Loiola XXI

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Audiencia semanal del Papa

El Papa en la catequesis: La comunión supera las divisiones

Redescubrir la belleza de dar testimonio del Resucitado y dejar atrás las actitudes autorreferenciales, renunciando a retener los dones de Dios y no cediendo a la mediocridad: fue la indicación del Papa Francisco en su segunda catequesis basada en los Hechos de los Apóstoles, en el miércoles 12 de junio

Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano

En una plaza de san Pedro acariciada en las primeras horas de la mañana por el sol primaveral, el Papa Francisco continuó con su nuevo ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, interrumpido la semana pasada  por su catequesis sobre su reciente viaje apostólico en Rumanía. El pasaje evangélico del cual tomó el punto de partida de su reflexión fue el capítulo 1 de los Hechos, versículos 21-22.26.

Aferrados a María

«Hemos comenzado un nuevo ciclo de catequesis que seguirá el «viaje» del Evangelio que narra el libro de los Hechos de los Apóstoles. Todo tiene origen en la Resurrección de Cristo, que es la fuente de vida nueva. Por eso los discípulos permanecen unidos y perseverantes en la oración, junto a María, la Madre de Jesús y de la nueva comunidad, en espera de recibir el Espíritu Santo».

Uno de los dolorosos acontecimientos de la Pasión que muestra este libro, dijo el Papa, es que los Apóstoles del Señor ya no son los doce elegidos por Él, sino once. Esto sucede porque Judas se quitó la vida aplastado por el remordimiento:

«Esa primera comunidad estaba formada por ciento veinte hermanos y hermanas, un número que contiene el doce, emblemático para Israel, por las doce tribus, y también para la Iglesia, por los doce Apóstoles elegidos por Jesús, que después de los acontecimientos dolorosos de la pasión, con la traición de Judas, se redujeron a once».

El virus del orgullo infectó el corazón del Apóstol

Judas, explicó Francisco, “había empezado a separarse de la comunión con el Señor y con los demás, a hacer a solas, a aislarse, a apegarse al dinero hasta explotar a los pobres, a perder de vista el horizonte de la gratuidad y de la entrega, hasta que permitió que el virus del orgullo infectara su mente y su corazón”:

«Judas, que había recibido la gracia de formar parte del grupo inseparable de Jesús, perdió de vista el horizonte de la gratuidad del don recibido y dejó entrar en su corazón el virus del orgullo; y de amigo se volvió enemigo de Jesús, traicionándolo».

Así, Judas, que había recibido esta gracia «prefirió la muerte a la vida, un camino de oscuridad y ruina. Los otros once, en cambio, escogieron la vida y la bendición, convirtiéndose en responsables de trasmitirlas de generación en generación, del Pueblo de Israel a la Iglesia».

Se inaugura el discernimiento comunitario

Se hizo necesario entonces “reconstituir el grupo de los doce”, y así “se inaugura la práctica del discernimiento comunitario”, que consiste en ver la realidad a través de los ojos de Dios, desde el punto de vista de la unidad y la comunión:

«El evangelista Lucas nos dice cómo el abandono de Judas causó una herida al cuerpo comunitario. Era necesario que su misión pasara a otro. Pedro indicó el requisito indispensable: haber sido discípulo de Jesús desde el principio hasta el fin, desde el bautismo en el Jordán hasta la Ascensión».

He aquí que la comunidad ora de la siguiente manera – siguió diciendo Francisco: «Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muestra cuál de estos dos has elegido para ocupar el lugar que Judas ha abandonado». Y el Señor indica a Matías:

«De los dos candidatos propuestos, el escogido fue Matías, que es asociado a los once, reconstituyendo el colegio apostólico, signo de que la comunión es el primer testimonio de una comunidad viva y que sigue el estilo del Señor».


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Consejo de Seguridad ONU: firme actitud de la Santa Sede sobre violaciones de guerra y sus consecuencias.

ONU aprueba resolución contra violaciones de guerra.ONU aprueba resolución contra violaciones de guerra. 

Intervención de la Santa Sede ante Resolución de la ONU contra violaciones de guerra

En el debate previo a la aprobación el observador permanente de la Santa Sede, Mons. Auza, pidió prestar atención a los niños fruto de violaciones de guerra y consideró «inaceptables» dichas «atrocidades».

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Con 13 votos a favor y dos abstenciones (Rusia y China), el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución para contrarrestar la violación como arma de guerra, luego de una dura batalla, pues inicialmente los Estados Unidos se opusieron a dicha Resolución porque contenía referencias a la asistencia de «salud reproductiva», que implicaba apoyar prácticas abortivas. En el texto final, esta referencia fue eliminada, junto con la parte relacionada con el establecimiento de un nuevo mecanismo para monitorear e informar estas atrocidades en la guerra, debido a la oposición de Estados Unidos, China y Rusia.

El Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente ante la ONU en Nueva York participó en el debate previo a la votación de la Resolución, junto al Secretario General Antonio Guterres, la ganadora del Premio Nobel de la paz Nadia Murad, la joven yazida secuestrada y tenida como rehén por el autodenominado estado islámico, y Denis Mutwege, el médico de la República Democrática del Congo que se especializó en el cuidado de mujeres víctimas de violencia sexual.

Basta impunidad contra estos crímenes

Durante el debate, Mons. Auza reiteró la firme condena de estas «inaceptables» «atrocidades» cometidas por bandas armadas, terroristas, pero también ejércitos regulares, incluidos, en algunos casos, militares enviados por las Naciones Unidas «para servir a la noble causa de la paz y la seguridad»:» El silencio y la impunidad contra estos crímenes – subrayó – deben terminar y dar paso a la responsabilidad, la justicia y la reparación».

No negar el derecho a la vida a los niños que son fruto de violaciones de guerra

Pero en su discurso, el Observador Permanente también llamó la atención sobre el tema de los niños concebidos debido a la violencia sexual sufrida en las áreas de conflicto: «Los derechos humanos de estos niños – enfatizó fuertemente – deben ser respetados y garantizados, como en cualquier otro niño”. Según la Santa Sede, estas jóvenes e inocentes vidas deben ser bienvenidas, amadas, no estigmatizadas o rechazadas y tampoco se les debe negar el derecho a nacer.

