testimonio contribuyan a la contemplación de Cristo, piedra angular, que actúa en la historia y en la memoria de la humanidad y de todas las culturas. Y que Él siempre les dé a gustar Su presencia salvadora en los hechos, documentos, eventos, grandes o pequeños. Sobre todo, yo diría, los hechos de los humildes, los últimos, también los actores de la historia. Y este será realmente el camino maestro para tener quizás algunos estudiantes a su lado, pero realmente buenos, generosos y preparados.

Finalmente, el Papa Francisco saludó a los participantes en este Congreso compartiéndoles su experiencia con dos jesuitas apasionados por la historia, los padres, Giacomo Martina y Hugo Vanni, quienes le ayudaron en profundizar la historia de la Iglesia y de los Papas.

Discurso del Papa Francisco


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Homenaje al historiador P. Manuel Revuelta, jesuita.

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El pasado 16 de agosto, el municipio palentino de Población de Campos, rendía un sentido  homenaje al primero de sus hijos ilustres, según refiere Wikipedia, nuestro compañero P. Manuel Revuelta González, Profesor Emérito de Historia contemporánea de España en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Ya de víspera, él mismo tuvo una conferencia en la iglesia, a la que asistió mucha gente, que la acogió con gusto y provecho. Al día siguiente, fiesta de San Roque, tuvo lugar el homenaje propiamente dicho en el “Pósito”, Centro Cultural de la Villa, dedicado en esta ocasión al homenajeado. Intervino en primer lugar el P. Eusebio Gil, Superior de la Residencia de Palencia, palentino también él (de Ampudia de Campos) y compañero de Revuelta durante muchos años, con una espléndida conferencia, primorosamente elaborada, muy completa y ponderada, sobre toda su obra como historiador. Habló después Peridis,  igualmente palentino, ocurrente e ingenioso como siempre, que hizo repetir al público, como una letanía, una retahíla de elogios al homenajeado.  Vino luego el  turno para un hijo del pueblo, Pedro Luis Huerta, experto en arte, que habló del influjo que Revuelta había tenido en él en los tiempos de estudiante y de sus publicaciones sobré el pueblo. Por fin, tomó la palabra el mismo Manolo para pronunciar ante sus paisanos una sabrosísima charla con el título de “Vivencias y recuerdos de Población de Campos”, en la que, presentándose como “ausente siempre presente”, evocó con gracioso decir las personas, lugares y  costumbres del pueblo que le vio nacer. El público le escuchó encandilado y rubricó sus palabras con sonoros y prolongados aplausos. Como confiesa él mismo: “Salió todo muy bien. El Ayuntamiento y el pueblo me mostraron  mucho cariño, y quedé emocionado”.

¿Por qué, tal homenaje? Hace solo pocos meses el Servicio de Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas había publicado el último libro de Manuel Revuelta “Enigmas históricos de la Iglesia Española Contemporánea”, que hace el número 20 de sus libros. En su Introducción dice él: ”Hace poco he superado los ochenta años de edad y estoy a punto de celebrar los cincuenta de mi dedicación a la docencia e investigación de la Historia. Tengo la sensación de que, durante esos años no he hecho otra cosa que escribir. … Escribir ha sido la principal ocupación de mi vida y la que más me ayuda a dar gracias a Dios ‘por tanto bien recibido’. … El número total de títulos de mi bibliografía alcanza el número de 482: 20 libros individuales, 67 libros colectivos, 120 artículos de revistas, 31 prólogos, 48 artículos en diccionarios diversos y 196 recensiones. Mis investigaciones históricas se centran en tres campos: la historia de la Iglesia de España (con especial atención al siglo XIX); la historia de la Compañía de Jesús {en España] en la edad contemporánea; y la historia de Palencia”. Por esta vida ejemplar, por este asiduo trabajo y por esta espléndida y desbordante producción, sus paisanos de Población de Campos – ¿ellos solos? – han querido homenajearle  tan justamente.

Hace poco un colega suyo, Catedrático emérito de Historia en una Universidad del Estado, haciéndose eco sumamente positivo y elogioso del libro y de toda la trayectoria docente e investigadora de su autor, lo califica en el título, no sin cierta intención no del todo pura y recta, desvelada después en el texto, como “Un jesuita de otros tiempos” https://www.elimparcial.es/noticia/177523/un-jesuita-de-otro-tiempo.html.  Ni Manolo mismo ni cuantos le conocemos podemos estar de acuerdo con esta calificación. [UV]


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Las vacaciones de los Papas.

Los lugares de las vacaciones de los Papas

A lo largo de los siglos los Pontífices han salido de Roma para huir del calor, asistir a batallas navales espectaculares, jugar billar o cazar jabalíes

Benedicto XVI en Les Combes (Valle de Aosta) – (foto Il Sismografo)

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Pubblicato il 10/08/2017
Ultima modifica il 10/08/2017 alle ore 15:04
MARCO RONCALLI
ROMA

