Loiola XXI

Lugar de encuentro abierto a seguidor@s de S. Ignacio de Loyola esperando construir un mundo mejor


Deja un comentario

Mensaje de la paz del Papa para el 1 de enero 2020

papa7

Mensaje del Papa por la paz: “un bien precioso al que aspira toda la humanidad”

“La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica”, título del Mensaje del Santo Padre para la 53° Jornada Mundial de la Paz, a celebrarse el próximo 1 de enero de 2020.

Ciudad del Vaticano

“Debemos buscar una verdadera fraternidad, que esté basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto”, lo escribe el Papa Francisco en su Mensaje para la 53° Jornada Mundial de la Paz, a celebrarse el próximo 1 de enero de 2020.

Diálogo, reconciliación y conversión ecológica

El Mensaje del Santo Padre publicado este jueves, 12 de diciembre, en la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, tiene como título, “La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica”, y está dividido en cinco puntos: “La paz, camino de esperanza ante los obstáculos y las pruebas; la paz, camino de escucha basado en la memoria, en la solidaridad y en la fraternidad; la paz, camino de reconciliación en la comunión fraterna; la paz, camino de conversión ecológica y se alcanza tanto cuanto se espera”.

La paz, un bien precioso al que aspira toda la humanidad

En su Mensaje, el Pontífice señala que la paz, es objeto de nuestra esperanza, es un bien precioso, al que aspira toda la humanidad. “La esperanza es la virtud que nos pone en camino, nos da alas para avanzar, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables”. Sobre todo, recuerda el Papa, cuando “los signos de las guerras y de los conflictos que se han producido, con una capacidad destructiva creciente, y que no dejan de afectar especialmente a los más pobres y a los más débiles”. Son muchas víctimas inocentes que cargan sobre sí el tormento de la humillación y la exclusión, afirma el Santo Padre, del duelo y la injusticia, por no decir los traumas resultantes del ensañamiento sistemático contra su pueblo y sus seres queridos.

Toda guerra se revela como un fratricidio

En realidad, subraya el Papa Francisco, toda guerra se revela como un fratricidio que destruye el mismo proyecto de fraternidad, inscrito en la vocación de la familia humana. Además el Pontífice explica que, “la guerra a menudo comienza por la intolerancia a la diversidad del otro, lo que fomenta el deseo de posesión y la voluntad de dominio. Nace en el corazón del hombre por el egoísmo y la soberbia, por el odio que instiga a destruir, a encerrar al otro en una imagen negativa, a excluirlo y eliminarlo”.

Se necesita una ética global de solidaridad y cooperación

Al recordar su reciente Viaje a Japón, el Santo Padre señala que, no se puede “garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza, que termina por envenenar las relaciones entre pueblos e impedir todo posible diálogo”. La paz y la estabilidad internacional, agrega el Pontífice, son incompatibles con todo intento de fundarse sobre el miedo a la mutua destrucción o sobre una amenaza de aniquilación total; sólo es posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana de hoy y de mañana.

La fraternidad se basa en el diálogo y la confianza recíproca

En este sentido, el Papa Francisco escribe que, incluso la disuasión nuclear no puede crear más que una seguridad ilusoria. Por lo tanto, precisa, no podemos pretender que se mantenga la estabilidad en el mundo a través del miedo a la aniquilación, en un equilibrio altamente inestable, suspendido al borde del abismo nuclear y encerrado dentro de los muros de la indiferencia, en el que se toman decisiones socioeconómicas, que abren el camino a los dramas del descarte del hombre y de la creación, en lugar de protegerse los unos a los otros. “Debemos buscar una verdadera fraternidad, que esté basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto”.

La paz, camino de escucha basado en la memoria

Al recordar la historia de los Hibakusha, los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, el Santo Padre afirma que ellos, se encuentran entre quienes mantienen hoy viva la llama de la conciencia colectiva, testificando a las generaciones venideras el horror de lo que sucedió en agosto de 1945 y el sufrimiento indescriptible que continúa hasta nuestros días. “La memoria es, aún más – escribe el Pontífice – el horizonte de la esperanza: muchas veces, en la oscuridad de guerras y conflictos, el recuerdo de un pequeño gesto de solidaridad recibido puede inspirar también opciones valientes e incluso heroicas, puede poner en marcha nuevas energías y reavivar una nueva esperanza tanto en los individuos como en las comunidades”.