Ayuda a las víctimas a encontrar sanación y esperanza

Por último, Mons. Auza expresó su esperanza en que este debate abierto en la ONU sobre este tema dramático “pueda ayudar a los sobrevivientes y las víctimas a encontrar la curación y la esperanza” y pueda además servir para “el establecimiento de mecanismos más sólidos que permitan enjuiciar a quienes han cometido esta violencia”.


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Kerala (India). Medidas de los obispos contra los abusos sexuales del clero

Iglesia católica en Kerala: líneas guías contra los abusos sexuales

Los obispos locales publican las líneas guías para actuar frente a los sacerdotes y miembros del clero que cometan este crimen. Por primera vez, se prevé la reducción al estado laical para el sacerdote culpable.

Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano

La Iglesia católica en Kerala, India, ha difundido las líneas guías para el comportamiento de sacerdotes y personal eclesiástico en las cuales reafirma la política de tolerancia cero en los casos de abusos sexuales.

Prevensión contra los abusos 

La noticia fue difundida por el diario regional The Indian Express. El documento se coloca dentro de las iniciativas realizadas por las jerarquías católicas sobre el tema de los abusos contra los menores y adultos vulnerables, al cual también el Papa Francisco está poniendo total atención.

 

Tal como informa la agencia de noticias Asian News, las líneas guías de la Iglesia local india fueron enviadas a presbíteros, iglesias, institutos escolásticos y religiosos en todo el Estado indio. Unas medidas que van dirigidas en particular a la defensa de las víctimas y como respuesta a la tensión social que ha generado el caso que involucró a Mons. Franco Mulakkal, obispo dimisionario de Jalandhar (en Punjab), que está siendo investigado por violación de la ex superiora de las Misioneras de Jesús.

Posibilidad de reducción al estado laical del culpable

Entre las indicaciones dispuestas por el Consejo de los obispos católicos de Kerala (KCBC), están: reportar a las autoridades interesadas los casos de molestias sexuales, cooperar en las investigaciones, evitar contactos físicos inapropiados con los menores.

 

Asimismo, es la primera vez que las líneas guías prevén la reducción al estado laical para sacerdotes o miembros del clero contra los cuales se compruebe la culpabilidad en episodios de molestias y abusos sexuales. Por su parte, los obispos disponen que cualquier incidente relacionado con este delito debe ser referido de manera obligatoria e inmediata a las autoridades civiles.

Tolerancia cero con los abusos: no al encubrimiento

Se trata de una acción concreta en la lucha contra los crímenes sexuales que va en plena sintonía con la postura de «tolerancia cero contra los abusos» adoptada por la Iglesia.

En su carta dirigida al Pueblo de Dios, el 20 de agosto de 2018, el Santo Padre Francisco aseguró no escatimar esfuerzos para prevenir los abusos y frenar sus encubrimientos.

«La magnitud y gravedad de los acontecimientos exige asumir este hecho de manera global y comunitaria (…) Invito a todo el santo Pueblo fiel de Dios al ejercicio penitencial de la oración y el ayuno siguiendo el mandato del Señor, que despierte nuestra conciencia, nuestra solidaridad y compromiso con una cultura del cuidado y el «nunca más» a todo tipo y forma de abuso».

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Defensa de la vida. Fuerte movimiento en Italia. Palabras del Papa

Papa FranciscoPapa Francisco  (L’OSSERVATORE ROMANO)

Papa Francisco al Movimiento por la Vida, Italia

La misión de cuidar la vida es para todo ser humano: “Cuidar la vida requiere que lo hagas durante toda tu vida y hasta el final. Y también requiere que se preste atención a las condiciones de vida: salud, educación, oportunidades de trabajo, etc.; en resumen, todo lo que permite a una persona vivir con dignidad”

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

El Movimiento por la Vida (MPV) es la federación que reúne a los más de seiscientos movimientos locales, Centros y servicios de ayuda a la vida y Hogares que existen actualmente en Italia. Su objetivo es promover y defender el derecho a la vida y a la dignidad de toda persona, desde la concepción hasta la muerte natural, promoviendo una cultura de aceptación de los más débiles e indefensos y, sobre todo, del niño concebido y aún no nacido.

El Movimiento tiene oficinas locales en todo el país y está dividido en 20 federaciones regionales. La actual Presidenta, elegida para el trienio 2018-2021, es Marina Casini.

El Papa Francisco comienza su discurso agradeciendo a la Presidenta del Movimiento Pro Vida el trabajo de su organización al servicio de la vida. Así como recuerda el origen del movimiento fundado hace 41 años por los obispos italianos.

Defender la vida es tarea de todos

Luego, define lo que es la premisa general de su discurso: “la defensa de la vida no se realiza de una sola manera o con un solo gesto, sino que se realiza en una multiplicidad de acciones, atenciones e iniciativas; tampoco concierne sólo a ciertas personas o a ciertos campos profesionales, sino que involucra a todos los ciudadanos y al complejo entramado de las relaciones sociales”.

Para el Obispo de Roma, “la defensa de la vida tiene su punto de apoyo en la acogida de los que nacieron y aún están en el seno materno, envueltos en el seno de la madre como en un abrazo amoroso que los une”.

Yo te cuido

También expresa su aprecio por “el tema elegido este año para el concurso europeo propuesto a las escuelas: «Yo te cuido». El modelo de maternidad». Nos invita a mirar la concepción y el nacimiento no como un hecho mecánico o físico, sino desde el punto de vista de la relación y la comunión que une a la mujer y a su hijo”.

El Papa subraya que “El Día de la Vida de este año recuerda un pasaje del profeta Isaías que nos conmueve cada vez, recordando la maravillosa obra de Dios: «¡Aquí estoy haciendo algo nuevo! (Is 43,19), dice el Señor, dejando que su corazón siempre joven y su entusiasmo generen, cada vez como al principio, algo que no existía antes y que trae una belleza inesperada”.