Es difícil establecer con certeza cuándo nació entre los obispos de Roma la costumbre de las vacaciones veraniegas. Retrocediendo a lo largo de siglos y hojeando los pesados tomos de la “Historia de los Papas” de Ludwig von Pastor, o el mítico “Diccionario de erudición histórico-eclesiástica” de Gaetano Moroni, se encuentran los nombres de los que se alejaban de Roma para huir de la Canícula, pero también del aire viciado, causa de enfermedades, que provocaban algunos cursos de agua empantanados. «Roma, devoradora de hombres, feraz de fiebres y de muertos», se quejaba Pier Damiani. Y seguramente hay que remontarse a Inocencio III (1198-1216) para hablar de vacaciones estivas papales como de una costumbre regular. Bajo su Pontificado los romanos llamaban Letrán “palacio de invierno”. Las localidades elegidas para construir edificios rodeados de verde se encuentran principalmente en los alrededores de Roma. Si, para huir del siroco, Eugenio III (1145-1153) mandó construir un palacio en Señi, otros, como Clemente IV (1265-1268) y Nicolás III (1277-1280) preferían Anañi y Viterbo, ciudad en la que antes procedían con las medidas más disparatadas: expulsar a las prostitutas presentes, eliminar las tinas insalubres en las que se fabricaba el lino… Otros, en cambio, se dejaban encantar por los espactáculosd e la naturaleza entre las ruinas de Sora, Tívoli, Montefiascone… Esas bellezas, rodeadas de bosques frescos, que sedujeron a Pío II (1458-1464), Papa humanista que no desdeñaba los baños sulfúreos de Petriolo con algún cardenal, pero que, sobre todo, nos dejó (en los “Comentarios”) sus apuntes de viajes por la Apia antigua, incluida su visita papal a las colinas Ablani. O esas bellezas naturales, pobladas por una rica fauna que estimulaba la pasión venatoria de León X (1513-1521), cazador de jabalíes en la finca de la Magliana.

 

La costumbre de breves vacaciones se consolidó en el siglo XVII, con el palacio que mandó construir Urbano VIII (1623-1644), cerca del lago de Albano, en Castel Gandolfo, meta privilegiada hasta ahora por quince diferentes Papas. Así, con el tiempo, el lugar cedido en 1596 con una venta forzada por la familia Savelli a la Cámara Apostólica, por la suma de 24.000 escudos, y que fue incorporado por Clemente VIII entre las propiedades de la Santa Sede, se convirtió en una especie de Vaticano de verano (o “segundo Vaticano”). Aunque Piazza escribió, a propósito de la “villa de los Sumos Pontífices” que «Pablo V [1605-1621] fue el primero que, impulsado por la amenidad admirable por sobre cualquier otra del Lacio, por el sitio y por la cercanía de Roma, y por las delicias del lago, y la salubridad del aire, comenzara a echar los cimientos para la habitación Pontificia», fue Urbano VIII, que llegó al trono en 1623, quien puso en march alas obras de la villa en donde surgía la antigua acrópolis de Alba Longa, en donde los Gandulfos habían construido la propiedad que después habrían ocupado los Savelli. En su libro “Los Papas en el campo” (1953), Emilio Bonomelli, que fue bastante tiempo director de las Villas Pontificias, narró esa mañana del 10 de mayo de 1626 en la que los Papas comenzaron un nuevo viaje, el primero de una larga serie de “mudanzas” a Castel Gandolfo. Leemos que el Papa partió en esos días «en buena hora, en carroza de seis caballos» desde el Palacio del Quirinal, «antecedido por el crucífero a caballo, seguido por la corte en hábito corto de viaje, algunos a caballo, otros en litera», y en compañía de «monseñor Maestro de casa, el confesor, el secretario de los estados, de los memoriales, el secretario de las cifras, el médico secreto, el limosnero, el caudatario, el ayudante de cámara, el copero, el mayordomo, el maestro de cartas, los clérigos secretos, los capellanes, los ujieres, los porteadores, etc.», sin olvidar los «esbirros de campo», que habían sido ya informados por el gobernador de Roma para que garantizaran la seguridad del séquito papal a lo largo de su recorrido. Gracias a Maffeo Barberini, que como refirió el pintor Sandrart fue visto cerca del lago «arrojar las redes de pesca con deleite», poco a poco la residencia papal se fue ampliando y en la construcción del Palacio Pontificio trabajaron el arquitecto Carlo Maderno, Bartolomeo Breccioli y Domenico Castelli.

 

El segundo Papa que habitó en el Palacio Pontificio fue Alejandro VII (1655-1667), que «en la residencia estiva –escribió Pastor– hizo que Bernini añadiera la fachada y la galería, de la que se goza la vista del mar». El Papa Alejandro es recordado mientras observaba divertido desde las ventanas las fiestas populares, respirando a todo pulmón, como escribió Jacovacci en sus “Noticias sobre Castel Gandolfo”, el «aire más purgado». Pero Fabio Chigi también se sentía fascinado por el lago: más que los peces, lo que más lo atraía era el espejo de agua que atravesaba en faluca o bergantín. También se narra, en las crónicas en su honor sobre la primera estancia en Castel Gandolfo, que los Cabelleros de Malta organizaron una espectacular batalla naval entre dos grupos de actores-marineros (caballeros y turcos, estos últimos, obviamente, perdedores). Pero sobre todo es el jardín (que incluso en la actualidad se encuentra perfectamente conservado) el que se convierte en el protagonista de los paseos papales. «Contiene, en sí, espaciosos paseos y bellos y altos setos, por lo que el reinante Pontífice a menudo baja allí a hacer ejercicio», se lee en un documento de 1667.

 

Después de Alejandro VII, ningún Pontífice fue a Castel Gandolfo, hasta Clemente XI (1700-1721). Y de él habla Lancisi en sus “Efemérides de las vacaciones de Clemente XI”, en las que lo describe paseando escoltado por guardias suizos, rezando en las iglesias de Castello, o en las parroquias cercanas mientras asiste a los catecismos e interroga a los jóvenes.

 

El cuarto sucesor de Clemente XI, Benedicto XIV (1740-1758), pasó largos periodos en Castel Gandolfo. Fue uno de los Pontífices más encariñados con este sitio, en donde, como escribió Caraccioli, «podía relajar el alma». El Papa Lambertini no amaba las escoltas (que redujo), paseaba de buena gana por los bosques, conversaba con los campesinos y organizaba “justas” de lectura con sus huéspedes: como el prior Bouget, eminente hebraísta. Este Pontífice, en Castello, recarga sus energías y templa su temperamento. «No quiero rompecabezas. Esos llegarán cuando estemos en Roma», se quejó con el cardenal Alberoni que lo atormentaba con problemas.