Llamado a la conciencia moral y a la voluntad personal y política

Por ello, el Papa Francisco afirma que, “abrir y trazar un camino de paz es un desafío muy complejo, en cuanto los intereses que están en juego en las relaciones entre personas, comunidades y naciones son múltiples y contradictorios”. Es por eso que el Pontífice hace un llamado “a la conciencia moral y a la voluntad personal y política”. La paz, afirma el Papa, brota de las profundidades del corazón humano y la voluntad política siempre necesita revitalización, para abrir nuevos procesos que reconcilien y unan a las personas y las comunidades. “El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”.

El proceso de paz es un compromiso constante en el tiempo

De hecho, el Santo Padre advierte que, no se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes. La paz – escribe el Pontífice – debe edificarse continuamente, un camino que hacemos juntos buscando siempre el bien común y comprometiéndonos a cumplir nuestra palabra y respetar las leyes. “El conocimiento y la estima por los demás – agrega – también pueden crecer en la escucha mutua, hasta el punto de reconocer en el enemigo el rostro de un hermano”. Por tanto, el proceso de paz es un compromiso constante en el tiempo. Es un trabajo paciente que busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y que se abre, paso a paso, a una esperanza común, más fuerte que la venganza.

Es necesario abandonar el deseo de dominar a los demás

Este trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad, señala el Santo Padre, puede despertar en las personas la capacidad de compasión y solidaridad creativa. Es por ello que, “la Iglesia participa plenamente en la búsqueda de un orden justo, y continúa sirviendo al bien común y alimentando la esperanza de paz a través de la transmisión de los valores cristianos, la enseñanza moral y las obras sociales y educativas”. Es por ello que se necesita abandonar el deseo de dominar a los demás y aprender a verse como personas, como hijos de Dios, como hermanos. “Sólo eligiendo el camino del respeto – afirma el Pontífice – será posible romper la espiral de venganza y emprender el camino de la esperanza”.

El perdón aumenta nuestra capacidad de ser hombres de paz

Junto a este camino de respeto, subraya el Papa Francisco, hay que seguir el camino de reconciliación que nos llama a encontrar en lo más profundo de nuestros corazones la fuerza del perdón y la capacidad de reconocernos como hermanos y hermanas. “Aprender a vivir en el perdón aumenta nuestra capacidad de convertirnos en mujeres y hombres de paz”. Citando la Carta Encíclica Caritas in veritate, 39 de Benedicto XVI, el Pontífice recuerda que: «La victoria sobre el subdesarrollo requiere actuar no sólo en la mejora de las transacciones basadas en la compraventa, o en las transferencias de las estructuras asistenciales de carácter público, sino sobre todo en la apertura progresiva en el contexto mundial a formas de actividad económica caracterizada por ciertos márgenes de gratuidad y comunión».

La paz, camino de conversión ecológica

Asimismo, el Santo Padre en la Laudato si’ afirma que, ante nuestra hostilidad hacia los demás, la falta de respeto por la casa común y la explotación abusiva de los recursos naturales necesitamos una conversión ecológica. El reciente Sínodo sobre la Amazonía nos lleva a renovar la llamada a una relación pacífica entre las comunidades y la tierra, entre el presente y la memoria, entre las experiencias y las esperanzas. Por ello, este camino de reconciliación es también escucha y contemplación del mundo que Dios nos dio para convertirlo en nuestra casa común. Además, necesitamos un cambio en las convicciones y en la mirada, que nos abra más al encuentro con el otro y a la acogida del don de la creación, que refleja la belleza y la sabiduría de su Hacedor.