La vida no es objeto de consumo

Francisco expresa el peligro de considerar la vida como un objeto de consumo desechable: “incluso la vida se reduce a bienes de consumo, para ser usados y desechados, para nosotros mismos y para los demás. Qué dramática es esta visión, desgraciadamente extendida y arraigada, y cuánto sufrimiento causa al más débil de nuestros hermanos!”.

En su mensaje, el Papa hace un llamado a los niños y a los jóvenes: “Queridos niños y niñas, sois un recurso para el Movimiento por la Vida, para la Iglesia y para la sociedad, y es hermoso que dediquéis tiempo y energía a la protección de la vida y al apoyo de los más indefensos”.

Finalmente, agradece al Movimiento por la Vida italiana, toda su labor y hace un llamado a los políticos, a quienes recuerda su responsabilidad para con toda la sociedad:

“para que pongan como piedra angular del bien común la defensa de la vida de los que están a punto de nacer y hacer su entrada en la sociedad, a la que vienen a aportar novedad, futuro y esperanza. No se dejen condicionar por una lógica que apunta al éxito personal o a intereses sólo inmediatos o partidistas, sino que siempre miren lejos”.


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Alarma del Papa ante la falta de respeto a la vida.

El Papa: “La vida está siendo transgredida brutalmente por las ganancias económicas y la tecnología”

Carta del papa Francisco a monseñor Paglia por el 25º de la Academia Pontificia para la Vida: “Avanza la anti-cultura de la guerra y de la división”. Aborto y eutanasia “males gravísimos” que “nos hunden en la anti-cultura de la muerte”
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Pubblicato il 16/01/2019
Ultima modifica il 16/01/2019 alle ore 00:11
SALVATORE CERNUZIO
CIUDAD DEL VATICANO

“El umbral del respeto fundamental de la vida humana está siendo transgredido hoy en día de manera brutal, no solo por el comportamiento individual, sino también por los efectos de las opciones y de los acuerdos estructurales. La organización de las ganancias económicas y el ritmo de desarrollo de las tecnologías ofrecen posibilidades nuevas para condicionar la investigación biomédica, la orientación educativa, la selección de necesidades y la calidad humana de los vínculos”. Es un panorama preocupante el que describe el Papa en su carta a monseñor Vincenzo Paglia en ocasión de los 25 años de la Academia Pontificia para la Vida, creada en 1994 por voluntad de Juan Pablo II con el Motu proprio Vitae mysterium y confiada a la guía del Siervo de Dios Jérôme Lejeune.

En este cuarto de siglo de la fundación, la Academia ha mostrado un notable compromiso tanto en el frente de la denuncia y del contrasto de aborto y eutanasia, dos “males gravísimos” que “contradicen el Espíritu de la vida y nos hunden en la anti-cultura de la muerte”, tanto por la promoción y la tutela de la vida humana. En la carta a Paglia –nombrado en 2016 presidente de a institución–, el papa Francisco anima al trabajo que se hace cada día más urgente, en un momento histórico en el que la humanidad entera “está en graves dificultades” y las relaciones familiares y la convivencia social “aparecen profundamente desgastadas”.

Es culpa, escribe el Papa en la misiva, de la “desconfianza recíproca entre los individuos y entre los pueblos se alimenta de una búsqueda desmesurada de los propios intereses y de una competencia exasperada, no exenta de violencia”. Y culpa también de la “distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad” que parece ampliarse hasta tal punto “que da la impresión de que se está produciendo un verdadero cisma entre el individuo y la comunidad humana”.

“Somos plenamente conscientes de que el umbral del respeto fundamental de la vida humana está siendo transgredido hoy en día de manera brutal, no solo por el comportamiento individual, sino también por los efectos de las opciones y de los acuerdos estructurales. La organización de las ganancias económicas y el ritmo de desarrollo de las tecnologías ofrecen posibilidades nuevas para condicionar la investigación biomédica, la orientación educativa, la selección de necesidades y la calidad humana de los vínculos”.

La “comunidad humana”, que es “el señor de Dios desde antes de la creación del mundo”, aparece hoy herida y atacada. La Iglesia está “llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida”, a partir de su raíz que es el amor incondicional de Dio del cual toma su impulso “el compromiso para comprender, promover y defender la vida de todo ser humano”. No nos podemos limitar por tanto a “aplicar criterios de conveniencia económica ni política” o a “algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas”, escribe Francisco.

En esta óptica recuerda el testimonio de Lejeune que, “claramente convencido de la profundidad y rapidez de los cambios que se producen en el ámbito biomédico, consideró oportuno sostener un compromiso más estructurado y orgánico” en el frente de la vida humana, desarrollando en la Academia “iniciativas de estudio, formación e información para que «quede de manifiesto que la ciencia y la técnica, puestas al servicio de la persona humana y de sus derechos fundamentales, contribuyen al bien integral del hombre y a la realización del proyecto divino de salvación”.

Aprovechando su experiencia, “el propósito era el de hacer que la reflexión sobre estas cuestiones tuviera cada vez más en cuenta el contexto contemporáneo”, insiste el Papa. “Es urgente intensificar el estudio y la comparación de los efectos de esta evolución de la sociedad en un sentido tecnológico para articular una síntesis antropológica que esté a la altura de este desafío de época. El área de vuestra experiencia calificada no puede limitarse, pues, a resolver problemas planteados por situaciones específicas de conflicto ético, social o legal”, escribe a Paglia y a todos los miembros de la Academia. “La inspiración de una conducta consistente con la dignidad humana atañe a la teoría y a la práctica de la ciencia y la técnica en su enfoque general de la vida, de su significado y su valor”.