 

Y después llegan las vacaciones de otros dos Clementes, XIII (1758-1769) y XIV (1769-1774). Este último, en particular, extendió la residencia al añadir la Villa Cybo con su parque y prefería pasar en un mes de otoño en Castello: le encantaba pasear y salir a caballo vestido de blanco, trotando sin estribos, ejercicio abandonado en 1771, después de dos caídas.

 

Hacia finales del siglo XVIII los eventos no permitieron que los Papas pasaran periodos fuera de Roma. Las tropas francesas llegaron incluso a ocupar el palacio. Pero, si Pío VI (1775-1799) no pudo viajar debido a las amenazas de los soldados de la revolución (y porque estaba ocupado con la limpieza pontina), Pío VII (1800-1823) retomó la tradición antes de su prisión y durante los años que siguieron a la Restauración, para alegría de los pobladores locales que lo festejaban con fuegos de artificio. Con Pío VII llegó el billar al Palacio Pontificio. Lo colocaron en una sala que tomó su nombre. EL mismo Pontífice se concedía algunas partidas con sus familiares, colaboradores y huéspedes. Entre estos últimos, el privilegio de jugar con Su Santidad le tocó al joven Massimo D’Azeglio, quien con su hermano Próspero, jesuita, y con su padre, Ministro del rey de Cerdeña ante la corte de Roma, visitó al Papa en 1814.

 

Otro Papa que visitó frecuentemente Castel Gandolfo fue Gregorio XVI (1831-1846). Amante de la pesca, aparece citado en un soneto de Gioacchino Belli a orillas del lago tratando de «pescar tencas por el ayuno».

 

También su sucesor, Pío IX (1846-1878), a pesar de todo, logró pasar algunos periodos en el “vaticano estivo” (con dos excursiones hasta Anzio). Además, en 1859 llegó a Albano y a Castello en carroza después de haber llegado a Cecchina, utilizando por primera vez el «noble tren a vapor». Sus últimas vacaciones, en la residencia gandolfina son las de mayo de 1869. Pero lo impedirán a partir de entonces el aumento de los robos, la cólera y la situación política italiana.

 

Así, la villa de los Papas permaneció cerrada desde 1870 hasta 1929, año de los Pactos Lateranenses. En virtud del artículo 14 del Concordato, Italia reconoció a la Santa Sede la propiedad del Palacio de Castel Gandolfo, con anexos (Villa Cybo) y la antigua Villa Barberini, de mayores dimensiones y que surgió sobre los restos de la villa de Domiciano. Con el Pontificado de Pío XI (1922-1939) volvió a comenzar la tradición de las vacaciones que se había afirmado, como se dijo, desde inicios del siglo XVII y que habían seguido la mayor parte de los Papas a partir de entonces.

Se cuenta que Achille Ratti llegó a Castel Gandolfo por primera vez el 24 de agosto de 1933, viajando de incógnito en un automóvil al que se le ponchó una rueda. Fue él quien comenzó restauraciones importantes, que fueron muy apreciadas por sus sucesores: desde Pío XII (1939-1958), que cuando estaba en Castello caminaba kilómetros mientras leía, o Juan XXIII (1958-1963), que en sus agendas anotaba sobre sí: «incluso en la calma de la residencia estiva, el Santo Padre prosigue sus actividades». Y también escribió que el sitio, «por encanto de la naturaleza, parece un jardín», o que «todo allí se encuentra en orden perfecto, y con sentido práctico y de belleza». Y también Pablo VI (1963-1978), que allí falleció precisamente durante el último verano de su vida.

 

Pero fue con el Pontificado de Juan Pablo II (1978-2005) cuando llegaron novedades para las vacaciones papales. No solo porque ya como Papa, así como su predecesor Pablo VI desde 1975, podía llegar a Castel Gandolfo en diez minutos con el helicóptero. En la residencia de Castel Gandolfo (en donde también reposaba al final de extenuantes viajes) también se encontró el espacio para una pequeña piscina, regalo de los polacos de Estados Unidos. Una piscina que permitía una media hora de brazadas antes del almuerzo, ejercicio saludable que alivia la nostalgia por los ríos de los Cárpatos o de los lagos Masuri. Pero no es todo, pues Wojtyla también se dirigió a caminar por los senderos alpinos: desde Cadore hasta el Valle de Aosta, etc. Y también lo hizo después Benedicto XVI.

 

Luego llegó el Papa Francisco, quien cuenta entre sus tantas alergias la de las vacaciones. Probablemente no sabe ni siquiera qué son, puesto que nunca se ha ido de vacaciones, ni siquiera cuando era arzobispo. Mientras tanto, abrió a los turistas buena parte de la residencia estiva de Castel Gandolfo, que podría convertirse en un museo. Es decir, esta historia de las vacaciones papales, por ahora, se ha terminado.


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Visita del Papa al monumento conmemorativo de las víctimas de la matanza de armenios.

El Papa visita el Memorial de Tzitzernakaberd y reza por las víctimas del «Gran Mal»

2016-06-25 Radio Vaticana

(RV).- A casi 15 años de la visita de san Juan Pablo II, también Francisco se hace peregrino en la tierra oriental de Armenia, la primera entre las naciones que acogió el Evangelio de Jesús. El segundo día del 14 Viaje Apostólico vio al Santo Padre dirigirse muy temprano para uno de los eventos centrales de esta peregrinación: la visita al Memorial de Tzitzernakaberd en Erevan, capital de Armenia, tal como lo hiciera su amado predecesor en 2001.

El Memorial recuerda las víctimas de la matanza perpetrada por el gobierno de los “Jóvenes Turcos” del imperio otomano en 1915. Fue inaugurado el 29 de noviembre de 1967 y es un lugar de peregrinación para los armenios de todo el mundo que cada 24 de abril, día de duelo nacional declarado festivo, se dirigen allí para conmemorar a las víctimas del «Metz Yeghern» perpetrado entre el 1915 y el 1923.

