Loiola XXI

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Maternidad y pobreza en el mundo. Datos estadísticos. UNICEF

Más de 800 mujeres mueren a diario en partos por causas prevenibles

El mundo no proporciona atención de salud materna de calidad a las madres más pobres. Millones de madres están en riesgo debido a los prohibitivos costos de la atención sanitaria, la falta de acceso a servicios y profesionales calificados, así como los matrimonios precoces.

Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano

Según los resultados de un nuevo Informe de Salud Materna elaborado por UNICEF, más de 5 millones de familias de África, Asia, América Latina y el Caribe invierten cada año más del 40% de sus gastos no alimentarios en servicios de salud materna.

Casi dos tercios de estos hogares, es decir, unos 3 millones, se encuentran en Asia, mientras que alrededor de 1,9 millones se encuentran en África. Según el análisis, los costos de la atención prenatal y los servicios de parto pueden disuadir a las mujeres embarazadas de buscar atención médica, poniendo en peligro la vida de las madres y sus hijos.

«Para demasiadas familias, los costos del parto pueden ser catastróficos. Si una familia no puede pagar estos costos, las consecuencias pueden ser fatales», afirma Henrietta Fore, Directora General de UNICEF.

Mortalidad natal alarmante

El estudio señala que, aunque se han hecho muchos progresos en todo el mundo para mejorar el acceso de las mujeres a los servicios de maternidad, más de 800 mujeres siguen muriendo todos los días por complicaciones relacionadas con el embarazo. Todos los días nacen por lo menos 7.000 niños muertos, la mitad de los cuales estaban vivos al comienzo del trabajo de parto, mientras que otros  7.000 niños mueren en el primer mes de vida.

 

La realidad es dura para las mujeres más pobres. En todo el sur de Asia, el número de mujeres ricas que realizan cuatro o más visitas de atención prenatal es tres veces mayor que el de las mujeres de familias más pobres. Cuando se trata de mujeres que dan a luz en un centro, la diferencia entre los más pobres y los más ricos es más del doble en África occidental y central.

Pobres: las principales víctimas

Los médicos, las enfermeras y las parteras desempeñan un papel clave en la salvación de las madres, pero millones de nacimientos ocurren cada año sin un asistente especializado. Según el Informe, de 2010 a 2017, la cobertura de los trabajadores de la salud ha aumentado en muchos países.

Sin embargo, el aumento de la cobertura ha sido mínimo en los países más pobres, donde los niveles de mortalidad materna y neonatal han sido los más altos. Por ejemplo, de 2010 a 2017, la cobertura aumentó de 4 a 5 trabajadores sanitarios por cada 10.000 personas en Mozambique y de 3 a 9 en Etiopía. En Noruega, este número aumentó de 213 a 228 trabajadores de la salud por cada 10.000 personas durante el mismo período.

Asimismo, las estadísticas señalan que, a nivel mundial, las complicaciones relacionadas con el embarazo son la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años de edad. Como las adolescentes todavía están en desarrollo, corren un gran riesgo de sufrir complicaciones si quedan embarazadas. Además, sus hijos corren un mayor riesgo de morir antes de cumplir cinco años. Igualmente, en el informe se señala que las «niñas esposas» tienen menos probabilidades de recibir atención médica adecuada durante el embarazo o de dar a luz en un centro de atención de la salud que las mujeres casadas adultas.

Niñas esposas y los riesgos de salud

En general, las esposas terminan teniendo muchos hijos que cuidar, a menudo más que las mujeres que se casan como adultas. En Camerún, Chad y Gambia, más del 60% de las niñas de 20 a 24 años que se casaron antes de los 15 años tuvieron tres o más hijos, en comparación con menos del 10% de las mujeres de la misma edad que se casaron como adultas.

«No podemos proporcionar atención de calidad a las madres más pobres y vulnerables», aseguró Fore. «Demasiadas madres siguen sufriendo sin parar, especialmente durante el parto. Podemos detener este sufrimiento y salvar millones de vidas con un par de manos seguras, instalaciones funcionales y una mejor calidad de atención antes, durante y después del embarazo.

Proyectos y soluciones

En este contexto, con la campaña mundial Every Child ALIVE, UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos, los proveedores de atención de la salud, los donantes, el sector privado, las familias y las empresas para que salven a todas las madres y a todos los niños y niñas del mundo, y les ofrece soluciones.

Como, invertir recursos financieros en los sistemas sanitarios, empezando por la UE; la contratación, formación, mantenimiento y gestión de un número suficiente de médicos, enfermeras y matronas con experiencia en atención materna y neonatal; garantizar instalaciones de salud limpias y funcionales, equipadas con agua, jabón y electricidad, al alcance de todas las madres y los niños; por lo que es una prioridad proporcionar a cada madre y a cada niño los medicamentos y el equipo necesarios para un comienzo saludable de la vida; dar a los adolescentes y a las familias la oportunidad de pedir y recibir atención de calidad.


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El drama de muchas embarazadas venezolanos. Dónde dar a luz

  • BLOG

Ana Madriz, venezolana que huyó a Colombia para dar a luz. © AI

Huir para ver la luz: el éxodo de las embarazadas venezolanas

Por Pilar Sanmartín (@PitxuSanmartin), investigadora regional, Amnistía Internacional

El día que dio a luz en Colombia, Ana Madriz, venezolana de 21 años, sintió que de alguna manera ese país había salvado su vida. Cargando en brazos a su hija recién nacida, me recibió días después con una mirada brillante en el patio de su casa en Cúcuta, Colombia. Su mágica sonrisa escondía lo que sus ojos no podían: el sufrimiento de dejar atrás toda una vida, por el miedo que supone quedarse y no vivir para contarlo.