Recordando Laudato si’, el Papa Francisco resalta “el estado de emergencia en el que se encuentra nuestra relación con la tierra y los pueblos. Es una alarma causada por la falta de atención a la gran y decisiva cuestión de la unidad de la familia humana y su futuro. La erosión de esta sensibilidad, por parte de las potencias mundanas de la división y la guerra, está creciendo globalmente a una velocidad muy superior a la de la producción de bienes”. Para el Papa se trata de “una verdadera y propia cultura —es más, sería mejor decir anti-cultura— de indiferencia hacia la comunidad: hostil a los hombres y mujeres, y aliada con la prepotencia del dinero”.

Esta emergencia revela además “una paradoja”. “¿Cómo es posible que, en el mismo momento de la historia del mundo en que los recursos económicos y tecnológicos disponibles nos permitirían cuidar suficientemente de la casa común y de la familia humana —honrando así a Dios que nos los ha confiado—, sean precisamente estos recursos económicos y tecnológicos los que provoquen nuestras divisiones más agresivas y nuestras peores pesadillas?”, se pregunta Francisco.

“Los pueblos sienten aguda y dolorosamente, aunque a menudo confusamente, la degradación espiritual —podríamos decir el nihilismo— que subordina la vida a un mundo y a una sociedad sometidos a esta paradoja. La tendencia a anestesiar este profundo malestar, a través de una búsqueda ciega del disfrute material, produce la melancolía de una vida que no encuentra un destino a la altura de su naturaleza espiritual”.

Debemos reconocerlo: “Los hombres los hombres y mujeres de nuestro tiempo están a menudo desmoralizados y desorientados, sin ver”, afirma el Obispo de Roma. Todos estamos un poco replegados sobre nosotros mismos. El sistema económico y la ideología del consumo seleccionan nuestras necesidades y manipulan nuestros sueños, sin tener en cuenta la belleza de la vida compartida y la habitabilidad de la casa común”. El pueblo cristiano está llamado a reaccionar ante los espíritus negativos que fomentan la división, la indiferencia y la hostilidad”, y recoge el grito de sufrimiento de los pueblos”. “Debe hacerlo no solo por sí mismo, sino por todos. Y tiene que hacerlo de inmediato, antes de que sea demasiado tarde”.

La del Papa es casi una súplica: “No podemos continuar por el camino del error que se ha seguido en tantas décadas de deconstrucción del humanismo, identificado con toda ideología de voluntad de poder, que se sirve del firme apoyo del mercado y la tecnología, por ello hay que combatirla a favor del humanismo”. “La diferencia de la vida humana es un bien absoluto, digno de ser custodiado éticamente y muy valioso para la salvaguardia de toda la creación”, añade el Pontífice.

Es hora, subraya, de relanzar “una nueva visión de un humanismo fraterno y solidario de las personas y de los pueblos” y también de reconocer lo que Juan Pablo II “gestos de acogida y defensa de la vida humana, la difusión de una sensibilidad contraria a la guerra y a la pena de muerte, así como un interés creciente por la calidad de la vida y la ecología”. Wojtyla indicaba entre estos gestos “la difusión de la bioética, como la difusión de la bioética como uno de los signos de esperanza, es decir, como «la reflexión y el diálogo —entre creyentes y no creyentes, así como entre creyentes de diversas religiones— sobre problemas éticos, incluso fundamentales, que afectan a la vida del hombre”.

Como conclusión de la carta, el Papa se concentra en las nuevas tecnologías hoy definidas “emergentes y convergentes”, o lo que es lo mismo, tecnologías de la información y comunicación, biotecnologías, nanotecnologías, robótica. “Hoy es posible intervenir con mucha profundidad en la materia viva utilizando los resultados obtenidos por la física, la genética y la neurociencia, así como por la capacidad de cálculo de máquinas cada vez más potentes”, destaca Francisco. “También el cuerpo humano es susceptible de intervenciones tales que pueden modificar no solo sus funciones y prestaciones, sino también sus modos de relación, a nivel personal y social, exponiéndolo cada vez más a la lógica del mercado”.

Es necesario por tanto “comprender los cambios profundos que se anuncian en estas nuevas fronteras, con el fin de identificar cómo orientarlas hacia el servicio de la persona humana, respetando y promoviendo su dignidad intrínseca”. Una tarea “muy exigente, que requiere un discernimiento aún más atento de lo habitual, a causa de la complejidad e incertidumbre

de los posibles desarrollos”.


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Siempre en defensa de la vida humana. Palabras fuertes del Papa

Francisco: el aborto es como pagarle a un sicario

Durante la Audiencia general dedicada al quinto mandamiento, «no matarás», recordó la figura de Juan Pablo II: ha introducido a la Iglesia al nuevo milenio

El Papa en la Plaza San Pedro

Pubblicato il 10/10/2018
Ultima modifica il 10/10/2018 alle ore 15:29
IACOPO SCARAMUZZI
CIUDAD DEL VATICANO

 

«¿Cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime una vida inocente e inerme en su nacimiento? ¿Es justo quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Qué cosa piensan ustedes? ¿Es justo? ¿Es justo pagar a un sicario para resolver un problema?». Lo dijo el Papa Francisco durante la catequesis de la Audiencia general, dedicada hoy al quinto mandamiento, «no matarás»: «En cada niño enfermo, en cada anciano débil, en cada emigrante desesperado, en cada vida frágil y amenazada, Cristo nos busca, busca nuestro corazón, para abrirnos la alegría del amor», dijo Francisco. Y recordó que se va acercando también el 40 aniversario de la elección de san Juan Pablo II que, afirmó, «introdujo a la Iglesia al nuevo milenio».

 

Después de que ayer, al volver caminando a su residencia de la Casa Santa Marta del Aula donde se está llevando a cabo el Sínodo sobre los jóvenes se hubiera tropezado y caído, Jorge Mario Bergoglio mantuvo hoy su agenda llena de compromisos. Antes de la Audiencia general recibió en el Aula Pablo VI a los peregrinos de Cracovia, la arquidiócesis de Karol Wojtyla, y por la tarde estará presente, como todos los días, en el encuentro sinodal. En la Plaza San Pedro, a bordo del jeep blanco, se dio su acostumbrada vuelta entre los fieles para saludarlos y después se dirigió caminando hacia el palco desde el que presidió la Audiencia.