La construcción de la obra comenzó en 1966 (durante la época soviética) y es de alguna manera ‘fruto de las protestas’ de Ereván de 1965, en la que más de un millón de personas manifestaron durante 24 horas para conmemorar el quincuagésimo aniversario del Gran Mal.

El memorial comprende tres partes, el muro de la memoria, el mausoleo, y la estela. La estela de 44 metros de altura está realizada en basalto, y apuntando al cielo simboliza el renacer de los armenios. Se encuentra al lado de las doce grandes losas, también realizadas en basalto gris y dispuestas en un círculo, las cuales representan las doce provincias perdidas en el actual territorio de Turquía. En el centro de las mismas, a una profundidad de 1,5 metros, se encuentra la llama eterna, signo de duelo. El muro que se extiende por cien metros a lo largo de la calle de acceso al Memorial lleva inscriptos los nombres de las ciudades y aldeas armenias en las cuales fueron ejecutadas las matanzas. Cerca del museo, inaugurado en el 1995, hay abetos plantados por diferentes personalidades en memoria y reconocimiento del genocidio.

En este lugar conmemorativo del Gran Mal, el Papa Francisco y el Catholicòs Armenio Apostólico fueron recibidos por el Presidente de la República, Serzh Sargsyan. Presentes también allí, jóvenes y niños y algunos descendientes de los cuatrocientos niños que desde el 1919 y por diversos meses, fueron acogidos y acudidos en Castel Gandolfo en los tiempos de Papa Pío XI.

Luego de haber depositado un homenaje floral, en un clima de intenso recogimiento en memoria de las víctimas, tuvo lugar una breve ceremonia religiosa que culminó con la oración final del Papa Francisco: “Cristo, que coronas a tus santos y cumples la voluntad de tus fieles y miras con amor y dulzura a tus criaturas, escúchanos desde los cielos de la santidad, por la intercesión de la Santa Madre de Dios por las súplicas de todos tus Santos y de quienes hoy es la memoria, Escúchanos, Señor, y ten piedad, perdónanos y expía nuestros pecados. Haznos dignos de glorificarte, con sentimientos de agradecimiento, junto al Padre y al Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Después del rezo del Padre Nuestro y de la bendición conjunta, la firma del Libro de Oro en el Museo del Memorial:

«Aquí rezo, con dolor en el corazón, para que nunca más haya tragedias como ésta, para que la humanidad no olvide y sepa vencer con bien el mal; Dios conceda al amado pueblo armenio y al mundo entero paz y consuelo».

«Que Dios custodie la memoria del pueblo armenio. La memoria no debe ser diluida ni olvidada; la memoria es fuente de paz y de futuro».


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Sobre el origen de los indígenas del Amazonas. Nuevas revelaciones.

SOBRE EL ORIGEN DE LOS PUEBLOS DE AMÉRICA. Una nueva investigación revela rastros de ADN comunes entre los pueblos del Amazonas y aborígenes australianos. Duelo entre Science y Nature

Mezclas americanas

Mezclas americanas

La revista estadounidense Science publicó recientemente un estudio sobre el origen de los antiguos pueblos de América. Los resultados de la investigación demuestran que existirían conexiones genéticas entre los aborígenes australianos y los indígenas del Amazonas. Esa matriz común también fue confirmada por las investigaciones realizadas por el equipo de la revista británica Nature.

Hace muchos años que antropólogos y arqueólogos debaten sobre el origen y las dinámicas de esta conexión. La tesis de los migrantes que partieron del continente asiático y atravesaron la franja de tierra que unía Siberia y Alaska –actualmente cubierta por las aguas del estrecho de Bering- es universalmente aceptada por la comunidad científica. El equipo de Nature está convencido de que el contacto se verificó a consecuencia de una o dos antiguas oleadas migratorias en el continente, mientras los investigadores de Science afirman que ocurrió mucho después del poblamiento inicial. Jennifer Raff, antropóloga de la “University of Texas” de Austin, explica que, más allá de las normales divergencias, las dos revistas han abierto una «incredibly exciting window» en los estudios sobre los antepasados de los amerindios actuales.

Cuatro años de investigaciones permitieron al equipo de expertos de Science secuenciar 31 genomas completos y 79 parciales de individuos provenientes de Norte y Sudamérica, de Siberia y de Oceanía. Los mapas se compararon después con los genomas de tres antiguos esqueletos: Mal‘ta child (24.000 años, Siberia), Anzick child (12.600 años, Montana) y el hombre de Saqqaq (4.000 años, Groenlandia). Los resultados confirman que todos los amerindios, antiguos y modernos, derivan de una «source population» común localizada en Siberia. Hace aproximadamente 23.000 años se habría separado de las otras poblaciones asiáticas para asentarse en “Beringia”, la franja de tierra actualmente sumergida. Allí permanecieron unos 8.000 años y luego se difundieron por América en una sola oleada migratoria, para dividirse posteriormente entre América del Norte y América del Sud hace 13.000 años.

Rastros de ADN australo-melanesio en algunos amerindios vivientes, incluso en habitantes de las islas Aleutianas y la población Suruí del Brasil amazónico, son el dato más sorprendente de la investigación. Algunos antropólogos ya había sugerido una conexión, ilustrada en lo que se denomina «Paleoamerican model». Walter Neves de la “University of Sao Pãolo” de Brasile y Mark Hubbe de la “Ohio State University” de Columbia afirman la existencia de una «source population» diferente, ya que algunos individuos amerindios extintos presentaban cráneos estrechos y largos, muy semejantes a los de muchos australo-melanesios.