Se alcanza tanto cuanto se espera

Finalmente, el Santo Padre escribe que, “el camino de la reconciliación requiere paciencia y confianza. La paz no se logra si no se la espera”. Para ello es necesario creer en la posibilidad de la paz, de creer que el otro tiene nuestra misma necesidad de paz. En esto, podemos inspirarnos en el amor de Dios por cada uno de nosotros, un amor liberador, ilimitado, gratuito e incansable. Por lo tanto, concluye el Papa, es importante ir más allá de nuestros temores humanos, reconociéndonos hijos necesitados, ante Aquel que nos ama y nos espera, como el Padre del hijo pródigo. “La cultura del encuentro entre hermanos y hermanas rompe con la cultura de la amenaza. Hace que cada encuentro sea una posibilidad y un don del generoso amor de Dios. Nos guía a ir más allá de los límites de nuestros estrechos horizontes, a aspirar siempre a vivir la fraternidad universal, como hijos del único Padre celestial”.


Deja un comentario

Mexico: por la paz y el bien del País

         mexico

MÉXICO – “Ante la violencia, trabajar juntos por el bien de la sociedad”; Mons. Rogelio Cabrera López con motivo de la Semana de oración por la unidad de los cristianos (2013-01-24)

Monterrey (Agencia Fides) – Ante la violencia que se registra en el país, el Arzobispo de Monterrey, llama a promover la unidad, en especial en estos días, en los que la Iglesia celebra al Semana de oración por la unidad de los cristianos.

Su Exc. Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, ha invitado a los creyentes y grupos sociales y religiosos a actuar con unidad,pese a las diferencias ideológicas que se puedan tener, a fin de recobrar la paz y caminar hacia una mejora en la calidad de vida.
El Arzobispo, según la nota recibida en la Agencia Fides, ha subrayado que la religión no puede ser motivo de división y menos aún de intolerancia. A pesar de que existan diferencias abismales entre ambos sectores (sociales y religiosos) esto no puede detener el compromiso de trabajar juntos por el bien de la sociedad.
“En estos momentos en que hay violencia, en que se acentúan las diferencias entre los grupos sociales, ¿cuál es el aporte que las comunidades cristianas podemos hacer? Sobre todo en el compromiso por la caridad y la promoción de la justicia y este es el punto importante” ha dicho Mons. Cabrera López, subrayando que ante la violencia en Nuevo León, el amor es una de las soluciones. (CE) (Agencia Fides, 24/01/2013)


Deja un comentario

Los mensajeros de la paz en el Vaticano

Mensajeros de la Paz, Heraldos de la Misericordia: 50 años 

2012-10-31 Radio Vaticana
(RV).- Mensajeros de la Paz, obra fundada por el padre Ángel García celebra 50 años de fundación y para compartir esta larga experiencia de vida haciendo obras del bien con iniciativas colocadas en diversas partes del mundo, esta mañana participaron en la Audiencia General para saludar a Benedicto XVI y recibir a su vez su saludo y bendición. En efecto el Sucesor de Pedro, tras pronunciar su catequesis en nuestro idioma, saludó al feliz grupo con las siguientes palabras: “Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los miembros de la Asociación Mensajeros de la Paz, que están celebrando las bodas de oro de su fundación, invitándolos a que, arraigados cada vez más en Cristo, continúen siendo heraldos de la misericordia de Dios entre las personas más desprotegidas”.
Un grupo de 30 niños y adultos compuesto por antiguos y actuales beneficiarios de los hogares infantiles y por aquellos que viven en las residencias para adultos mayores de Mensajeros de la Paz, Edad Dorada, encabezados por el Padre Ángel, su presidente y fundador, han hecho un viaje especial hasta Roma para ser recibidos en audiencia .
Una nota informativa destaca que tras la audiencia general, el Padre Ángel, acompañado de una anciana palentina de 105 años, que vive en una residencia de mayores de la asociación y cuatro menores de los hogares de Mensajeros de la Paz procedentes de Andalucía, León, Asturias y Castilla-La Mancha, saludaron personalmente al Papa, en representación de las más de 18.000 personas que atiende diariamente en España esta ONG. 
(Patricia L. Jáuregui Romero – Radio Vaticano)


Deja un comentario

El obispo de Bilbao sobre temas de actualidad

Mario Iceta recuerda que «la Iglesia paga los mismos impuestos que otras instituciones»

El obispo de Bilbao aboga por «la reconciliación y el perdón» para consolidar «una convivencia pacífica» en Euskadi

«En una situación de falta de empleo, hay que buscar soluciones para no perder el hogar»

Redacción de Religión digital  26 de octubre de 2012 a las 10:35
  • <Ha habido una apuesta de la Iglesia, con distintas asociaciones, cuerpos y parroquias implicadas en crear este clima de paz

El obispo de Bilbao, monseñor Mario Iceta, afirma que, además de hacer frente a la crisis, el futuro Gobierno vasco debe tener como prioridad la consolidación de una «convivencia pacífica» que ponga fin a «largos años de sufrimiento».