 

«Se podría decir que todo el mal que se hace en el mundo se resume en esto: desprecio por la vida», afirmó el Papa prosiguiendo su ciclo de catequesis dedicado a los Diez Mandamientos. «La vida es atacada por las guerras, por las organizaciones que explotan al hombre, por las especulaciones sobre la creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad, mientras que un número escandaloso de personas viven en un estado indigno del hombre. Un enfoque contradictorio también permite la supresión de la vida humana en el útero materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos. Pero, ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su nacimiento? Y yo les pregunto – agrega el Pontífice – ¿Es justo quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Qué cosa piensan ustedes? ¿Es justo? ¿Es justo pagar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo quitar la vida a un ser humano, incluso pequeño, para resolver un problema. Es como pagar a un sicario para resolver un problema. ¿De dónde viene todo esto? ¿De dónde viene todo esto? La violencia y el rechazo de la vida nacen en el fondo del miedo. Pensemos, por ejemplo, cuando se descubre que una vida naciente tiene una discapacidad, incluso grave. Los padres, en estos casos dramáticos, necesitan una verdadera cercanía, verdadera solidaridad. En cambio, a menudo —continuó el Papa— reciben consejos apresurados sobre cómo interrumpir el embarazo. Un niño enfermo es como cualquier necesitado de la tierra, como un anciano que necesita asistencia, como tantas personas pobres que tienen dificultades para vivir: él, ella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que puede sacarme del egoísmo y hacerme crecer en el amor. La vida vulnerable nos indica la salida, la el camino para salvarnos de una existencia replegada sobre sí misma y descubrir la alegría del amor».

 

«¿Qué lleva al hombre a rechazar la vida?», se preguntó Francisco. «Son los ídolos de este mundo: el dinero, el poder, el éxito. Estos son parámetros erróneos para evaluar la vida. La única medida auténtica de la vida es el amor, el amor con el que Dios la ama, el amor con el cual Dios ama toda vida humana. “De hecho, el sentido positivo del mandamiento ‘No matar’, es que Dios es amante de la vida, como acabamos de escuchar en la lectura bíblica. El secreto de la vida se nos revela por la manera en que el Hijo de Dios la ha traído, que se hizo hombre hasta el punto de asumir, en la cruz, el rechazo, la debilidad, la pobreza y el dolor. En cada niño enfermo, en cada anciano débil, en cada emigrante desesperado, en cada vida frágil y amenazada, Cristo nos busca, busca nuestro corazón, para abrirnos la alegría del amor. Vale la pena acoger cada vida porque cada hombre vale la sangre de Cristo mismo. ¡No se puede despreciar lo que Dios ha amado tanto!».

 

Según Jorge Mario, «debemos decir a los hombres y mujeres del mundo: ¡no desprecien la vida! La vida de los demás, pero también la suya propia, porque incluso para ella vale el mandamiento: “No matar”. Hay que decirles a tantos jóvenes: ¡no desprecien su existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios! ¡Tú eres obra de Dios! “Que nadie mida la vida según los engaños de este mundo – advirtió el Pontífice – sino que cada uno se acepte a sí mismo y a los demás en el nombre del Padre que nos creó. Él es amante de la vida y todos somos tan queridos por Él que envió a su Hijo por nosotros».

 

A los fieles italianos, al concluir la catequesis, el Papa recordó que «el mes de octubre está dedicado a las misiones y al rezo del Santo Rosario. Queridísimos, al rezar el Rosario invoquen la intercesión de la Beata Virgen María sobre cada una de sus necesidades y sobre la Iglesia, para que puede ser cada vez más santa y misionera, unida al recorrer los caminos del mundo y acorde al llevar a Cristo a cada hombre».

 


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No es suficiente votar contra el aborto. La opinión del obispo argentino Mons. Fernández

Fernandez: hay que “lograr que los niños no sean abortados”

Nuevas palabras del arzobispo de La Plata después de la votación anti-aborto en Argentina: «quisieron imponernos la visión más fría, aséptica y desabrida de lo que es ser madre». Debemos estar «cerca de las mujeres con riesgo de acudir al aborto»

Monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata

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Pubblicato il 18/08/2018
Ultima modifica il 18/08/2018 alle ore 10:27
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO

 

«Queda en pie el objetivo fundamental: lograr que los niños no sean abortados. Para eso no nos bastan los triunfos legales». Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, teólogo y cercano colaborador del Papa Francisco, el pasado 11 de agosto de 2018 intervino una segunda ocasión después de la victoria en el Senado de los “no” a la propuesta de ley para legalizar el aborto en ArgentinaLo hizo agradeciendo a los sacerdotes y a los laicos que se movilizaron en contra de la propuesta de ley, pero invitando también, con realismo, a no detenerse ante el resultado obtenido en el parlamento.

 

Inmediatamente después de la votación, Fernández, manifestando claramente su satisfacción por la posición auténticamente popular que prevaleció, dijo que no habría ido a manifestarse para festejar. Esa frase, aislada de su contexto, fue instrumentalizada primero por un periódico italiano y después por un pseudo sitio católico que cotidianamente lanza ataques en contra del Papa y de sus colaboradores.

 

Esto lo que dijo: agradeció a los senadores del norte del país, cuyos votos fueron decisivos para la victoria del frente anti-aborto, que no votaron a favor de los que no han nacido porque hubieran sufrido las presiones de los sacerdotes, sino por la presión del pueblo que ellos deben representar. Después, en el mensaje del 8 de agosto pasado, el arzobispo de La Plata añadió que no osaría salir a las calles para celebrar el “no” al aborto, porque creía que ni los legisladores ni la sociedad en general podían todavía irse a dormir tranquilos. ¿El motivo? Todavía hay mucho que discutir: cómo acompañar a las mujeres embarazadas que no desean un hijo, cómo ayudar a las mujeres con problemas que puedan llevarlas “in extremis” a recurrir al aborto, por ejemplo, facilitando las adopciones, con la prevención del embarazo entre las adolescentes, animando una paternidad responsable o mejorando el acceso a la salud por parte de las mujeres pobres, pues son muchas más las mujeres que mueren debido a la desnutrición durante el parto o porque dan a luz enfermas que las que mueren por el aborto.