Por otra parte, los datos obtenidos por la investigación del equipo de Science refutan el «Paleoamerican model» porque el mapa de 17 individuos extintos de Sudamérica con esos rasgos distintivos no ha mostrado ningún rastro de ascendencia australo-melanesia. Por su parte David Reich, genetista de la “Harvard Medical School” de Boston, que dirige el grupo de investigación de Nature, concuerda con Mark Hubbe al afirmar que los 17 genomas son incompletos y cubren un rango demasiado estrecho para ofrecer datos científicos razonables. Su equipo ha realizado secuencias parciales del genoma de 106 amerindios de 25 poblaciones diferentes de Centro y Sudamérica y los ha comparado con los datos de ADN de 197 poblaciones externas al continente americano. Al final ha descubierto que algunas tribus del Amazonas tienen un 1 ó 2%  de su ADN en común con los nativos actuales de Australia, Nueva Guinea y las Islas Andaman. Las diferencias entre los ADN compartidos sugieren que la ascendencia no proviene directamente de estas poblaciones sino de otra –actualmente extinta- denominada “Pueblo Y”, que vivió en algún lugar de Asia del este y que en una época muy remota transmitió genes comunes a los paleo-americanos y los australo-melanesios.

¿Una o dos «source population»? ¿Contactos antiguos o recientes entre las poblaciones? Los datos científicos que ofrecen Science y Nature no permiten una interpretación unívoca, pero sí ofrecen fundamentación para dos diferentes análisis perfectamente razonables. Solo el mapeo de un número cada vez mayor de genomas aumentará los datos disponibles y quizás resolverá el misterio, para reconocer el triunfo de una de las dos prestigiosas revistas. O tal vez la ciencia, la historia o la arqueología puedan revelar la existencia de una tercera vía.


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Reporteros sin fronteras cumple 30 años. Informe.

Reporteros

INTERNACIONAL | Reporteros Sin Fronteras cumple 30 años defendiendo la libertad de información

29.04.2015 19:23

 Reporteros Sin Fronteras (RSF) celebra su 30 aniversario con la publicación de un informe que ofrece una retrospectiva de las tres décadas que ha dedicado a la defensa de la libertad de información.

[Pinchar en la imagen para acceder al informe completo en ESPAÑOL]

RSF: Al rescate del periodismo independiente - 30 años de lucha

RSF cumple 30 años. Con motivo de este aniversario, la organización publica un informe en el que aborda los desafíos actuales en materia de libertad de información, las batallas del presente y las tres décadas de lucha que forman parte de su historia. En el documento titulado «Al rescate del periodismo independiente – 30 años de lucha”, la organización recuerda sus mayores campañas, las liberaciones de periodistas por las que ha luchado, sus operaciones de mayor impacto o sus intervenciones ante las instancias internacionales, sin olvidar la ayuda concreta que ha ofrecido a periodistas amenazados, agredidos o exiliados. RSF rinde homenaje a todos estos héroes de la información entrelazando la pequeña historia con la grande.

“La pequeña gran ONG”

Desde su creación en Montpellier en 1985, hasta su nominación al Premio Nobel de la Paz en 2014, Reporteros Sin Fronteras ha sabido convertirse a lo largo de 30 años, en una ONG internacional presente en los cinco continentes, con estatus consultivo ante la Organización de las Naciones Unidas y la Unesco. Hoy en día la labor de la organización se difunde gracias a su red de más de 150 corresponsales, y sus 12 oficinas y secciones en el mundo.

En el prólogo del informe, el Secretario General de la organización, Christophe Deloire, describe a RSF como una «pequeña gran ONG», parafraseando a Victor Hugo cuando se refería a Gavroche. “En 30 años RSF se ha convertido en una pequeña muy grande ONG», explica. “En la nueva era de la propaganda en la que entramos, el mundo necesita a Reporteros sin Fronteras. Total, violento o sutil, el control de la información toma formas inéditas a las que los ciudadanos libres deben enfrentarse con todas sus fuerza”, agrega.

Activismo a flor de piel

El de RSF es un activismo contra viento y marea. Ha consistido en: crear una radio clandestina en pleno Pekín durante los Juegos Olímpicos de 2008; ir a Kiev en 2002 para obtener muestras del cuerpo de un periodista asesinado, hacer que expertos las analicen y que se mueva un juez apático; participar en una comisión de investigación sobre la muerte de Norbert Zongo, asesinado en su automóvil en Burkina Faso en 1998 y dar prueba de tenacidad para que 16 años después se vuelva a abrir la investigación oficial.

RSF es una fuerza de movilización sin igual. Desde el caso de Brice Fleutiaux, rehén en Chechenia en 1999, RSF ha movilizado la opinión pública en más de 20 casos de periodistas secuestrados. La proyección en el Arco del Triunfo en 2010 de los retratos de Stéphane Taponier y Hervé Ghesquière, secuestrados en Afganistán, quedará como un símbolo de este compromiso inquebrantable de liberar a los periodistas secuestrados en las regiones más peligrosas. A su regreso, ellos reconocieron la importancia de esta movilización mientras se encontraban cautivos. Cuando en 2013 los periodistas Didier François, Édouard Élias, Nicolas Hénin y el fotógrafo Pierre Torres fueron secuestrados en Siria, RSF se movilizó hasta su liberación, en 2014.

Ayudar a los medios y proteger a los periodistas

Durante el asedio a Sarajevo murieron cinco miembros del equipo del diario Oslobodenje en un bombardeo a sus oficinas. RSF decidió ofrecer ayuda a este símbolo de la resistencia a la violencia que arrasaba la región. La organización proporcionó al periódico papel, víveres y hasta un camión blindado para garantizar la seguridad de los periodistas de la redacción. En Haití, días después del terremoto de enero de 2010, RSF creó un centro operacional para los medios de comunicación en Puerto Príncipe. Hoy en día, RSF apoya a Radio Erena, que emite desde París y es el único medio de comunicación independiente dirigido a Eritrea.