Ana hace parte de un silencioso pero revelador fenómeno de la diáspora venezolana: el éxodo de miles de mujeres embarazadas, huyendo de los quirófanos vacíos de todo.

La mortalidad materna en Venezuela se ha convertido en el drama nuestro de cada día. Digo drama, y no pan, porque muchos ya ni pan tienen al día.

Durante años, el gobierno venezolano no publicó datos de salud pública. Sin embargo, a inicios de 2017, se le escapó un boletín médico que registraba entre otras, las cifras de mortalidad materna. A pesar de que fue inmediatamente retirado de la página web del Ministerio de Salud tras el escándalo que provocaron sus cifras, la verdad ya estaba dicha.

Entre 2015 y 2016 la mortalidad materna había aumentado en Venezuela en un 65%, pulverizando los logros alcanzados, yretrocediendo a cifras de hace 25 años. Las causas: falta de medicamentos como anticoagulantes, cicatrizantes, analgésicos, antibióticos o antisépticos; falta de insumos y utensilios médicos básicos, como bisturís, agujas o guantes; y una cantidad cada vez más reducida de personal médico dispuesto a trabajar con nada y por nada a fin de mes.

Luz Mery es una mujer que dio a luz en Colombia después que su primer hijo muriera al dar a luz en Venezuela. © AI

Cuando llegué a Colombia con el equipo de Amnistía Internacional para profundizar en las razones por las cuales millones de personas están abandonando Venezuela, entrevisté a decenas de mujeres embarazadas que  llenaban los pasillos de hospitales de la frontera. En su mayoría, habían salido de emergencia de Venezuela por miedo a perder su embarazo o perder su vida al dar a luz en su país.

En el caso de Ana, había decidido partir hacia Colombia en 2015, junto con su pareja y su entonces recién nacido y único hijo, en busca de una mejor vida.

Cruzaron por una de las más de 250 “trochas”, o caminos de entrada irregular que existen entre Colombia y Venezuela. Ana recordaba perfectamente el terror que pasó al cruzar un río que separa ambos países en medio de la noche, mientras hombres armados que controlan este tipo de rutas les apuntaban con sus AK-47. Sujetó en brazos a su hijo, se sumergió en las aguas, y mirando al frente, cruzó.

Una vez en Colombia, quedó embarazada un año después. A pesar de que volvía periódicamente a Venezuela, a partir de ese momento decidió no cruzar nunca más. Una de sus mejores amigas había fallecido poco antes al dar a luz en un quirófano venezolano. Una mala praxis médica, seguida de la falta de antibióticos y anticoagulantes para atenderla, había ocasionado su muerte.

El terror de morir dando a luz en Venezuela hizo que Ana y su pareja decidieran instalarse definitivamente en Colombia, a pesar de las dificultades que enfrentaban como migrantes irregulares en Cúcuta. Esta ciudad fronteriza cuenta con el mayor índice de empleo irregular y uno de los mayores de desempleo en Colombia. Además, alberga, muchas veces a la intemperie, a cientos de venezolanos que enfrentan a menudo la xenofobia estridente de unos pocos y la solidaridad muda de muchos.

Emergencias del hospital Erasmo Meoz Hospital in Cucuta, Colombia. © AI

Ana, que sabía que la ley colombiana solo garantiza servicios de urgencias para personas extranjeras, se presentó en el Hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, casi a punto de dar a luz, en noviembre de 2017. A pesar de ser una atención médica limitada a la atención del parto, Ana la describía maravillada. Y no me extrañó. Si algo vi en Colombia, fue un personal médico consciente y dispuesto a calmar en lo posible el dolor de sus vecinos.

El hospital Erasmo Meoz es el que más atenciones ha prestado a personas venezolanas en el último año, de las cuales un tercio fueron partos. En total prestó más de 2,100 atenciones de parto a venezolanas tan sólo en 2017. Esta cifra, que supone casi seis partos al día, representa un incremento de tres veces más atenciones a embarazadas venezolanas respecto al año anterior en ese hospital.

Si bien el éxodo de las embarazadas venezolanas es claramente visible en los pasillos del Erasmo Meoz, existen numerosos ejemplos a lo largo de la geografía colombiana, como el Hospital San José de Maicao, o el Hospital Niño Jesús de Barranquilla, que registraron cifras inéditas de atención a venezolanas en estado de gestación el año pasado.

Salir de emergencia de Venezuela para dar a luz en Colombia es sólo un reflejo más del grave, agónico e irresponsable deterioro del sistema de salud venezolano.

Si bien las cifras de Venezuela no se conocen, porque el gobierno las esconde, las de Colombia no mienten, sino asustan. Según cifras oficiales, Colombia, que había dado atención médica a un total de 1.475 de personas provenientes de Venezuela en 2015, cerró el año 2017 con un total de 24.720 atenciones a esa misma población. Es decir, hubo un aumento de 15 veces más en el transcurso de dos años.

A pesar de esto, el Presidente Nicolás Maduro sigue negando que el sistema sanitario de Venezuela esté en crisis, y que la conquista de ciertos derechos se haya perdido.

Al final de nuestra conversación, Ana me dijo que era necesaria una Venezuela donde los derechos de sus hijos a la alimentación, a la salud y a la educación se hicieran valer.Yo digo que además es necesaria una Venezuela donde los derechos de las mujeres, específicamente aquellos relacionados al acceso a la salud integral y servicios de salud sexual y reproductiva, sean respetados también.


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Semana mundial de la lactancia materna. Necesidad y carencias actuales.

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Semana Mundial de la lactancia materna