 

Era evidente, pues, para quien lea sin prejuicios o malas intenciones, que Fernández (quien, además ya se había expresado antes en contra de la ley abortista) estaba contento por la votación, pero al mismo tiempo quería invitar a reflexionar sobre los problemas que todavía no tienen una respuesta. Tres días después, escribió un nuevo mensaje, agradeciendo a los sacerdotes, religiosos y laicos (sin importar sus preferencias políticas) que se activaron para contrarrestar la propuesta de ley.

 

«Quiero agradecerles de corazón todo lo que han hecho, especialmente en las últimas semanas, para defender la vida de los más pequeños. Han reclamado pacíficamente, han suplicado, han marchado bajo el frío y la lluvia. ¡Gracias! ¡Que el Señor les premie esa entrega!». Después incluyó ocho puntos para alcanzar el «objetivo fundamental: lograr que los niños no sean abortados. Para eso no nos bastan los triunfos legales»

 

El arzobispo explicó que hay que dar «testimonio de cuánto amamos la vida frágil, indefensa e inocente. Hay que explicar «con argumentos claros las razones de nuestra opción, con explicaciones comprensibles y convincentes». Hay que estar «cerca de las mujeres con riesgo de acudir al aborto». Hay que acompañarlas «para que no queden a merced de quienes las inducen u obligan a abortar». Hay que demostrar «que somos coherentes en el amor a la vida, y que nos duele toda forma de vida humana amenazada y degradada: también la vida de los más pobres y abandonados por la sociedad». Hay que ayudar «a descubrir el sentido más genuino e íntegro de la sexualidad, que no puede entenderse como un mero placer irresponsable, y educando para una paternidad responsable». Hay que hacer ver «que no dejamos de amar a las mujeres que abortaron, porque tratamos de ayudarlas a que recuperen la paz y el sentido de la vida».

 

Para concluir, Fernández invitó a volverle a dar «el calor a la maternidad». «En los últimos días –escribió en su página de Facebook el arzobispo de La Plata– quisieron imponernos la visión más fría, aséptica y desabrida de lo que es ser madre. Quisieron obligarnos a que ya no digamos “niño” ni “hijo” sino “larva” o meramente “un embrión”».

 

«Las mujeres que han visto interrumpido un embarazo por abortos espontáneos, saben que no es eso lo que se siente. Y las que hablan de lo que llevan dentro no se sienten expresadas diciendo “mi embrión”. Hoy quieren quitarle todo el calor y la pasión a la maternidad, e incluso dejarla sin poesía. Yo recuerdo, en cambio, una canción de Baglietto (Juan Carlos Baglietto, músico argentino, ndr.) que escuchábamos en mi juventud y decía: “Era en abril el ritmo tibio de mi chiquito que danzaba dentro del vientre, como un prado en flor… Mi niño, mi niño, el ombligo el sol”. ¡Gracias a Dios nuestras convicciones nos ayudan también a mantener la poesía y el mejor humanismo!».


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La ONU censura el voto contrario al aborto de la Argentina.

No legalizar el aborto en Argentina es “una oportunidad perdida”

UNICEF/Giuseppe Imperato
Los países donde las mujeres tienen derecho a interrumpir un embarazo no deseado y a todos los métodos anticonceptivos tienen las tasas más bajas de aborto.

10 Agosto 2018

Expertas en derechos humanos de la ONU lamentaron el rechazo del Senado argentino al proyecto de ley que habría legalizado el aborto en las primeras 14 semanas de embarazo y dijeron que perpetúa el legado “arcaico” basado en una doctrina religiosa.

La decisión del cuerpo legislativo fue calificada como “oportunidad perdida” para promover los derechos de las mujeres en Argentina por el Grupo de Trabajo que aborda la discriminación de la mujer y el relator sobre el derecho a la salud física.

«El voto del Senado, no sólo les ha fallado a las mujeres en Argentina, sino también a toda una región que generalmente tiene leyes muy restrictivas en cuanto a la interrupción del embarazo», dijeron los expertos en un comunicado publicado este viernes, un día después de que se diera a conocer la decisión.

El Senado rechazó el proyecto de ley el 9 de agosto por 38 votos contra 31, luego de que la Cámara de Diputados adoptara el proyecto de ley el 14 de junio.

«Las y los legisladores de la Cámara Alta han resguardado la continuación de un legado arcaico basado en una doctrina religiosa que incorpora estereotipos dañinos sobre los roles de las mujeres en la familia y en la sociedad que son intrínsecamente discriminatorios y opresivos para las mujeres», se lee en la declaración.

Según los expertos se trataba de un momento histórico que se desaprovechó para demostrar el compromiso del país con respecto a la eliminación de la discriminación contra las mujeres en su legislación y promover los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y adolescentes, de conformidad con sus obligaciones internacionales de derechos humanos.

“Algunos propagan una retórica peligrosa de que existe un equilibrio simétrico entre los derechos de una mujer y de un feto. Sin embargo, no existe tal afirmación en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, dijeron los expertos.

El derecho de una mujer o niña a tomar decisiones autónomas sobre su embarazo es la base de su derecho fundamental a la igualdad, la privacidad y la integridad física y mental, y es una condición previa para el disfrute de otros derechos.

“En un país donde el aborto inseguro es una de las principales causas de muerte para las mujeres embarazadas, esta decisión del Senado pone en peligro la vida de las mujeres y les impone dificultades indecibles. Por lo tanto, la afirmación hecha a menudo por los opositores al aborto de que su postura es «pro-vida» es engañosa”, resaltaron.