RSF está presente en lugares convulsos. En 2014 envió a Ucrania cascos, gafas y máscaras para que los periodistas pudieran cubrir los enfrentamientos en la plaza Maidán. Asimismo, la organización impartió formación sobre protección física a cerca de 100 periodistas en Pakistán, donde la cobertura de las zonas tribales cada vez es más peligrosa. Con sus becas de asistencia financiera, RSF permite que los periodistas se pongan a salvo en un sitio seguro, tengan acceso a atención médica o que obtengan defensa legal.

30 años, una buena edad

RSF continúa apoyando sin desfallecer a aquellos que informan, pagándolo en ocasiones con su propia vida. Mazen Darwish en Siria, Raïf Badawi en Arabia Saudita o Gao Yu en China… todos se encuentran atrapados en sistemas represivos que basan su acción en una censura insoportable. Y cuando hasta en los países democráticos se reprime a las voces independientes –como la del denunciante Edward Snowden–, RSF emprende también allí una lucha sin descanso por la libertad de información.

Frente a sus numerosos desafíos, Reporteros Sin Fronteras continuará con su misión en pro de una prensa libre e independiente, con compromiso, intensidad y osadía.

Leer más: http://www.rsf-es.org/news/internacional-reporteros-sin-fronteras-cumple-30-anos-defendiendo-la-libertad-de-informacion/


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El aniversario del bombardeo de Gernika

Troops Walking by Demolished Buildings

Bombardeo de Gernika

El inicio del conflicto: La Guerra Civil Española.

17-20 de julio de 1936. En sólo cuatro días sobrevino el caos. Las primeras horas trajeron inseguridad, miedo e incertidumbre. En algunos lugares hubo violencia en las calles, momentos de locura colectiva en los que cada grupo intentó aniquilar a su adversario… Poco a poco, empezó a ser evidente hasta qué punto había cambiado la realidad. Ya no era posible coger un ferrocarril a cualquier parte, algunos no podían comunicarse con sus seres queridos, otros intentaron pasar inadvertidos y muchos quisieron huir y no pudieron.

España estaba en guerra, dividida en territorios amigos y enemigos. Comer, trabajar, pensar, relacionarse con los demás y con el propio entorno, dejaron de ser cosas corrientes. De repente desapareció la paz y con ella la vida misma.

«La suerte de España se había jugado al cara o cruz de la sublevación y cada lado proclamaba su verdad. Entre aquellas dos verdades, la única coincidencia era su incompatibilidad».
Rafael Abella. La vida cotidiana durante la Guerra Civil.

El bombardeo de Gernika

el guernica de picassoLos guerniqueses vivieron los estragos de la guerra desde el principio, aunque durante los primeros meses la campaña bélica no alteró drásticamente el ambiente vecinal que se respiraba en la villa. En un primer momento la normalidad sólo se vio alterada por algunas detenciones. Luego, los jóvenes guerniqueses empezaron a alistarse en los batallones de gudaris. Siguió la movilización de las primeras quintas, la militarización de empresas locales y el racionamiento.

A medida que el frente se acercaba, se incrementaban los efectos directos de la guerra. Llegaron los primeros refugiados civiles y pasaron batallones de gudaris en retirada. Se instaló un hospital de sangre en el Colegio de las Carmelitas. Las noticias de primera mano sobre el desarrollo de la contienda se mezclaban con rumores alarmantes. El 31 de marzo de 1937 el ejército de Franco bombardeó Durango y el temor empezó a cundir entre la población. Las autoridades locales ordenaron la construcción de diversos refugios antiaéreos. Así llegó el día 26 de abril de 1937. Lunes. Día de mercado.

«Hacia el mediodía empezamos a ponernos nerviosos porque había mucho campaneo por el paso de aviones y, además, después de lo acontecido en Durango teníamos más miedo»
Cava Mesa, Ma Jesús et Alii. Memoria colectiva del bombardeo de Gernika

«Salir del refugio y ver aquello fue horrible. Todo el ferial ardiendo, todo era incendio. Todos temblando. ¡Cómo nos íbamos a imaginar que iba a suceder eso! ¡Todo un pueblo quemándose! ¡Ni hablábamos del susto que teníamos!»
Cava Mesa, Ma Jesús et Alii. Memoria colectiva del bombardeo.

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El ataque aéreo. Aspectos militares del bombardeo.

El ataque aéreoEl primer avión apareció hacia las cuatro de la tarde y dejó caer algunas bombas. Al cabo de unos quince minutos tuvo lugar la primera oleada, tres aviones en formación triangular que volaban muy bajo. Así empezó el bombardeo sistemático de Gernika que se prolongó durante más de tres horas.

Los aspectos técnicos del bombardeo de Gernika siguen siendo hoy uno de los temas más apasionantes de la historia contemporánea. La destrucción de Gernika fue obra de la Legión Cóndor alemana y de las fuerzas aéreas italianas, actuando bajo las órdenes del ejército franquista sublevado. La táctica militar que se aplicó fue tan devastadora que Gernika ha pasado a la historia como el primer ensayo de guerra total.

«Los aviones despegaban del aeródromo de Vitoria, rebasaban el litoral y luego, dando media vuelta, seguían el valle del Oca, atacando Guernica de Norte a Sur. Al parecer pertenecían a tres tipos: Heinkel 111, Junker 52 de bombardeo y Heinkel 51 de caza y ametrallamiento. Debieron formar dos masas, que se turnaban y en cuanto al número de cada una existe una general discrepancia. Por fijar ideas, bien podemos suponer que en cada oleada actuaban, entre bombardeos y cazas, alrededor de 15 a 20 aviones. Eran suficientes. Su táctica consistió en arrojar primero bombas rompedoras ordinarias, luego racimos de pequeñas bombas incendiarias y simultáneamente, ametrallar al personal al descubierto, no sólo el que se encontraba en la ciudad, sino también en sus alrededores e incluso en las anteiglesias comarcales.»
Martínez Bande. Vizcaya.