El prelado bilbaíno destaca, además, la importancia de la «reconciliación» y el «perdón» para lograr «fundamentos sólidos sobre los que construir». Iceta ha afirmado este viernes que la Iglesia católica paga los mismos impuestos que otras miles de instituciones españolas y ha pedido un «trato de igualdad» para todas ellas.

«La Iglesia tributa según la ley de fundaciones y mecenazgo«, ha explicado en una entrevista en Onda Vasca, y ha mantenido que asociaciones políticas, sindicales y sin ánimo de lucro también cotizan según ese mismo régimen fiscal.

Ha resaltado que si las leyes establecen que se deben pagar otros impuestos, la Iglesia «pagará», pero ha pedido un «trato de igualdad» con el resto de instituciones y asociaciones que en este momento cotizan según la citada ley de fundaciones y mecenazgo.

Según sus datos, la Iglesia «sólo» supone un 5% del total de asociaciones acogidas a ese régimen.

También se ha referido a los desahucios por el impago de las hipotecas a los bancos y ha mantenido que la Iglesia tiene que «poner el dedo en la llaga: en una situación de falta de empleo, hay que buscar soluciones para no perder el hogar«.

En una entrevista a Onda Vasca, recogida por Europa Press, el prelado se ha felicitado porque las elecciones autonómicas vascas hayan transcurrido «en paz» y «con la posibilidad de que todos puedan participar».

A su juicio, los resultados reflejan «un panorama plural» de las opciones políticas, porque ninguna formación «alcanza una mayoría absoluta», lo que obliga a «pactos, encuentros, políticas más elaboradas».

Destaca también el porcentaje de abstención, de más del 30 por ciento, que «habría que valorar», porque, a su juicio, que en una situación de «crisis y de consolidación de la paz» haya parte del electorado «que no se posiciones en las urnas», debería «hacer pensar».

Respecto a las prioridades del futuro Gobierno, precisa que «la primera, fundamental» debe ser la crisis y sus consecuencias, entre ellas el paro. También considera prioritario para el próximo Ejecutivo el logro de la consolidación de «una convivencia pacífica» para concluir «con satisfacción» los «largos años de dificultad y sufrimiento» tras la desaparición de las «acciones violentas».

Monseñor Iceta considera que existe «una voluntad» de «todas las partes» para instaurar «una convivencia pacífica, cada uno desde sus responsabilidades». Aunque ha destacado el trabajo de los políticos pero ha advertido que no sólo a ellos corresponde esta labor, sino » a toda la sociedad».

«Ha habido una apuesta de muchas personas, muchas asociaciones, y también de la Iglesia, que ha hecho una labor callada y, muchas veces, también pública, no sólo a nivel de las cabezas, de los obispos, con un amplísimo cuerpo doctrinal, sino con distintas asociaciones, cuerpos y parroquias implicadas en crear este clima de paz», ha recordado.

Para el prelado, en esta situación existen «dos niveles», uno que es «el rechazo de toda violencia» y «una apuesta decidida porque las ideas sean debatidas siempre en el espacio democrático».

El segundo nivel, «más moral», se encuentra relacionado con «la cuestión de la reconciliación» que «siempre atañe a algo interior, la cuestión del perdón, que, en último término, es un don de Dios». «Aquí hay un plus», ha dicho.

Para el obispo de Bilbao, existiría un «denominador común», que sería «el rechazo de toda esa violencia, ese darse cuenta del daño que se ha hecho y reconocerlo e intentar repararlo en la medida de lo posible, aunque hay daños tan irreparables como la pérdida de vidas humanas».

El «nivel más moral, más profundo, sería el de la reconciliación e «incluso ése del perdón, muy importante para tener unos fundamentos sólidos y básicos sobre los que construir». (RD Agencias)