Añadieron que en los países donde la interrupción del embarazo está restringida por ley y/o no está disponible, solo los ricos pueden realizarse el procedimiento de manera segura, mientras que las mujeres con recursos limitados no tienen otra opción que recurrir a prácticas inseguras. “El hecho de que el Senado no haya avanzado en el proyecto de ley también representa un fracaso en términos de protección de los derechos de las mujeres en situación de pobreza «, dijeron.

Los expertos aplaudieron la histórica movilización de mujeres y niñas en Argentina y celebraron que el debate finalmente haya tenido lugar en el país.

“Esperamos que este impulso no se pierda y que se abra un nuevo espacio para debates basados en los derechos humanos y en la necesidad urgente de una reforma de la ley sobre el aborto», agregaron.

Los países donde las mujeres tienen derecho a interrumpir un embarazo no deseado y que tienen acceso a la información y a todos los métodos anticonceptivos tienen las tasas más bajas de aborto.

Datos de la Organización Mundial de la Salud han demostrado claramente que la penalización de la interrupción del embarazo no reduce el número de mujeres que recurren a procedimientos de aborto. Más bien, aumentan las probabilidades de que más mujeres busquen procedimientos clandestinos e inseguros.

 


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Argentina: el no del Senado al aborto, en crónica de Radio Vaticano.

Argentina No al abortoArgentina No al aborto  (AFP or licensors)

Argentina: el Senado rechazó la legalización del aborto

Después de un debate histórico el Senado argentino rechazó con 38 votos contrarios y 31 votos a favor el proyecto de ley sobre la interrupción voluntaria de la gestación.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

El país del Papa Francisco le dijo No al aborto. Este miércoles el Senado argentino rechazó con 38 votos por el no y sólo 31 por el , el proyecto de ley para legalizar el aborto hasta la semana 14 que había sido aprobado por la Cámara de Diputados en junio pasado.

El aborto un delito penado

La interrupción del embarazo se mantiene como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel. La ley vigente data de 1921 y sólo permite el aborto en caso de violación o riesgo de vida para la madre. El Presidente argentino habilitó pro primera vez el debate parlamentario sobre la interrupción voluntaria del embarazo, pero Cambiemos, la coalición que encabeza fue la que más votos aportó en contra para rechazar la iniciativa.

El debate en el Senado

La victoria en la Cámara de Diputados, pero en especial la multitudinaria movilización que acompañó al ‘sí’ el pasado 14 de junio, hicieron pensar en un primer momento que la marea verde se impondría también en el Senado, una Cámara mucho más conservadora, donde están representados los intereses de las provincias de interior del país. Pero con el paso de las semanas, la presión de la Iglesia católica y los evangélicos ganó terreno hasta decantar la votación.

En sus discursos antes de definir el voto, numerosos senadores se escudaron tras sus creencias religiosas y la necesidad de salvar las dos vidas —la de la madre y la del feto— para justificar su voto en contra. El debate se inició temprano por la mañana, en un intento por evitar que las discusiones se extendiesen más allá de la medianoche. Fue un intento vano, porque la sesión duró casi 16 horas y se cerró cerca de las 3.00 de la madrugada.

La ayuda de la Iglesia a las madres en dificultad

En este sentido, la Iglesia católica ha desarrollado diversas iniciativas en favor de las madres que afrontan embarazos difíciles, imprevistos o no deseados, como aquella de los curas villeros de la región de Buenos Aires. En los barrios periféricos de las grandes metrópolis, la Iglesia busca difundir a través de una red de “casas del abrazo materno” un espacio de acogida para las mujeres embarazadas, garantizándoles alimentación, atención y control médico y sanitario, ayuda psicológica, orientación legal y social con el objetivo de que las madres puedan llevar adelante su gestación y afrontar los primeros años de vida de sus pequeños hasta poder alcanzar la edad escolar.


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Argentina ha dicho no al aborto.

Argentina dice no al aborto

Tras un largo debate nacional y una maratónica sesión en el Senado de la República Argentina, quedó rechazado el proyecto que pretendía legalizar la interrupción voluntaria del embarazo en el país del Papa
AFP

El voto en el Senado argentino

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Pubblicato il 09/08/2018
Ultima modifica il 09/08/2018 alle ore 13:08
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO

 

Una sesión maratónica, con multitudinarias manifestaciones en las calles, con presiones políticas de todo tipo y una batalla voto por voto. El desenlace del tratamiento en el Senado del proyecto de ley del aborto pareció un resumen de los últimos meses en la política argentina. En la madrugada de este jueves ese órgano legislativo rechazó la normativa. Más allá del “triunfo” de unos u otros, la sociedad salió confrontada y desunida. Por eso, los obispos del país llamaron a “asumir y trabajar las nuevas divisiones surgidas entre nosotros a partir de este proyecto, a través de un renovado ejercicio del diálogo”.

 

La votación llegó luego de 12 horas de discursos. Finalmente 38 senadores votaron por el no y 31 por el si. Se trataba de dar vía libre al proyecto enviado originalmente por la Cámara de Diputados, que lo aprobó el 15 de junio pasado con 129 votos a favor y 125 en contra. A diferencia de aquella ocasión, esta vez fue la “ola celeste de las dos vidas” la que se impuso en una pareja medición de fuerzas.

 

Ante el resultado, los obispos el país decidieron asumir una posición conciliadora. “Como Iglesia hemos participado del debate procurando un diálogo iluminador, sin considerar enemigos a quienes pensaran distinto”, indicó una declaración oficial de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina.

 

El texto agradeció a todos aquellos que se pronunciaron en defensa de la vida y mencionó especialmente al testimonio de los pobres quienes, dijo, enseñan siempre a “recibir la vida como viene y a saber cuidarla porque es un don de Dios”. Además constató que el diálogo entre las iglesias cristianas y con otras religiones creció a la luz de los esfuerzos por proteger la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

 

“Se trata ahora de prolongar estos meses de debate y propuestas en la concreción del compromiso social necesario para estar cercanos a toda vida vulnerable. Nos encontramos ante grandes desafíos pastorales para anunciar con más claridad el valor de la vida: la educación sexual responsable, el acompañamiento a los hogares maternales surgidos especialmente en nuestros barrios más humildes para acompañar a mujeres embarazadas en situaciones de vulnerabilidad y la atención a personas que han pasado por el drama del aborto”, indicó.