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La destrucción de la ciudad

Durante el bombardeo se lanzaron sobre Gernika un mínimo de 31 toneladas de bombas. El centro urbano de la villa, de menos de 1 km2, quedó totalmente arrasado. El 85,22% de los edificios -un total de 271- fueron totalmente destruidos y el resto parcialmente afectado. Las bombas incendiarias provocaron un incendio que no pudo ser sofocado en varios días. En línea con el concepto de bombardeo de terror, las fábricas de armamento y el puente de Errenteria, únicos objetivos estratégicos de la villa, no fueron bombardeados.

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El Gobierno de Euskadi registró 1.654 víctimas mortales. El alcalde de Gernika, Jose Labauria, expresó que más de mil personas habían perdido la vida en Gernika, entre ellas, 450 en el refugio de la calle Andra Mari. El padre Eusebio Arronategi, que como Labauria estuvo en Gernika durante el bombardeo y los días posteriores colaborando en las labores de rescate e identificación de los cadáveres, expresó que vio «a miles de sus conciudadanos asfixiados, muertos y heridos». 38 testigos presenciales, incluidos todos los reporteros internacionales que acudieron a Gernika, secundaron estas cifras. Pero el número total de víctimas mortales es difícil de conocer porque los más de 60.000 m3 de escombro no serían retirados del centro de la villa hasta finales de 1941. El régimen franquista no consignó ningún deceso en este tiempo y procuró eliminar los registros elaborados por las autoridades vascas, borrando así incluso la memoria de las víctimas. No obstante, continúan las labores de investigación en torno al cómputo e identificación de las víctimas.

«Cuando pasó el bombardeo, la gente salió de sus refugios. Nadie lloraba. Sus rostros mostraban asombro. Ninguno de nosotros podía comprender lo que veía. Al ponerse el sol, aun no podía verse más allá de los 500 metros. Por todas partes causaban estragos las llamas y ascendía un pesado humo negro».
Alberto de Onaindía. Recogido por Hans Christian Kirsch: Der Spanische Bürgerkrieg in Augenzeugenberichte

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La ocupación de Gernika.

mujer_entre_malezaLas tropas nacionales entraron en Gernika tres días después del bombardeo. El contingente militar franquista estaba compuesto por italianos, alemanes, moros y requetés. Mucha gente ya había huído por miedo a las represalias, especialmente aquellos que eran reconocidos como republicanos y nacionalistas. Durante los primeros días los soldados repartieron pan y alimentos entre la población, pero poco después se hicieron sentir los efectos de la escasez y del racionamiento.

Las tropas moras fueron acuarteladas en diversos lugares de la villa, entre ellos en la iglesia de Santa María. Después las mujeres guerniquesas fueron obligadas a limpiar estos lugares profanados, siendo ésta una de las humillaciones que más huella dejó en sus memorias.

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La vivencia del bombardeo.

mujer_entre_malezaEl bombardeo sorprendió a todos los habitantes de Gernika. Incluso los que estaban alertados del peligro, nunca hubieran esperado un ataque de tal intensidad. Cuando cayeron las primeras bombas la gente buscó cobijo en los lugares que consideraron más seguros o sencillamente en los sitios que estaban a su alcance. Además de los refugios municipales, también se podía acudir a las fábricas, a las bodegas y a los sótanos de los edificios. Hubo personas que prefirieron abandonar la villa y se ocultaron en el monte, entre los matorrales, en las huertas y en los caseríos, incluso en las zanjas.

La vivencia del bombardeo fue horrible para todos ellos; miedo, angustia, inseguridad, incertidumbre e indefensión. Muchos guerniqueses pasaron las largas horas del ataque aéreo preocupados por los seres queridos que no estaban a su lado. Los que han podido explicar su vivencia recuerdan la falta de aire en los refugios, el llanto de los niños y las oraciones. Cuando todo terminó lo que sintieron fue algo más parecido a una honda confusión, desconcierto, incredulidad y asombro ante una visión que nunca hubieran creído posible.

«Cuando a las cuatro y media de la tarde, estaba comprobando las sumas de la precitada liquidación en la oficina de los contratistas de la calle San Juan […] vimos un avión que daba vueltas sobre la villa y se marchaba hacia Amorebieta, después de soltar tres bombas explosivas sobre diferentes puntos de la villa. La gente que como día feriado era numerosa, asustada, se guareció en los refugios o huyó hacia los bosques y caseríos cercanos. Yo me amparé en el refugio que habíamos hecho en los sótanos y allí aguanté, una hora aproximadamente, el bombardeo ininterrumpido […]
El bombardeo duró hasta las ocho menos cuarto de la tarde. Al salir, comprobé que mi coche […] estaba ardiendo por efecto de una bomba incendiaria que cayó encima de él y me dirigí hacia la vía del ferrocarril, para ver lo que había pasado a las fábricas de material de guerra… Quedé sorprendido al ver que la aviación las dejó intactas; por lo visto intencionadamente, para poder aprovechar su producción cuando tomaran Guernica. También lo estaban la Casa de Juntas y el Arbol de Guernica, por temor, sin duda, a la protesta de los elementos vascos, sobre todo navarros, que venían con las tropas franquistas»
Castor Uriarte, Bombas y mentiras sobre Guernica

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La difusión del bombardeo.

La difusión del bombardeoLa difusión de los hechos acaecidos en Gernika aquel 26 de abril de 1937 fue desde los primeros momentos objeto de una profunda controversia. Algunos testigos del bombardeo junto con las personalidades más representativas del Gobierno de Euzkadi y de la sociedad vasca, denunciaron al mundo la destrucción de la villa foral y la implicación del ejército alemán y franquista. La noticia apareció publicada en los principales medios informativos europeos, gracias a la rápida actuación de algunos periodistas entre los que destaca la figura de George Steer.

El bando nacional nunca reconoció su responsabilidad, al contrario, tergiversó las pruebas y utilizó la prensa franquista para acusar a los republicanos vascos, a quienes denominó rojos-separatistas, de haber provocado el incendio de la villa en su retirada hacia Bilbao. Hasta el día de hoy el ejército español no ha reconocido su implicación en el bombardeo de Gernika.

«Ante Dios y ante la Historia que a todos nos ha de juzgar, afirmo que durante tres horas y media los aviones alemanes bombardearon con saña desconocida la población civil indefensa de la histórica villa de Gernika reduciéndola a cenizas, persiguiendo con el fuego de ametralladora a mujeres y niños, que han perecido en gran número, huyendo los demás alocados por el terror».
José Antonio Aguirre. Presidente del Gobierno de Euzkadi.

«Aguirre miente. Nosotros hemos respetado Gernika, como respetamos todo lo español».
Francisco Franco.

«La declaración publicada por Salamanca según la cual Guernica ha sido destruida por los rojos es absolutamente falsa. Personalmente hablé con más de 20 refugiados de Guernica en los alrededores de la ciudad la noche de la destrucción. Excepción hecha del número de aviones que la bombardearon, todas las declaraciones coinciden en todos sus detalles. […] La evidencia neta que Guernica ha sido destruida por la aviación se demuestra con lo siguiente: en toda la ciudad y en los techos que no habían sido destruidos por el incendio se veían innumerables huecos de bombas que no estaban a mediodía, cuando yo visité Guernica. árboles arrancados de cuajo o con las ramas peladas por la metralla…Un periodista recogió conmigo tres bombas, las tres alemanas, con fecha de 1936. Todo el mundo sabe que en el pueblo un gran numero de mujeres y niños han sido atacados en un refugio contra las bombas y es evidente que éstos no habrían ido a refugiarse en un lugar que los rojos tenían intención de incendiar… Yo estuve en Guernica hasta la 1,30 de la madrugada y en ninguna parte podía sentirse el olor a petróleo… Una gran parte de Guernica no es un montón de cenizas, sino un montón de escombros.» George Steer, The Times, 6 de mayo de 1937

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Gernika después de la guerra: El Franquismo y la Represión.

Durante los primeros años del franquismo se llevó a cabo la reconstrucción de Gernika. En ella participaron los presos políticos, instalados en el colegio de los Padres Agustinos y personas libres asalariadas. Los trabajos duraron cinco largos años y, paradójicamente, el responsable último de la destrucción de Gernika, Francisco Franco, fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad.

La reconstrucción de los edificios y el diseño de nuevas calles y jardines no llegó a reparar todo lo que se había destruido. El ambiente vecinal que se respiraba en Gernika antes de la guerra quedó enrarecido durante mucho tiempo. El franquismo instauró una dura represión ideológica y cultural. Se impusieron nuevas normas y nuevas conductas; las denuncias y los registros estaban a la orden del día y nada escapaba al escrupuloso examen de la Guardia Civil. Los guerniqueses tuvieron que afrontar el miedo, la desconfianza y los recelos mutuos. Nadie les devolvió la Gernika abierta y entrañable que ellos habían conocido.

Pese a todo, durante los años de la dictadura Gernika no dejó de ser el símbolo de las libertades vascas y en 1964 la celebración del Aberri Eguna reunió a dos mil personas en la villa.

«Había mucha desconfianza. Esto era cosa de después, porque antes éramos todos iguales. Luego policía, confidentes (…)I? Hubo mucha gente que fue a la cárcel. Hubo miedo hasta morir Franco»
CAVA MESA, Ma Jesús et Alii. Memoria colectiva del bombardeo de Gernika

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Hacia la Reconciliación.

La reconciliación es hoy en día una herramienta básica en la resolución de conflictos y, como tal, su significado es rico y a la vez complejo. Aún así, todos entendemos que reconciliar quiere decir convertir en amigos a los que antes habían sido enemigos. Para ello es necesario que el agresor reconozca su culpa y acepte la responsabilidad de los actos del pasado.

Gernika es hoy en día un ejemplo de reconciliación avanzado; el proceso no ha llegado a su fin pero su andadura es larga. En sus orígenes tuvo que hacer frente a serios déficits, ya que Alemania tardó en dar los primeros pasos para reparar el daño causado.

El reconocimiento de la implicación alemana en el bombardeo de Gernika no llegó hasta 1997, cuando el presidente Herzog envió una carta a los supervivientes en la que admitía la implicación de Alemania en el ataque aéreo de 1937. Este acto simbólico fue el fruto del trabajo de muchas personas e instituciones; el resultado de innumerables gestiones, esperanzas y desazones. Hoy en día los guerniqueses, hermanados con la ciudad alemana de Pforzheim, desarrollan nuevas vías de entendimiento y de apoyo mutuo con el pueblo que un día fue su agresor. No se ha hecho justicia, pero se ha abierto el camino hacia la reconciliación, manteniendo vivo el recuerdo de Gernika.

«Y nos lanzaron una lluvia de fuego, metralla y muerte. Y destruyeron nuestro pueblo. Y aquella noche ya no pudimos volver a cenar en nuestra casa, ni a dormir en nuestra cama. Ya no teníamos hogar. No teníamos casa. Pero aquel acto incomprensible para nosotros, no nos dejó un sentimiento de odio o de venganza, sino un deseo enorme, inmenso, de paz. El deseo de que aquello no debía suceder nunca más. Y que de las ruinas de lo que fue nuestro pueblo, debía surgir una bandera de paz para todos los pueblos del mundo».
Declaración de los testigos supervivientes tras la lectura del reconocimiento del Presidente de la República Federal de Alemania.

icono pdf Bibliografía sobre el Bombardeo de Gernika

Para más información póngase en contacto con el Centro de Documentación sobre el Bombardeo de Gernika dokumentaziozentrua@gernika-lumo.net.

http://www.wikipedia.org