 

El mensaje fue firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de San Isidro, Oscar Ojea; los vicepresidentes y arzobispos Mario Poli (Buenos Aires) y Marcelo Colombo (Mendoza); así como por el secretario general Carlos Malfa, obispo de Chascomús. Concluyó recordando el lema #ValeTodaVida e invocando a la Virgen de Luján para que “ayude y enseñe a respetar la vida, cuidarla, defenderla y servirla”.

 

Estas palabras resultaron el corolario de unos meses intensos para la Iglesia argentina. La propia Conferencia Episcopal fue mutando su posición, arrastrada quizás por las circunstancias y tras hacer cuentas con la realidad. En un inicio los obispos optaron por una línea prudente, con comunicados genéricos y animando a un diálogo público franco. La instalación del tema, que comenzó en los medios de comunicación, los tomó por sorpresa. El asunto no era parte de la agenda política inmediata, y el gobierno no lo había puesto sobre la mesa durante las campañas electorales de 2017.

 

A final de cuentas se encontraron con la papa caliente, en buena parte por voluntad del gobierno de Mauricio Macri. No sólo entre los pastores, también entre buena parte de los fieles católicos del país existe la clara convicción de que el aborto no se habría convertido en tema nacional de no ser por la voluntad del presidente y de su jefe de Gabinete, Marcos Peña. Paradójicamente, existe una entrelazamiento directo entre amplias franjas de católicos activos y el mercado electoral del oficialista Cambiemos. Por eso, no es secundario indicar que, alentando la discusión de este proyecto de ley, el mandatario puso en serio riesgo una parte de su electorado.

 

Quizás Macri y sus asesores creyeron que podrían tensar la cuerda sin pagar costos políticos. Tal vez confiaron en que sería más fuerte la vena “antikirchnerista” o “antoperonista” de buena parte de ese mismo grupo electoral, confiando que estaría dipuesto a votar de nuevo a Cambiemos (en 2019) pese a sus evidentes y múltiples errores, por temor al regreso de la corrupción del pasado. O, por ahí, desestimaron la capacidad de organización masiva de los propios católicos y representantes de otros credos, como los evangélicos.

 

Un elemento nuevo modificó sensiblemente el escenario. Por primera vez en muchos años, un sector de la sociedad se volcó a las calles. Desde la sorpresiva y multitudinaria marcha del 25 de marzo que copó decenas de ciudades del país, hasta la impresionante manifestación de cientos de miles del sábado 4 en el centro de Buenos Aires. Esta última fue calificada por algunos medios como la más grande concentración contra el aborto en la historia del país. Le siguieron, un día después, decenas de marchas en las principales ciudades del país.

 

Un clamor que no pasó desapercibido para los políticos. Sirvió para apuntalar a más de un senador en su voto de rechazo al proyecto. Y se convirtió rápidamente en el más nuevo movimiento ciudadano articulado de la Argentina. Sobrepasó a los mismos obispos, empujándolos (desde afuera) a promover cada vez más iniciativas contra la ley. Así, el presidente de la conferencia episcopal Ojea pasó de evitar cualquier tipo de apoyo a los manifestantes, pocos días antes del 25 de marzo, a él mismo encabezar una misa multitudinaria en el Santuario de Nuestra Señora de Luján durante el cual pidió expresamente a los legisladores no aprobar la ley.

 

En los días previos a la votación en el Senado, prácticamente todos los sectores de la Iglesia católica hicieron sentir su voz. En la fiesta de San Cayetano, el cardenal Poli instó a respetar a los no nacidos, los más indefensos. Antes, en los meses más calientes del debate, el Papa Francisco había mandado señales claras desde Roma. Habló públicamente contra los abortos selectivos, y alentó a la defensa firme y decidida de la vida en un documento oficial.

 

Uno de sus arzobispos de más confianza y pastor de La Plata, Víctor Manuel Fernández, llegó a pedir al presidente Mauricio Macri vetar la ley si esta era aprobada. Y apenas se conoció el resultado de la votación en la Cámara de Senadores este jueves, publicó un texto en el cual recordó que los senadores del norte del país no votaron a favor de los niños por nacer “porque los hayan presionado los curas”, sino “por la presión del pueblo que ellos deben representar”. Y advirtió: “Pido respeto para el pueblo norteño, que no merece ser tratado de atrasado o de oscurantista porque ama la vida de los pequeños”.

 

“Agradezco que no se haya caído en el falso argumento que sostiene que tienen más derechos los más desarrollados (los ya nacidos), hasta el punto de quitar la vida impunemente a los menos desarrollados (los que todavía no nacieron). Si sacamos todas las consecuencias de esa lógica del ‘desarrollo’ los discapacitados o los menos inteligentes tendrían menos dignidad humana que los demás, y el interés de los más fuertes justificaría el avasallamiento de sus derechos”, siguió.

 

Al mismo tiempo aclaró que no se atreve a festejar el “no” al aborto, porque ni los legisladores ni la “sociedad en general pueden irse a dormir tranquilos”. Precisó que aún no se discutió cómo acompañar a los embarazos no deseados, a las mujeres con problemas, cómo facilitar la adopción, prevenir el embarazo adolescente, fomentar una paternidad responsable y mejorar el acceso a la salud de las mujeres pobres.

 

Y apuntó: “Tanto la sociedad como la Iglesia hemos hecho poco en estos temas, aunque hay que reconocer que en la Iglesia han crecido los grupos que acompañan a las mujeres que abortaron para que recuperen la paz, y los curas villeros han creado lugares para acompañar los embarazos no deseados. Si para algo sirvió este debate, es para reconocer las tareas pendientes”.